Seguramente, antes de leer esto, ya estarías utilizando la distracción como forma de manejar la ansiedad, al menos en ocasiones, y de forma más o menos consciente.
Algunas formas de distracción que pueden resultarte útiles para manejar el pánico son: ponerte a hablar con alguien, cantar, sumar los números de las matrículas de los coches que encuentras por la calle, o mirar escaparates de tiendas.
Es importante que te plantees que si el pánico disminuye o desaparece con la distracción, esto encaja más con la explicación del círculo vicioso que con la explicación catastrofista: si las sensaciones temidas fuesen la señal de una enfermedad física o mental grave, o fuesen algo peligroso e incontrolable, no desaparecerían sólo con la distracción.
Durante esta etapa conviene que practiques con frecuencia el ejercicio de centrar tu atención en las sensaciones internas (p. ej., en los latidos del corazón) comprobando que así se notan más, y que después te distraigas (p. ej., hablando con alguien) y compruebes que así dejas de percibirlas.
Por ahora, también es recomendable que uses la distracción para reducir la ansiedad y el miedo siempre que aparezcan (p. ej., cuando notes las sensaciones temidas).
Si sigues utilizando el registro de crisis y amagos de crisis, anota cuándo has utilizado la
distracción (o cualquier otra técnica para controlar la ansiedad) en el apartado “Qué haces para afrontar la ansiedad”. De no ser así, puedes anotarlo en el dorso del “Registro de pensamientos relacionados con el pánico”.
Del Manual de Elia Roca: Cómo superar el pánico, con o sin agorafobia. Etapa 2. Apartado 2.2
La intención paradójica es una estrategia que puede ser muy útil frente a determinados trastornos, como los de ansiedad. En este artículo explicamos su funcionamiento utilizando como base distintos modelos y hablamos de lo importantes que son los detalles para conseguir los efectos deseados.
Las técnicas paradójicas buscan justamente lo que su nombre indica: la discordancia, el absurdo. Con ellas, el objetivo es que la persona ponga en marcha conductas que en otras ocasiones trata de evitar y que usualmente son el núcleo del malestar y la angustia del sujeto que las perpetúa. En esos casos, la contradictoria intención paradójica puede resultar de gran utilidad.
A partir del capítulo Detención del pensamiento e intención paradójica de Salgado, Gómez y Yela, incluido en el manual Técnicas de Modificación de Conducta, de Labrador (2007), trataremos de entender qué mecanismos se ponen en marcha para que la contradictoria intención paradójica sea, más que incoherencia, una técnica de valor incalculable para lograr el cambio en terapia.
Esta técnica pretende que la persona con un trastorno de ansiedad trate de sentir ansiedad en ese momento; que la persona con compulsiones y rituales lleve a cabo justamente esas conductas; o que aquella con problemas en el sueño trate por todos sus medios no dormir cuando se mete en la cama.
Los objetivos de la intención paradójica
En muchos trastornos psicológicos, en especial en los trastornos de ansiedad o los TOC, los intentos por evitar los pensamientos obsesivos, los rituales o los sentimientos de angustia no solo resultan infructuosos, sino que también hacen que el problema se mantenga.
Una persona con un TOC de rituales encubiertos, por ejemplo, puede tratar de no realizar las comprobaciones y de controlar sus pensamientos. Cuando se trata de controlar ese impulso, en tanto que estos suelen venir de forma espontánea, la mayor parte de las veces resulta muy difícil.
Por ello, según Salgado et al., a través de la intención paradójica se busca:
Que el individuo renuncie a tener el control sobre las respuestas autonómicas o espontáneas (a no tener ansiedad, a no llevar a cabo las compulsiones…).
Que el sujeto trate de que el síntoma aparezca en situaciones diferentes a las que suele aparecer y que procure que a partir de ese síntoma se desarrollen las peores consecuencias. Por ejemplo, se le puede pedir a una persona con trastorno de ansiedad generalizada que, en esa misma sesión, trate de que se desarrolle un ataque de ansiedad y que este sea uno muy intenso, con un llanto muy acusado y con una pérdida total de control.
¿Cómo se explica el cambio en la intención paradójica?
Hay varios modelos teóricos que tratan de explicar los mecanismos que permiten que la contradictoria intención paradójica funcione. Algunas de esas teorías son:
La teoría del doble vínculo: cuando se presentan dos mensajes simultáneamente excluyentes, o se responde a uno o a otro. Por ello, a una persona que tiene ansiedad se le pide que produzca la aparición de una emoción que normalmente se presenta de forma espontánea. Así, caben dos opciones: puede aparecer la ansiedad (que el paciente va a intentar potenciar, frente a la costumbre intentar controlarla o reducirla (automatismo)) o directamente la ansiedad no aparecerá.
La teoría de la descontextualización del síntoma: cuando se le pide a la persona que ponga en marcha su conducta problema, se le está pidiendo que la provoque en un contexto totalmente diferente del que suele aparecer. El síntoma pierde significado, en tanto que responde a las demandas del medio. Por ejemplo, si una persona con compulsiones de repetición las lleva a cabo sin que estas respondan a estados ansiógenos o la voluntad de alejar pensamientos obsesivos, el ritual pierde el significado porque se ha descontextualizado.
La teoría de la ansiedad recurrente: según Salgado et al., provocar una conducta y temerla a la vez es incompatible. Por ello, la intención paradójica es útil, por ejemplo, cuando una persona anticipa su síntoma. A veces, en personas con problemas en el sueño, es el propio miedo o ansiedad anticipatoria a no dormir el que no permite que el sueño comience. Por eso, la voluntad de mantenerse despierto (intención paradójica) elimina el miedo anticipado a no poder dormir; esto permite que el sueño aparezca.
La exposición encubierta en la paradoja
La intención paradójica también permite la exposición a ciertas conductas que las personas temen, y que, por evitar, siguen manteniéndose. Esto ocurre en la gran mayoría de los trastornos de ansiedad, puesto que son las conductas de seguridad y la evitación las que provocan que la ansiedad se siga produciendo.
La intención paradójica es especialmente útil para aquellas personas que tienen miedo a sentir la propia ansiedad. Anticipan, por ejemplo, que van a perder el control si suben a un avión, si van al cine o si bajan al centro de la ciudad en Navidad.
Aunque quizás en esas situaciones la persona nunca haya sentido ansiedad, la propia anticipación de la misma puede provocar que la persona evite esos lugares.
En contextos controlados, será complicado para la persona tener un ataque de ansiedad cuando se lo pidamos. No obstante, a medida que vaya avanzando la terapia, se le puede pedir que trate de provocarse ansiedad en un supermercado; que trate de aumentar su tasa cardíaca y que acelere su respiración.
Es posible que sienta ansiedad, desde luego, pero esa ansiedad no aparece en el descontrol. Es el individuo quien elige cuando esta aparece, y no la circunstancia.
Por ello, la intención paradójica también es útil para que la persona se exponga a su propia ansiedad y los temores que le acuciaban y obligaban a evitar hacer cosas por terror a sentir ansiedad pueden desaparecer. Si desaparece la ansiedad anticipatoria, también lo harán las conductas de seguridad y el problema ansiógeno dejará de ser mantenido.
Conclusiones: no cualquier paradoja vale
La intención paradójica no consiste en decirle a una persona que se «provoque ansiedad», con estas palabras. Si este es el enunciado, probablemente no sabrá cómo hacerlo. La instrucción es demasiado genérica para obtener buenos resultados.
El terapeuta en cuestión ha de ser muy específico a la hora de prescribir la tarea al cliente. Por ello, la conducta ha de ser topológicamente especificada, qué se quiere exactamente, durante cuánto tiempo y en qué lugar.
Por ello, y tal y como especifican Salgado et al., es mucho mejor dar pautas concretas que indicaciones vagas:
En lugar de «pídele a tu hija que tenga una rabieta«, es mejor «pídele a tu hija que grite tan alto como pueda y patalee antes de apagarle la televisión«.
En vez de «provócate ansiedad«, es mejor «intenta que tu corazón lata rápido, que notes tus palpitaciones e incluso que aumente tu temperatura corporal«. Se le pueden dar estrategias para conseguir esto.
En lugar de «haz algo que normalmente no hagas antes del atracón», es preferible «píntate los labios antes de tener el atracón«.
La especificación y buen entendimiento de las conductas puede marcar la diferencia entre la eficacia y el fracaso de la intención paradójica en un contexto terapéutico.
Esto nos recuerda que esta es una técnica muy poderosa, pero también muy peligrosa en su aplicación, ya que, si no se aplica de manera estructurada y dirigida, los resultados que produzca pueden ser contrarios a los que esperamos.
El objetivo es lograr un profundo estado de conciencia durante la sesión, y se usan varias técnicas concretas para alcanzarlo. Perseguimos conseguir que nuestra conciencia se relaje y no elabore juicios de nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos. Saber qué acontece en nuestro fuero interno en cada instante a través de la gestión de los procesos atencionales.
El Mindfulness consigue separar la persona de sus pensamientos para poder reconocerlos y poner en duda los patrones mentales, otorgando un gran peso al aquí y el ahora mediante una atención total al momento presente.
2. ¿Cuándo practicarlo?
Idealmente, el Mindfulness debería practicarse durante media hora al día, aunque se recomienda comenzar con sesiones más cortas, de no más de diez minutos, para ir aclimatando la mente a las nuevas sensaciones e ir construyendo poco a poco estados mentales de meditación. Si nos propasamos con el tiempo al principio, es fácil que terminemos frustrados al dedicar mucho rato seguido a algo que aún no sabemos hacer bien, y terminemos cansándonos y abandonando esta rutina.
Por lo tanto, aprender a hacer Mindfulness puede requerir cierto tiempo de práctica hasta que seamos capaces de meditar en casi cualquier circunstancia.
3. ¿Dónde realizar Mindfulness?
Hay que tratar de buscar un sitio libre de ruidos, con una temperatura entre 18 y 25º y en la que nos sintamos confortables. No hay que olvidarse de desactivar teléfonos, alarmas, aparatos electrónicos y todo tipo de ruidos y ondas que nos puedan molestar o interferir en la meditación. En caso de que pongamos música de fondo, es importante que ésta sea relajante y con ciclos repetitivos para impedir que acapare nuestra percepción.
Algunas personas prefieren realizar la meditación en entornos abiertos, en su jardín o en un parque público. No es una mala decisión, pero es importante escoger un sitio que no sea muy concurrido y esté libre de ruidos y elementos distractores. El uso de ropa cómoda siempre será un elemento positivo de cara a la meditación, y se recomienda quitarse el calzado y todos los complementos que puedan oprimir el cuerpo.
4. ¿En qué posición se practica?
La posición para el Mindfulness será, simplemente, sentarse cómodamente en el suelo; no necesariamente en la posición de loto, pero sí es básico que la postura deje la espalda en un ángulo recto para facilitar la respiración. Se puede emplear un cojín, una esterilla o una toalla para estar más cómodos. En el caso de que el cojín sea bastante grueso, será recomendable inclinar la zona pélvica hacia delante, sentándonos en el extremo.
Las vertebras deben permanecer en una posición recta, sujetando el peso del tórax, el cuello y la cabeza. Las piernas y los brazos deben permanecer relajados pero sin desestabilizar la línea de la columna. Por ejemplo, es una buena idea dejar caer los brazos apoyándolos encima de las caderas, o bien simplemente dejarlos colgando. Si la postura alcanzada nos genera tensión en algún área del cuerpo, será preciso reajustar la posición corporal.
5. Ejercicios básicos
Debemos concentrar la atención en la respiración. Escucharla, sentirla como recorre el cuerpo… pero sin pensar en ella. Estrictamente, debemos centrarnos en reconocerla y dejarla fluir por el cuerpo. En el momento en que toda nuestra atención esté inmersa en la conciencia de la respiración, podremos proseguir emitiendo un “mantra”: una palabra o frase corta que, repetida de forma constante, induce a la relajación. Es habitual usar el sonido “ohm”, u otras fórmulas como “estoy bien”, “siempre aquí”, etc. Dependiendo del lugar donde nos encontremos, podemos emitirla a viva voz o mentalmente. Será necesario crear una imagen relajante, visualizando un lugar tranquilo y que nos produzca bienestar. Tanto puede ser un sitio real como imaginario.
Podemos imaginar una escalera cuyos peldaños nos van acercando paulatinamente a ese lugar, contando pausadamente los escalones que vamos recorriendo. También podemos visualizar una vela e ir jugando a modificar la intensidad de su luz, o cualquier otra imagen que pueda servirnos de apoyo. Estos ejercicios nos irán conduciendo gradualmente hasta el siguiente, y será necesaria mucha práctica para poder concentrarse en los estímulos específicos.
6. Ejercicios avanzados
Habiendo entrenado la mente en concentrarse en un aspecto de la percepción o imagen mental, deberemos ejercitarla para permitir que se vacíe y podamos tener la mente en blanco. Es necesaria mucha disciplina pero éste es el punto final de la meditación. Se pueden usar los ejercicios de pensamiento descritos en el punto anterior.
Es imprescindible mantener una actitud neutral ante los pensamientos o imágenes, no juzgarlos como buenos o malos, sino simplemente percibirlos, observarlos de manera impersonal. Es posible que, durante los primeros intentos, no seamos capaces de mantener la mente en blanco más que unos pocos segundos, pero esto es habitual y será el tiempo el que nos permitirá lograr un estado de meditación profunda.
7. ¿Por qué debemos practicar Mindfulness?
Una investigación publicada en la revista Journal of Internal Medicine reveló que practicar media hora de Mindfulness diaria alivia los síntomas de trastornos como la depresión o la ansiedad. Además, descubrieron que la meditación centrada (procedente de la práctica budista de concentración en el presente y ausencia de juicios de valor) podía tener efectos positivos en la percepción del dolor. Los resultados fueron validados incluso controlando el efecto placebo. Se reportó que el incremento del bienestar perduró hasta medio año.
La meditación también reporta mejoras en la memoria, la capacidad de concentración, la autoconciencia y la inteligencia emocional. También se asocia con la optimización de los recursos del sistema inmune, así como con la mejora en la percepción de soledad en personas de la tercera edad.
Actualmente algunas terapias específicas incorporan algunos principios y técnicas del Mindfulness. Por ejemplo, la MBCT. Esta terapia ha dado excelentes resultados, siendo tan eficaz como los antidepresivos, y reduciendo además el riesgo de reincidencia.
Muchas técnicas se utilizan para paliar los efectos o mejorar la calidad de vida en personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastornos de la ansiedad, dolor crónico, trastornos de la personalidad, estrés postraumático, etc.
Referencias bibliográficas:
Brantley, J. (2007). Calmar la ansiedad. Descubre cómo el mindfulness y la compasión pueden liberarte del miedo y la angustia. Ed. Oniro.
Didonna F. (2011). Manual Clínico de Mindfulness. Desclée de Brouwer.
Kabat-Zinn, J. (2009). Mindfulness en la vida cotidiana. Donde quiera que vayas ahí estás. Paidós.
Siegel, D. (2010). Cerebro y mindfulness. Paidós.
Williams, J.M., Segal, Z., Kabat-Zinn, J. (2007). Vencer la depresión. Descubre el poder de las prácticas del mindfulness. Ed. Paidós.
La manipulación es un fenómeno que, de una forma u otra, a todos nos ha tocado muy de cerca. Es justo reconocer que quizás en algún momento hemos asumido el rol de manipuladores, incluso sin ser plenamente conscientes de ello. Aunque también hay ocasiones en las que hemos sido manipulados.
Y es que podemos conocer a la perfección la psicoanatomía de un manipulador pero si no tenemos las herramientas adecuadas para hacerle frente, es probable que terminemos enredados en su tela de araña.
Por eso, os resumo cinco estrategias que no solo os permitirán plantarle cara a una persona manipuladora sino que también contribuirán a vuestro crecimiento personal y a mantener el equilibrio psicológico.
1. Expresa lo que te desagrada y explica cómo te sientes
Una de las técnicas de manipulación más recurrentes se centra en la crítica al otro. Cuando criticamos los comportamientos, actitudes, decisiones o capacidades de una persona, usualmente esta se siente menos segura y es más propensa a cumplir con las exigencias del manipulador. En otros casos, la persona adopta una actitud defensiva, casi agresiva, dirigida a contrarrestar los argumentos que le molestan. En el primer caso la manipulación se realiza manejando nuestra autoconfianza, en el segundo caso a partir del control de nuestras emociones. De una forma u otra, quedamos a merced del manipulador.
¿Qué hacer?
Expresar nuestras ideas de forma sencilla y clara. Es imprescindible que la otra persona se de cuenta de que no puede afectar nuestro juicio o capacidad reflexiva manipulando nuestra autoconfianza o emociones. Rebatir agresivamente los argumentos del otro, que muchas veces ni siquiera tienen un basamento sólido, solo nos conduce a avivar una discusión inútil donde no hay posibilidad de entendimiento.
Debemos tener siempre presente que nuestro objetivo no es simplemente «no dejarnos manipular a como de lugar» sino modificar la situación. ¿Por qué este objetivo? Porque es probable que la persona que nos intenta manipular sea significativa para nosotros y, por consiguiente, estamos interesados en llegar a un acuerdo ventajoso, ya sea para mantener buenas relaciones interpersonales o para desarrollar alguna actividad conjunta. Por tanto, es esencial que nuestro mensaje no solo sea comprensible sino que además sea recibido con la menor resistencia posible por parte de nuestro interlocutor.
Recordemos además que expresar cómo nos sentimos en relación con algo o alguien es una técnica altamente efectiva, siempre que se realice de manera correcta y en el respeto al otro. Cuando nuestro interlocutor nos escucha hablar sobre nuestros estados de ánimo tiene la percepción de que la comunicación fluye, que es abierta y sincera. Además, de esta forma le «obligamos» a ponerse en nuestro lugar, a ser empático con lo que experimentamos y, con un poco de suerte, reflexionará sobre los efectos de su comportamiento manipulador.
2. Exprésate en primera persona
En muchas ocasiones el manipulador lleva la conversación a terreno de nadie, realiza críticas sin personalizar, desde una posición no comprometida; dejando siempre una puerta abierta para escapar en el caso de que alguien le pregunte a quién se refiere.
La mejor defensa contra esta estrategia comunicativa es personalizar, personalizar, personalizar… hablar siempre en primera persona y pedir aclaraciones. Un ejemplo podría ser: «yo siento que te estás refiriendo a… ¿es así?». «Obligar» al manipulador a que asuma la responsabilidad por sus criterios usualmente lo desarma y pone fin a su estrategia.
3. Delimita responsabilidades y asume errores
Otra de las técnicas manipuladoras por excelencia consiste en estimular el sentimiento de culpa en la persona, hacerla sentir responsable por todo, por lo que sucedió, lo que sucede e incluso por lo que podría suceder.
Es cierto que en algunos casos tenemos cierta responsabilidad pero nuestra cuota de «culpa» no puede extenderse al infinito. Una estrategia muy eficaz es delimitar nuestras responsabilidades e incluso reconocer nuestros errores. Tenemos derecho a equivocarnos pero nadie tiene derecho a aprovecharse de nosotros o a lacerar nuestra autoimagen porque cometimos un error.
Reconocer nuestras dificultades y la cuota de responsabilidad que nos atañe indica que somos personas maduras, responsables de nuestros actos y por ende, poco manipulables.
No obstante, aún queda una cuestión: ¿cómo poner en práctica los tres puntos anteriores?
4. Exprésate con firmeza, serenidad y confianza
Ya se ha hecho referencia a que una de las armas preferidas del manipulador consiste en jugar con las emociones ajenas. Por eso es imprescindible establecer un diálogo desde una postura confiada, serena y firme.
Debemos tener en cuenta que a la persona manipuladora no le interesa iniciar un debate fructífero sino solamente conseguir su propósito, por eso, si le brindamos argumentos lógicos que contradigan sus ideas, probablemente retomará nuestras opiniones y las replanteará para sacarles un beneficio. No debemos olvidar que hasta la mejor idea se puede apreciar desde diferentes perspectivas y el manipulador es muy habilidoso para encontrarle las cuatro patas al gato.
Entonces… ¿qué hacer?
Reconoce que sus ideas son válidas, no las critiques, incluso súmate a ellas con la frase: «comprendo sus puntos de vista y los respeto; no obstante creo que…» o quizás: «su perspectiva es adecuada; aún así, existe la posibilidad de que…» De esta manera se sienta una pauta en la conversación muy importante: el respeto a las opiniones del otro. Así, al brindarle valor a sus ideas, le conferimos valor a las nuestras.
Además, los expertos en programación neurolinguistica aconsejan cambiar el molesto: «pero…» por frases como «no obstante» o «aún así» pues estas resultan menos antagónicas y son mejor recibidas.
Esta estrategia no es una varita mágica pero nos ayudará a controlar nuestras emociones y a brindar una imagen serena.
5. Siéntete libre para negarte
Si tenemos fundamentos sólidos y suficientes en contra de la idea que nos están proponiendo, entonces… negarse no es un pecado. Eso sí, es importante que no nos perdamos en excusas banales o explicaciones auto inculpantes. Expresar nuestro desacuerdo es un derecho que nos permite marcar nuestros límites y evidenciar los mismos ante las personas que nos rodean.
Aceptar las demandas externas para evitar una discusión muchas veces implica renunciar a una parte de nuestra individualidad y ceder ante la manipulación. Entonces basta con ser congruentes y decir: «No», todas las veces que sea necesario.
Decidirnos a combatir la manipulación no es un camino sencillo y de seguro hallaremos muchos obstáculos. Muchas veces implica separarse de las posiciones cómodas que hemos ido asumiendo a lo largo de nuestra vida, ya sea a en el área laboral o familiar, pero sin lugar a dudas nos permitirá ser más congruentes con nosotros mismos y nos facilitará una vía para lograr el equilibrio emocional.
¿Cómo superar una depresión? ¿Cómo saber cuándo es necesario recurrir al tratamiento psicológico? ¿Cuál es la diferencia entre la tristeza y la depresión?
Hay días que nos sentimos abatidos o tristes por alguna razón. Se trata de una respuesta natural ante el dolor o una situación negativa. De hecho, encontrarse mal después de haber perdido a una persona querida, haber roto una relación de pareja o haber sufrido un descalabro económico, es perfectamente comprensible.
Se estima que aproximadamente el 3% de las personas sufren depresión, lo cual indica que en el mundo existen unos 350 millones de personas que padecen este trastorno.
La tristeza no es un estado patológico, es una respuesta emocional normal que tiene su origen en una pérdida y nos indica que necesitamos ayuda. Sin embargo, cuando esa tristeza no se mitiga con el paso del tiempo sino que se mantiene o incluso se intensifica, es probable que estemos hablando de depresión. La buena noticia es que salir de la depresión es posible, solo necesitas pedir ayuda.
Qué es la depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que tiene consecuencias directas sobre el bienestar de la persona y su entorno. Este problema suele aparecer durante los primeros años de la adultez, aunque también puede afectar a niños y adolescentes.
La persona con depresión se aísla de los demás, ya que no encuentra placer en las relaciones sociales, y se vuelve incapaz de afrontar su día a día. Con el tiempo, comienza a pensar negativamente sobre sí misma, sobre el mundo y sobre su futuro.
De hecho, la depresión es el resultado, en gran parte, por una lado, de la falta de refuerzo y, por otra, de las creencias desadaptativas. La persona deprimida no encuentra la motivación que necesita para actuar, por lo que se encierra en un círculo vicioso de inactividad que perpetúa el estado de ánimo depresivo.
Además, sufre una serie de distorsiones cognitivas que le hacen ver el mundo bajo un prisma negativo, hasta que llega un punto en el cual no logra diferenciar entre su pensamiento y la sensación que este le genera. De esta forma, no es consciente de que cada vez que confirma los pensamientos automáticos negativos, perpetúa ese estado.
De hecho, a menudo la persona deprimida no puede ni siquiera indicar la causa de su tristeza porque, aunque esta haya comenzado a raíz de un hecho negativo, termina instaurándose como una forma de respuesta habitual ante todas las circunstancias de la vida.
La buena noticia es que con el tratamiento para la depresión adecuado, entre el 80 y el 90% de las personas logra recuperar relativamente rápido su nivel de funcionamiento normal.
Síntomas de la depresión mayor
La depresión es un trastorno emocional mantenido en el tiempo que se manifiesta a través de diferentes síntomas que afectan al desempeño de la persona en distintos niveles: emocional, conductual, cognitivo y somático.
Los síntomas de la depresión más comunes son:
Emocional: tristeza, ansiedad, sensación de vacío, pesimismo, desesperanza, sentimientos de culpa, inutilidad e impotencia.
Conductual: irritabilidad, inquietud y agitación o movimientos lentos, llanto, aumento de la latencia de respuesta, volumen de voz bajo o incluso mutismo.
Cognitivo: dificultades para concentrarse, problemas de memoria, lentitud de pensamiento, dificultad para tomar decisiones e ideas suicidas.
Somáticos: fatiga, falta de energía, insomnio o hipersomnio, dolor de cabeza, cambios en el apetito, problemas digestivos, malestar persistente, pérdida del deseo sexual.
Aunque la tristeza suele ser uno de los síntomas más característicos,cuando la depresión es más grave o está más avanzada, la persona puede llegar a sentirse desconectada de sus sentimientos, como emocionalmente muerta. Además, estos síntomas se ven acompañados por pensamientos negativos sobre uno mismo, el mundo y el futuro.
Cuando la depresión es severa, la persona puede tener ideas suicidas recurrentes, puede pensar que los demás estarían mejor si se suicidase o que los obstáculos que tiene en su camino son insalvables, por lo que no encuentra otra solución que terminar con su vida. En otros casos, las ideas suicidas aparecen como resultado de un estado emocional muy doloroso, cuando la persona cree que su sufrimiento es interminable.
También es habitual que aparezca la astenia. De hecho, la persona deprimida suele referir que incluso las tareas más sencillas, como levantarse de la cama, lavarse y vestirse, pueden ser muy agotadoras y siente que necesita hacer un gran esfuerzo para llevarlas a cabo. Poco a poco también va perdiendo el interés por las cosas que antes disfrutaba (anhedonia) y abandona sus aficiones, pues ya no encuentra placer en ellas.
Es importante aclarar que cuando los síntomas de la depresión son leves pero se extienden en el tiempo durante al menos dos años, no estaríamos hablando de depresión sino de distimia o trastorno depresivo persistente.
Causas de la depresión
La depresión es el resultado de una combinación de factores genéticos, bioquímicos y psicológicos. Se ha podido apreciar que algunas zonas del cerebro de la persona deprimida funcionan de manera diferente, sobre todo las áreas responsables de la regulación del estado de ánimo y el pensamiento. De hecho, se conoce que los niveles de algunos neurotransmisores, como la norepinefrina, la serotonina y la dopamina, son especialmente bajos en las personas que sufren depresión.
La depresión provoca una disminución del volumen cerebral, sobre todo en la corteza prefontral, principal encargada de la regulación emocional. La responsable es la proteína GATA1, que se activa en el cerebro de la persona deprimida, disminuyendo el tamaño de las neuronas y afectando la densidad de las dendritas.
La depresión parece también estar relacionada con la inflamación de bajo grado en el organismo. En la actualidad se está investigando sobre la relación entre inflamación y depresión y cómo la alimentación que promueve la respuesta inflamatoria puede contribuir a que a un estado de ánimo negativo.
También se ha podido apreciar que la herencia influye en la aparición de la depresión. De hecho, el trastorno depresivo mayor es hasta 3 veces más frecuente en las personas que han tenido un padre o una madre que haya padecido de depresión.
Además, las mujeres sufren dos veces más depresión que los hombres. Tanto es así que se estima que una de cada siete mujeres experimentará un episodio de depresión en algún momento a lo largo de su vida. Por eso, se sospecha que en muchos casos puede existir un componente hormonal de base, tal es el caso de la depresión posparto y el trastorno disfórico premenstrual.
No obstante, la exposición a situaciones estresantes y traumas son unas de las causas más comunes de la depresión, sobre todo cuando estos se han sufrido en la infancia. De hecho, se conoce que la exposición durante los primeros años de vida a traumas agudos puede alterar el funcionamiento del sistema inmunitario, endocrino y nervioso, aumentando las probabilidades de sufrir depresión en la edad adulta.
En otros casos, las circunstancias de vida de la persona, como la muerte de un ser querido o un cambio radical en su vida, son el factor que desencadena la depresión, en estos casos sería más propio hablar de un trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo. Sin embargo, también hay veces en que esta puede aparecer sin que exista una crisis que haya actuado como desencadenante.
Por supuesto, determinadas características de personalidad también aumentan la predisposición a sufrir un cuadro depresivo. Por ejemplo, las personas que tienden a malinterpretar los acontecimientos cotidianos de impronta neutra, asumiéndolos como prueba de sus defectos personales, aquellas que tienen un sentimiento de responsabilidad exagerado o se dejan vencer facilmente por las adversidades, son más vulnerables a desarrollar una depresión. La tendencia al perfeccionismo, una sensibilidad extrema, una baja autoestima y las dificultades para lidiar con las críticas también aumentan las probabilidades de que la persona desarrolle una depresión.
Consecuencias de la depresión mayor
Uno de los mayores riesgos de la depresión es el suicidio. De hecho, el 60% de los suicidios que se cometen en el mundo están asociados con la depresión mayor. Las probabilidades de que estas personas se refugien en las adicciones, como el alcohol y las drogas, también son elevadas.
Además, la depresión provoca:
Bajo rendimiento. Para la persona deprimida, la vida se hace cuesta arriba, hasta las tareas más sencillas demandan un esfuerzo adicional, por lo que su rendimiento se suele ver afectado, sobre todo en la escuela o el trabajo.
Conflictos en las relaciones interpersonales. La depresión a menudo viene acompañada de irritabilidad e impulsividad, por lo que no es extraño que aparezcan fricciones en las relaciones interpersonales, las cuales contribuyen a que la persona se aísle aún más.
Dificultades emocionales. La persona con depresión suele sufrir una pérdida progresiva del sentido de la vida, su autoestima disminuye y pierde la confianza en sus capacidades.
Problemas de salud. La persona con depresión suele adoptar hábitos de vida poco saludables porque no cuida lo suficiente de sí. A los problemas de sueño se le suma la falta de ejercicio físico, por lo que su salud termina resintiéndose. De hecho, la depresión nos hace más vulnerables a sufrir diferentes enfermedades, desde la gripe hasta la diabetes y las patologías cardiovasculares. También hace que percibamos el dolor con mayor intensidad. Además, la depresión nos hace envejecer más rápido. Un estudio realizado en la Universidad de Ámsterdam ha desvelado que la depresión afecta la respuesta inmune del organismo, provocando un aumento de la inflamación que termina dañando las células y acortando los telómeros.
Cómo salir de la depresión
Es muy común que, con la mejor intención del mundo, se le diga a la persona deprimida frases hechas como: “anímate, haz un esfuerzo”, “estás así porque tú quieres”, o “no tienes motivos para estar así”.
Sin embargo, este tipo mensajes hacen que la persona que pasa por una depresión se sienta incomprendida y, desde luego, no le ayudan a sentirse mejor. De hecho, no es conveniente minimizar su estado ni reducir la depresión a un mero problema de falta de voluntad.
Si te sientes deprimido o deprimida y quieres empezar a salir de este estado sigue estos tres pasos:
El primer paso para superar la depresión consiste en informarse, saber a qué nos estamos enfrentando en realidad.
En segundo lugar, es importante adoptar hábitos de vida más saludables. Por ejemplo, se ha demostrado que tan solo 35 minutos de ejercicios aeróbicos, tres días a la semana, puede aliviar considerablemente los síntomas de la depresión.
También se conoce que determinados alimentos pueden activar la producción de neurotransmisores como la serotonina, que estimulan la relajación y la sensación de bienestar, mientras que otros alimentos agudizan los síntomas de la depresión.
Obviamente, para superar la depresión también es importante trabajar en las creencias y pensamientos que alimentan este trastorno. No se trata simplemente de “pensar en positivo”, sino de profundizar en los pensamientos desadaptivos que te hacen ver el mundo a través de un prisma gris y colocar en su lugar pensamientos más realistas y objetivos.
Tratamiento de la depresión mayor
Terapia Cognitivo Conductual: este tipo de terapia permite trabajar los pensamientos disfuncionales y la conducta observable de la persona. Es un tipo de terapia validada científicamente que nos permite conocer qué variables (situaciones, pensamientos, etc) son el origen y mantenimiento del problema. De esta forma podemos identificar qué esquemas y patrones de pensamiento están generando el malestar y la conducta de las personas. Para poder identificar y cambiar estos patrones, la terapia cognitivo conductual utiliza numerosas técnicas, entre las que se encuentran, el diálogo socrático, la reestructuración cognitiva, detención del pensamiento, distracción, técnicas de relajación, entre otras.
La terapia cognitivo conductual permite, por un lado, sustituir los pensamientos actuales por otros más optimistas lo que hará que mejore tanto el estado de ánimo como la forma de comportarnos, estando más activos. Por otro lado, también puede trabajar directamente desde el cómo actuamos. Si, a pesar de tener pensamientos negativos o pesimistas, conseguimos cambiar nuestro comportamiento, los pensamientos negativos se verán reducidos y nuestro nivel de satisfacción y bienestar aumentará.
La Hipnosis Clínica es una herramienta profunda y muy eficaz a la hora de trabajar con personas deprimidas, ya que a través de ella conseguimos acceder a nuestros procesos inconscientes y de una manera sencilla pero poderosa, lograr que la persona transforme sin sufrimiento aquellos patrones de pensamiento que disparan los síntomas y que hacen que se mantenga el problema a pesar de haber intentado otros tipos de tratamiento. Gracias al estado de relajación en la que nos encontramos en una sesión de hipnosis, nuestro cerebro trabaja eficazmente para encontrar creencias más positivas que puedan ir sustituyendo a las antiguas que son las que producen el intenso malestar que viven las personas con depresión y generar una visión más saludable de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
EFT o Técnica de Liberación Emocional es una técnica que se caracteriza por la estimulación a través de “toques” suaves con las yemas de los dedos en determinados puntos del cuerpo. En el caso de la depresión, la eft nos ayuda a transmutar la carga emocional de los sucesos y creencias negativas. Es una técnica muy útil porque además de ser autoaplicable, constituye un recurso fácil de llevar a cabo en cualquier lugar y capaz de conseguir estabilizarnos en momentos críticos en los que no podamos gestionar el bucle de pensamientos disfuncionales a nivel racional.
Simon Sinek describe este modelo en “La clave es el porqué” (Ed. Península) reflexionando sobre las siguientes cuestiones: ¿Por qué́ Apple es tan innovador año tras año, y sigue siendo más innovador que su competencia siendo -como todas las demás- una empresa con acceso a los mismos medios y en busca de similares talentos?
¿Por qué parecen tener algo diferente si realmente comparten los mismos recursos?
Al estudiar diversos tipos de empresas, Sinek descubrió que -así sean empleadas o managers– todas las personas saben lo que hacen, no muchas conocen el “cómo” se hace, y muy pocas saben “por qué” hacen lo que hacen. Pero las organizaciones y líderes inspiradores no operan así. Cada persona/organización piensa, actúa y se comunica desde el porqué. Lo que más importa conocer. Como Olga suele repetir, “quien tiene un porqué encuentra un cómo y un qué”.
Simon descubrió otra manera de ver el mundo, un patrón –el círculo de oro– que cita como líderes inspiradores desde Apple y Harley Davidson a Martin Luther King. Un círculo compuesto por tres preguntas que se encierran una dentro de otra y que –según el autor- explican por qué unas personas y organizaciones inspiran y otras no. Las tres preguntas son: por qué, cómo y qué. Y todo empieza desde dentro hacia fuera. Todo empieza en el por qué
El PORQUÉ es tu propósito: tu motivación para actuar, tu causa o tu creencia. ¿Por qué existe tu empresa? ¿Por qué te levantas cada mañana?
El CÓMO son tus principios: los procesos, las acciones específicas para realizar el PORQUÉ.
El QUÉ son tus resultados, los productos o servicios que ofreces como formas tangibles para traer tu PORQUÉ a la realidad.
Como no podía ser de otra manera, las emociones y –particularmente- el cerebro emocional juegan un papel estelar.
Según Sinek, los niveles del círculo se corresponden con los niveles mayores del cerebro. Nuestro cerebro, está segmentado en distintas partes, una de ellas es el Neo-cortex que corresponde al nivel exterior del círculo de oro (qué). El Neo-cortex es responsable de todos los actos, pensamientos racionales, analíticos y del lenguaje.Las secciones internas del círculo de oro (de afuera hacia adentro cómo y por qué) concuerdan con la parte del cerebro llamado Límbico, el cual es responsable del comportamiento humano, la toma de decisiones, los sentimientos y la confianza.
Cuando nuestra comunicación está orientada al producto o al servicio en sí, la gente recibe cantidad de datos y puede entender esta información relativa a las características, beneficios, hechos y cifras, dejando de lado el porqué de su existencia. Sin embargo, los efectos son distintos al expresar los motivos por los que se desarrolla un determinado producto o servicio (el por qué): en este caso, nos comunicamos directamente con la parte del cerebro que controla el comportamiento, permitiendo a las personas tomar decisiones intuitivas.
Por tanto, preguntar a nuestros clientes “¿por qué nos eligen en lugar de elegir a otros?” nos puede proporcionar una prueba fantástica de cómo han racionalizado la decisión, pero no nos aclarará la motivación verdadera (el por qué) para tomar la decisión. Una conclusión que Tomas (Banpro), también ha demostrado en sus investigaciones sobre neuromarketing.
“La gente no compra lo que haces, compra el porqué lo haces. El problema es que las organizaciones usan las prestaciones y beneficios tangibles para construir un argumento racional que explique que su compañía, su producto o su idea son mejores que otro. Intentan vendernos lo que hacen, pero nosotros compramos el por qué lo hacen. Se comunican desde fuera del círculo hacia dentro. Pero cuando la comunicación va desde dentro hacia fuera, el porqué se ofrece como la razón para comprar y el qué sirve como la prueba tangible de esta creencia, las cosas que podemos señalar para racionalizar o explicar las razones que hacen que nos sintamos atraídos por un producto, una compañía o una idea en lugar de otra”.
Vivir con la persona amada supone iniciar un proyecto en común en el que hay que llegar a acuerdos, desde dónde residir hasta si se desea tener hijos. Encontrar el equilibrio entre los planes vitales de cada uno permitirá que el amor siga creciendo.
CÓMO CONSTRUIR UN PROYECTO VITAL CON TU PAREJA
No hay duda de que el amor es tan necesario como el aire que respiramos. Los vínculos amorosos que se dan en nuestra vida, desde el mismo nacimiento, nos permiten querer y sentirnos queridos. En todas nuestras relaciones amorosas se van dando esos movimientos del corazón sin los cuales no podríamos subsistir, al menos en una vida que valga la pena.
Un día sentimos que nos ha llegado una relación especial en la que algo diferente sucede, algo que nos empuja al intento de construir una relación duradera, estable, quizás para toda la vida. Aparece la semilla de una pareja. Sin embargo, esa semilla, hecha de las vibraciones que sentimos cuando el otro “nos lleva hasta el cielo”, necesita echar raíces en la tierra para germinar. Esas raíces están hechas de las necesidades de dos individuos que construyen una vida juntos día a día. La suma, a lo largo de una vida, de este día a día, concreto y terrenal, es, ni más ni menos, que el proyecto vital.
TU PROYECTO, EL MÍO Y EL NUESTRO
El proyecto de vida no nace con la pareja. Todos tenemos, antes de estar en pareja, un proyecto de vida. Y digo que lo tenemos –nos lo hayamos propuesto o no– porque el proyecto es la forma como nos gustaría vivir. Todos tenemos gustos, ambiciones y sueños que van modelando las ideas acerca del lugar que ocupa cada cosa en nuestra vida concreta. Solemos tener ideas acerca de lo que significa el trabajo, el dinero y su gestión, dónde queremos vivir, el estilo y tipo de vida social que queremos llevar, cuántos hijos desearíamos tener. Todo esto va creando nuestro proyecto de vida. No sabemos a ciencia cierta lo que ocurrirá con nosotros, pero cada uno trabaja para que la vida real y el proyecto personal se parezcan y coincidan lo máximo posible.
Cuando nos acercamos a alguien y ocurre el encuentro de corazones, la chispa del amor nace, pero también se han encontrado (o desencontrado) dos proyectos de vida. Para que estas dos personas, que experimentan el placer de vibrar con la misma frecuencia en el amor, se conviertan en una pareja, necesitan compartir un proyecto de vida en común; de lo contrario, no hay pareja. Aparecen entonces tres proyectos: el tuyo, el mío y el nuestro. De la forma en como se resuelva la coexistencia de estos tres proyectos depende la calidad de vida de la pareja o, directamente, la posibilidad de su existencia.
A veces se menosprecia la consideración del proyecto porque “el amor lo puede todo”. Sin embargo, volviendo a tomar una de mis metáforas preferidas, necesitamos averiguar si uno es un pájaro y el otro es un pez, porque un pez y un pájaro se pueden enamorar, pero ¿dónde van a vivir?
LOS DESEOS DE CADA UNO
Generalmente, antes de tomar la decisión de formar una vida juntos, transcurre el tiempo suficiente para que salgan a la luz los gustos, las ambiciones y los sueños de cada uno, es decir, los proyectos de vida personales en todos sus detalles. En ocasiones, hay decisiones que se presentan muy claramente, como si estuvieran por escrito: “Una vez casados quiero mudarme al campo”. Pero no siempre está todo tan claro. La mayoría de las veces nos vamos dando cuenta del modelo de proyecto del otro a lo largo de la convivencia. Es entonces cuando van surgiendo los deseos de cada uno y cómo queremos trabajar para lograrlos.
Es importante prestar atención a lo que se mueve dentro de nosotros cuando el otro cuenta sus proyectos: iremos viendo si se parecen, si nos resultan curiosos y nos inquietan o si nos generan rechazo. Poco a poco, vamos descubriendo cuánto coinciden los planes personales. De estas coincidencias, surge el proyecto en común.
No me gustaría que de esto se deduzca que la pareja ideal es aquella que tiene proyectos idénticos, que se superponen totalmente. No hace falta que sea así, al contrario. Naturalmente, es necesario que una parte de los proyectos se solapen, coincidan, formando lo que va a ser el proyecto en común; pero es muy enriquecedor que cada uno conserve una parte personal, lugares donde nutrirse fuera de la pareja, que aporten variación y aire fresco.
ACEPTAR LAS DIFERENCIAS
Así, no tienen por qué compartirse aficiones: ella puede distraerse pintando y él puede hacerlo practicando deporte. Las diferencias, cuando son aceptadas y apoyadas mutuamente, pueden enseñarnos muchas cosas, aunque a veces nos sorprendan o quizá nos asusten. Claro que, si ese “aire fresco” es salir con los amigos todas las noches hasta la madrugada, habrá que ver cuán enriquecedor le parece al que se queda en casa.
No hay una medida que defina cuánto tienen que coincidir los proyectos personales para formar uno en común. Cuando la pareja está formada por dos personas muy independientes, probablemente necesiten libertad de movimiento y los proyectos propios ocupen una parte importante y aquellos en común, una parte más pequeña.
Igualmente, es preciso atender cuidadosamente a la armonía de los planes comunes. Si uno piensa tener hijos y el otro no –o si sólo es uno el que quiere vivir en el extranjero–, la pareja se verá en dificultades.
ARMONIZACIÓN O SOMETIMIENTO
La mayoría de las personas eligen vivir en pareja a pesar del gran desafío que esto representa. El compartir las alegrías y las penas cotidianas, la contención, la caricia y el aliento son alimentos para el alma. Pero para que se dé este clima, es preciso que la pareja sea también un lugar de crecimiento y de expansión personal de los dos.
Por esta razón, los planes personales de cada uno necesitan realizarse, al menos parcialmente. Quizás no pueda darse un crecimiento simultáneo de los proyectos personales sino alternado; pero lo que resulta dañino es la renuncia total de uno de los integrantes, voluntariamente o no, al proyecto propio en función del otro. Si uno sacrifica todos los deseos, tarde o temprano eso “pasará factura”. No puede haber sometimiento o dominación. Las parejas que se estructuran de esta manera llevan dentro de sí el germen de su propia destrucción.
Esto no quiere decir que uno no pueda tener una posición de respeto hacia los planes del otro y cambiar los propios proyectos para satisfacer a quien queremos. Pero debe ser un movimiento auténtico desde el corazón y no una imposición que sea vivida como una tortura. Cuando es un movimiento de corazón, la propia postergación de los planes personales se ve compensada por ver al otro feliz. En cambio, si nos sigue resultando torturante, tendremos que saber que nadie soporta un sufrimiento eterno.
COMPARTIR EL SENTIDO DE LA VIDA
Nada de esto debería impulsarnos a convertirnos ahora en abogados intentando hacer firmar al otro un contrato de cómo se va a desarrollar la vida de pareja. Lo cierto es que no sabemos ni siquiera cómo ha de desarrollarse nuestra propia vida. Justamente este no saber es lo que la vuelve fascinante.
No podemos convertirnos en fanáticos de nuestros proyectos, es decir, de las realizaciones materiales únicamente. Así, la vida puede volverse muy aburrida. De nada sirve llegar a la meta sonriendo para la foto donde posamos junto a la casa, el coche, los dos niños y el perro si el amor se ha ido, aunque tengamos un contrato de proyecto de vida “firmado y sellado”.
Aunque suene obvio, el amor es lo primordial. Sin perjuicio de ello, podemos revisar nuestros planes. Quizá sea suficiente con permanecer abiertos para comprobar, si encontrándonos, realmente nos encontramos, si miramos hacia el mismo lado. De lo contrario, como dijo Fritz Perls, si encontrándonos no nos encontramos, no hay nada que hacer. Porque, en definitiva, se trata de compartir el mismo sentido de la vida.
6 PREGUNTAS PARA UNA VIDA EN COMÚN SATISFACTORIA
1. ¿EN QUÉ CIUDAD VIVIREMOS?
¿Viviremos en el centro de la ciudad o en las afueras? ¿O mejor en el campo? ¿Y en el extranjero? Elegir dónde vivir puede ser un juego apasionante pero, en ocasiones, implica un cambio que puede ser vivido como una pérdida que afecta negativamente a uno de los dos miembros.
2. ¿TENDREMOS HIJOS?
La primera cuestión que se plantea en relación a los hijos es si hay acuerdo en tenerlos o no. Puede que los dos miembros de la pareja quieran tener hijos, pero ¿cuántos? Y más tarde, hay que pensar en cómo educarlos, es decir, concretar los criterios de educación que se seguirán o elegir las escuelas a las que irán.
3. ¿CÓMO EMPLEAMOS EL DINERO?
Hay muchas maneras de organizar la economía de una pareja, aunque, en general, se deriva de lo que hemos aprendido en el modelo familiar. ¿Quién pone el dinero? ¿Trabajan los dos miembros de la pareja o sólo uno?¿Cómo le sienta a cada uno el hecho de que el otro trabaje o no lo haga? ¿Todo va a un saco común o se establecen economías separadas? ¿De qué manera se deciden los gastos? ¿Cuál es el nivel de independencia para gastar el dinero? Algunas de estas cuestiones podrían parecer triviales, pero el dinero –y el poder que implica– ha originado muchas disputas.
4. ¿QUÉ LUGAR OCUPA EL TRABAJO?
El papel del trabajo, qué lugar ocupa en el día a día y en la vida misma, es un tema que debe hablarse con la pareja, pues el trabajo y el desarrollo profesional se llevan gran parte del tiempo y de la energía de cada uno de nosotros. El resto del tiempo queda para la pareja y todo lo demás, pero los dos miembros necesitan saber si aceptan ese “resto”.
5. ¿QUÉ VIDA SOCIAL QUEREMOS?
Hay personas solitarias y otras a las que les gusta estar continuamente en contacto con gente, ya sea de forma personal o en fiestas. Si hay mucha diferencia de criterios, uno puede sentirse aislado o invadido, según el caso. Hay que hablar de lo que nos gusta y entender la perspectiva de quien queremos para encontrar un camino de acuerdo.
6. ¿QUÉ PAPEL TIENE CADA FAMILIA?
Es importante observar, de antemano, el papel que ocupan las familias de origen en cada integrante de la pareja, el tipo de trato y el grado de dependencia o intromisión que cada miembro está dispuesto a aceptar. El desacuerdo en este punto suele derivar en una crisis de pareja.
La psicología secular, basada principalmente en las enseñanzas de Sigmund Freud, Carl Jung y Carl Rogers, no tiene cabida en la consejería bíblica. Tampoco lo hace la llamada “consejería cristiana,” porque la consejería “cristiana” tiene como sus bases la psicología secular, no la bíblica. Esto no quiere decir que a veces alguien que se llame a sí mismo un consejero cristiano no sea también un consejero bíblico, pero la mayoría de las veces, los consejeros cristianos son solo cristianos que usan la psicología secular como su “modus operandi.”
La psicología es definida como una disciplina académica que involucra el estudio científico de los procesos mentales y del comportamiento, y la aplicación de ese conocimiento sobre las diferentes esferas de la actividad humana. La psicología es por naturaleza humanística. El humanismo afirma el valor y la dignidad de toda la gente, basado en la habilidad de determinar lo correcto de lo incorrecto, apelando a las cualidades humanas universales, particularmente la racionalidad. El humanismo rechaza la fe que no se basa en la razón, lo sobrenatural, y la Biblia. Por lo tanto, la psicología es la manera en que el hombre trata de entender y reparar el lado espiritual del hombre sin referencia a, o reconocimiento de lo espiritual. La Biblia declara que la raza humana tiene un principio diferente a cualquier otra cosa creada. El hombre fue hecho a la imagen de Dios, y Dios “…sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Génesis 1:26; 2:7). En su esencia misma, la Biblia trata con la espiritualidad del hombre, comenzando con su caída en el pecado en el Jardín del Edén y las consecuencias que le siguieron, particularmente en lo referente a su relación con Dios. El resultado de la caída – el pecado- es lo que nos separa de Dios y lo que requiere de un Redentor que restaure esa relación.
La psicología secular, por otra parte, está basada en la idea de que el hombre es básicamente bueno y que la respuesta a sus problemas yace dentro de él mismo. Con la ayuda de un psicoterapeuta – y con frecuencia de un consejero cristiano – el paciente hurga dentro del laberinto de su propia mente y emociones y “trabaja a través” de ellos a fin de emerger en el otro lado más sano por haber descubierto la causa de sus dificultades. La Biblia, sin embargo, nos pinta un cuadro muy diferente de la condición del hombre. Él está “muerto en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1) y su corazón es “engañoso más que todas las cosas y perverso” (Jeremías 17:9). Él es la víctima de lo que es llamado “depravación total.” El hurgar dentro de tal mente, buscando salud mental, es un ejercicio inútil, muy parecido a tratar de encontrar una rosa creciendo en el fondo de una cloaca.
El hombre fue creado inocente, pero fue desobediente a Dios; él pecó contra Dios, y este pecado cambió al primer hombre, Adán, y a todos los que vinieron después de él, con el resultado de estar física y espiritualmente muertos (Génesis 2:17; 5:5; Romanos 5:12; Efesios 2:1). La respuesta a los problemas espirituales del hombre es que nazca de nuevo – hacerlo vivir espiritualmente (Juan 3:3, 6-7; 1 Pedro 1:23). El hombre nace de nuevo al confiar en Jesucristo. Confiar en Jesucristo significa entender que Él es el único Hijo de Dios, y Dios el Hijo (Juan 3:16; Juan 1:1-3). Significa entender y creer que Jesús pagó por nuestros pecados cuando Él murió en la cruz, y que Dios demostró Su aceptación al sacrificio de Cristo por nosotros, resucitando a Jesús de los muertos (Romanos 4:24-25).
Los consejeros bíblicos, como opuestos a los psicoterapeutas y a muchos “consejeros cristianos” ven solo a la Biblia como la fuente de un enfoque comprensible y detallado para entender y aconsejar a la gente (2 Timoteo 3:15-17; 2 Pedro 1:4). El consejero bíblico está comprometido a dejar que Dios hable por Él mismo a través de Su Palabra, y a manejar correctamente la Palabra de Verdad (2 Timoteo 2:15). El consejero bíblico sigue la Biblia y busca ministrar el amor del verdadero Dios viviente, cuyo amor trata con el pecado y produce obediencia (1 Juan).
Mucho de la psicoterapia y de la consejería cristiana está basado en necesidades. Las necesidades de autoestima, de amor y aceptación, y de valoración tienden a dominar. Si estas necesidades son satisfechas, se cree que la gente será feliz, amable y moral; si no son satisfechas, la gente será miserable, odiosa e inmoral. La Escritura enseña que es Dios, no nosotros mismos, quien cambia nuestros deseos y que la verdadera felicidad solo puede encontrarse en el deseo por Dios y la santidad. Si la gente desea la autoestima, el amor y el reconocimiento, ellos serán felices si lo obtienen y miserables si no lo logran, pero aún así en cualquier caso seguirán centrados en sí mismos. Por otra parte, si la gente desea a Dios, el reino de Dios, sabiduría santa y resurrección de gloria, ellos estarán satisfechos, y gozosos, y serán obedientes y útiles siervos de Dios.
Mientras que los psicoterapeutas seculares intentan ayudar al paciente encontrando el poder para suplir sus propias necesidades desde adentro, para la mayoría de los psicoanalistas cristianos, Jesucristo es el sanador accesible para las necesidades y las heridas de la psiquis. El paciente es instado a considerar lo mucho que es amado por Dios, y la cruz simplemente retrata cuán valioso es él para Dios, a fin de llenar su auto-estima y suplir su necesidad de ser amado. Pero en la Biblia, Jesucristo es el Cordero de Dios, crucificado en lugar de los pecadores. El amor de Dios en realidad derriba la auto-estima y la incesante búsqueda de ella. En vez de ello, produce una gran y agradecida estimación por el Hijo de Dios, quien nos amó y entregó Su vida por nosotros – el Cordero de Dios quien es el único digno de alabanza. El amor de Dios no satisface nuestra fijación por ser amados como somos. Derrumba aquella engañosa búsqueda, a fin de amarnos, a pesar de lo que somos y nos enseña a amar a Dios y a nuestro prójimo (1 Juan 4:7-5:3).
Cuando una persona intrínsicamente pecadora contrata a un psicólogo o un consejero cristiano, a fin de obtener la satisfacción a sus necesidades o para obtener felicidad, la auto estima y la realización, ésta inevitablemente se alejará de tal consejería irrealizable. Jesús dijo que debemos morir a nosotros mismos y nacer de nuevo. Cuando venimos a Él, debe ser con la intención de deshacernos de la antigua naturaleza – no solo arreglarla – y ponernos la nueva naturaleza, la que vive para Cristo y busca servirle a Él y a otras personas por amor a lo que Él ha hecho. Los verdaderos consejeros bíblicos buscan asistir a sus clientes para hacer justamente eso, siguiendo la Biblia y viendo la consejería como una actividad pastoral, en la cual la meta no es la auto-estima, sino la santificación – creciendo en santidad y a la semejanza de Cristo.
Cada vez con mayor frecuencia niños y adolescentes son diagnosticados del trastorno por lo que es preciso iniciar cuanto antes el tratamiento para facilitar su vida cotidiana que, en caso contrario, puede volverse muy difícil y estresante:
Por lo general, en la mañana, los pacientes sienten que sus rituales son muy importantes ya que creen que, de no prestarles la debida atención, el resto del día podría ser desastroso.
Por las noches, antes de ir a la cama, también deben cumplir concienzudamente sus rituales llegando incluso a no dormir lo suficiente debido a sus compulsiones, con el consiguiente cansancio y falta de rendimiento al día siguiente.
Problemas escolares:
Empiezan entonces los problemas de atención en la escuela, realización de tareas en casa y en las relaciones escolares con los compañeros, sociales y familiares.
Problemas físicos:
Aparece el estrés, por tener que ocultar sus rituales, la mala nutrición, pérdida de tiempo en obsesiones y compulsiones, problemas de autoestima, etc.
Problemas del control de la rabia:
Puede deberse a que los padres no son capaces de cumplir con las demandas que el trastorno del niño implica. Incluso si éstos establecen límites razonables, los afectados del T.O.C pueden sentirse ansiosos y enfadados.
Además, los niños y adolescentes se ven “diferentes” porque su forma de pensar y comportamientos no son como los de sus amigos y familia, sintiendo vergüenza y generando problemas para mantener el control de su ira.
Problemas de salud mental adicionales:
Los niños y adolescentes con el trastorno del T.O.C suelen padecer otros problemas de salud mental. En ocasiones, estos pueden tratarse con los mismos medicamentos prescritos para tratar el trastorno. Pueden ir desde depresión, tricotilomanía y ansiedad; por otra parte, trastornos como: déficit por atención e hiperactividad, tics y de comportamiento pueden requerir otro tipo de tratamientos incluso los no específicos para el T.O.C.
Tratamiento del TOC para niños y adolescentes
Terapia cognitivo-conductual
Los expertos están de acuerdo en que la terapia cognitivo-conductual es el tratamiento más adecuado para tratar el T.O.C en los más jóvenes. El trabajo con un terapeuta especializado facilita las habilidades sobre cómo controlar su trastorno. Utilizando la estrategia denominada Exposición con Prevención de Respuesta se inicia el aprendizaje de hacer lo opuesto a lo que el T.O.C les está obligando a hacer, mediante el afrontamiento gradual a sus miedos sin ceder a los rituales (prevención a la respuesta) y mediante el convencimiento de que sus temores no van a hacerse realidad. Por ejemplo, si un adolescente toca repetidamente las mismas cosas en su habilitación para prevenir la mala suerte, aprenderá a salir de su habitación sin tocar nada. Quizá se sentirá temeroso primero pero después de algún tiempo la ansiedad irá disminuyendo y se acostumbrará al hecho de que nada malo sucede
Al principio, la terapia de Exposición con Prevención de Respuesta puede resultar muy complicada y pensar que no se está preparado para llevarla a cabo por lo que es muy importante encontrar un terapeuta especializado y con experiencia. Cuando los adolescentes entienden cómo funciona la exposición y la habituación estarán más predispuestos a tolerar la ansiedad inicial, ya que sabrán que la ansiedad llega a un límite y desciende irremediablemente.
Es preciso que los padres se involucren en el tratamiento de su hijo, siempre bajo la guía del terapeuta.
¿Cuándo debería considerarse la ayuda de una medicación
Los medicamentos sólo deberían considerarse cuando los síntomas del T.O.C adquieren un carácter severo, siendo los antidepresivos (inhibidores de la serotonina) los que ejercen una efectividad mayor.
¿Estos medicamentos “curarán” a mi hijo?
Los medicamentos sólo controlan y reducen síntomas, no “curan” el trastorno. Por lo general, al aplicar el tratamiento adecuado el afectado puede seguir con su vida cotidiana de una forma normal, aunque los síntomas pueden volver si se deja de tomar la medicación.
¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto?
Este tipo de medicamentos suele ser lento y es preciso que se ingieran las dosis recomendadas como mínimo de 10 a 12 semanas. Los estudios han demostrado que la mejoría continuará aproximadamente un año después de iniciado el tratamiento. Al principio, las dosis en niños serán más bajas que para los adolescentes y si tiene dificultad para deglutir pastillas, el especialista puede recomendar la versión líquida del principio activo.
Los factores que pueden orientar sobre la elección o no del medicamento incluyen: respuesta positiva del fármaco en otro miembro de la familia, la presencia de otros trastornos, la posibilidad de efectos secundarios y la disponibilidad del mismo.
Su utilidad está suficientemente probada y la remisión de los síntomas en 1 de cada 5 niños, incrementando el porcentaje en aquellos que siguieron también una terapia cognitivo-conductual es motivo suficiente para intentarlo. En algunos pacientes la medicación no surte efecto, aunque ello no implica que con el cambio a otros fármacos se pueda obtener la ayuda que se persigue
¿Efectos secundarios?
Por supuesto, tomar medicamentos lleva implícito algún efecto secundario y debe valorarse los beneficios que pueden aportar. El médico especializado es quien mejor puede discernir la conveniencia y ventajas de cada uno de ellos.
¿Son permanentes estos efectos secundarios?
Se ha demostrado que estos medicamentos son perfectamente seguros en tratamientos a largo plazo y dichos efectos suelen remitir al parar la medicación, sin hallarse evidencia alguna de producir daños permanentes en el cuerpo.
¿Deberá tomar el niño la medicación para siempre?
Muchos médicos sugieren que el tratamiento para el trastorno del T.O.C debe continuar durante al menos un año, incluso después de que los síntomas hayan desaparecido. Por desgracia, el fármaco no cura el T.O.C y es posible que los síntomas vuelvan a las pocas semanas o meses. Si regresan, la mayoría de los pacientes responden bien después de reiniciar la medicación.
Por supuesto, la combinación de estos fármacos junto con una terapia adecuada, ayudarán en gran manera a resolver los problemas cotidianos de los afectados.
Trastorno Obsesivo Compulsivo. (2020). Recuperado 24 de abril de 2020, de Trastorno Obsesivo Compulsivo website: http://toc-trastornos.blogspot.com/
A continuación te presentamos un sistema de evaluación que te permitirá ver si es que presentas y en qué medida síntomas de tipo obsesivo. Marca con una cruz cada afirmación si es que corresponde a tu caso (en la primera columna si es algo que te sucedió anteriormente, pero no en la actualidad, y en la segunda si es una situación que estás viviendo actualmente)
1. Listado de síntomas CY-BOCS: Obsesiones.
OBSESIONES DE CONTAMINACIÓN
______ ______ Preocupación por suciedad, microbios o enfermedades (ej: SIDA)
______ ______ Preocupación o asco por excrementos o secreciones del cuerpo(orina, heces, saliva)
______ ______ Preocupación excesiva por elementos del ambiente (residuos tóxicos, Radiaciones, smog, asbesto)
______ ______ Preocupación excesiva por elementos domésticos (detergentes, cloro, lavalozas)
______ ______ Preocupación excesiva por animales o insectos
______ ______ Incomodidad frente a sustancias viscosas, adhesivas o residuos
______ ______ Preocupación de enfermarse por contaminación
______ ______ Preocupación de producir enfermedad a otros por haber esparcido negligentemente contaminantes
______ ______ Ninguna otra preocupación más allá del sentimiento de estar contaminado
______ ______ Otras; especificar
· Temor a morir a causa de contaminantes
OBSESIONES DE AGRESIÓN
______ ______ Miedo de la posibilidad de autoagredirse
______ ______ Miedo de la posibilidad de agredir a otros
______ ______ Miedo
______ ______ Miedo de herir a otros por falta de cuidado (pegar/atropellar a alguien sin percatarse de ello)
______ ______ Imaginar escenas violentas u horrendas
______ ______ Miedo de decir involuntariamente obscenidades o insultos
______ ______ Miedo de decir algo avergonzante
______ ______ Miedo de ejecutar actos violentos impulsivamente (asesinar a alguien)
______ ______ Miedo de robar o hurtar
______ ______ Miedo de ser responsable por algo terrible que suceda (incendio, asalto)
______ ______ Otras obsesiones de agresión, especificar
OBSESIONES SEXUALES
______ ______ Pensamientos, imágenes o impulsos sexuales perversos o prohibidos
______ ______ Contenidos involucran homosexualidad
______ ______ Comportamiento sexual agresivo con otros
______ ______ Otras, especificar
· Fascinación con el aspecto de los órganos sexuales de los adolescentes
OBSESIONES POR COLECCIONAR/GUARDAR OBJETOS INUTILES
(Debe ser diferenciado de los hobbies o del coleccionar objetos de valor sentimental o monetario)
______ ______ Temor a perder cosas
______ ______ Otras, especificar
PENSAMIENTOS MÁGICOS/OBSESIONES SUPERTICIOSAS
______ ______Números, colores, palabras relacionadas con buena y mala suerte
______ ______ Preocupación obsesiva, con temor a que ocurra algo trágico, si no se ponen determinados objetos en una cierta posición o ubicación (simetría, exactitud)
______ ______ Otras, especificar
OBSESIONES SOMÁTICAS
______ ______ Preocupaciones obsesivas por dolencias o enfermedades
______ ______ Preocupación excesiva por ciertas partes del cuerpo o con la apariencia física (Dismorfofobia)
______ ______ Otras, especificar
· Preocupación por la mortalidad, vulnerabilidad, incapacidad de regeneración instántanea
OBSESIONES RELIGIOSAS (Escrupulosidad)
______ ______ Preocupación excesiva de ser sacrílego o blasfemo (ofender a Dios)
______ ______ Preocupación excesiva por lo correcto e incorrecto y por la moralidad
______ ______ Otras, especifica
· Preocupación por el pecado, la gracia, la santidad
OBSESIONES MISCELANEAS
______ ______ Necesidad de saber o recordar algo
______ ______ Miedo de decir determinadas cosas (meter la pata)
______ ______ Miedo de no decir lo correcto o apropiado
______ ______ Miedo de perder cosas
______ ______ Imágenes intrusivas no violentas
______ ______ Presencia intrusiva de sonidos, colores, palabras, música o números, de suerte o azar
______ ______ Otras, especificar
2. Listado de síntomas: CY-BOCS: Compulsiones.
COMPULSIONES DE LIMPIEZA Y LAVADO
______ ______ Lavado excesivo o ritualizado de las manos
______ ______ Ducha, baño, cepillado de dientes o rutinas diarias de higiene personal excesivas o ritualizadas
______ ______ Limpieza excesiva de elementos como prendas personales y objetos importantes
______ ______ Otras medidas exageradas para prevenir o remover el contacto con sustancias que pueden causar suciedad o contaminación
______ ______ Otras, especificar
· Esterilización excesiva de objetos
COMPULSIONES DE VERIFICACIÓN
______ ______ Verificación de cerraduras, juguetes, libros y útiles escolares u otros
______ ______ Verificación asociada con mantenerse limpio, vestirse o desvestirse
______ ______ Verificación de no haber herido o ir a herir a otros
______ ______ Verificación de no haberse herido o no ir a herirse a sí mismo
______ ______ Verificación que nada terrible ha ocurrido u ocurrirá
______ ______ Verificación de no haber cometido errores
______ ______ Verificaciones ligadas a obsesiones somáticas
______ ______ Otras
· Verificación de objetos, en busca de sangre o fluidos de alto riesgo por contaminación por VIH
RITUALES DE REPETICIÓN
______ ______ Releer, borrar o reescribir varias veces
______ ______ Necesidad de repetir actividades rutinarias (entrar y salir de la casa varias veces; sentarse y levantarse varias veces de una silla)
______ ______ Otra
· Necesidad de repetir los sondeos visuales a objetos
· Necesidad de repetir las acciones de descontaminación por más de 3 veces
COMPULSIONES DE CONTAR
______ ______ Objetos, ciertos números, palabras, etc.
______ ______ Otras, especificar
· Pensamientos
COMPULSIONES DE ORDEN Y ARREGLOS
______ ______ Necesidad de simetría/evening up (arreglar objetos personales de acuerdo a ciertas líneas específicos)
COMPULSIONES DE COLECCIONISMO Y ACUMULACIÓN DE OBJETOS
(Se debe distinguir de hobbies o de preocupaciones por objetos de valor monetario o sentimental)
______ ______ Dificultad para botar cosas, guardar papelitos, pequeños utensilios domésticos y otros objetos inútiles
______ ______ Otras, especificar
CONDUCTAS EXCESIVAS DE JUEGO Y SUPERTICIONES
(Se debe distinguir de los juegos mágicos de la edad, ej. Tipos de conducta tales como caminar sobre ciertas baldosas sobre el piso, tocar un objeto un determinado número de veces como juego rutinario para evitar que algo malo ocurra)
______ ______ Especificar
· Asegurarse que no se ha tenido contacto con ciertas personas que podrían ser causa de algo raro: realizar bendiciones, hacer oraciones…
RITUALES QUE INVOLUCRAN OTRAS PERSONAS
Necesidad de involucrar a otras personas (habitualmente a uno de los padres) en el ritual, ej. Preguntar a los padres en forma repetitiva la misma cuestión, hacer que la madre ritualice la preparación de comidas involucrando determinados utensilios
______ ______ Especificar
· Solicitar escrupulosidad al manipular alimentos y exigir un altísimo nivel de higiene en acciones de lavado y desinfección
COMPULSIONES DIVERSAS
______ ______ Rituales mentales que no sean verificar o contar
______ ______ Necesidad de preguntar, decir o confesar
______ ______ Medidas para prevenir (no son verificaciones)
-Herirse……..
-Herir a otros……..
-Consecuencias terribles………
______ ______ Comportamientos ritualizados al comer
______ ______ Efectuar listas excesivas
______ ______ Necesidad de tocar, palpar, dar golpecitos o refregar
______ ______ Necesidad de hacer cosas (tocar o arreglar hasta sentirse bien)
______ ______ Rituales incluyendo parpadear o mirar fijamente
______ ______ Tricotilomanía (arrancarse el cabello)
______ ______ Otros comportamientos de dañarse o automutilarse
______ ______ Otras, especificar
Ahora, con respecto a los síntomas que marcaste, responde y completa la siguiente tabla, asignando un puntaje de acuerdo a lo que corresponda a cada ítem:
3. Escala obsesivo-compulsiva de Yale-Brown (CY-BOCS)
a. Obsesiones
GRADO
1
Tiempo ocupado en pensamientos obsesivos ¿Cuánto tiempo te ocupan los pensamientos obsesivos?
¿Cuán frecuentemente te ocurren?
0=
1=
2=
3=
4=
Nada
Leve, menos de 1 hora al día
Moderado. 1 a 3 horas por día
Severo; entre 3 y 8 horas por día
Extremo; más de 8 horas por día
1b
Intervalos libres de pensamientos obsesivosEn promedio ¿Cuál es la mayor cantidad de tiempo cada día que no estás interferido por pensamientos obsesivos?
0=
1=2=
3=
4=
Sin síntomas
Leve; más de 8 horas consecutivas libre de síntomas
Moderado; más de 3 horas por día
Severo; 1 a 3 horas consecutivas
Extremo; menos de 1 hora consecutiva sin síntomas
2
Interferencia debida a pensamientos obsesivos¿Cuánto te interfieren estos pensamientos en la escuela, el trabajo o en las actividades con amigos?
Incomodidad asociada a pensamientos obsesivos¿Cuánta frustración o ansiedad te causan los pensamientos obsesivos?
0=
1=2=
3=
4=
5=
Ninguna incomodidad
Leve; incomodidad es infrecuente y no
PerturbadoraModerado; frecuente y perturbadora, pero manejable
Severo; incomodidad muy frecuente y perturbadora
Extremo; ansiedad/frustración constante
4
Resistencia contra las obsesiones
¿Cuán dificultoso te resulta tratar de detener los pensamientos o ignorarlos?
0=1=
2=
3=
4=
Nada; siempre puedo hacer un esfuerzo para resistir
Leve; trato de resistir la mayoría del tiempo
Moderado; hago algún esfuerzo para resistir
Severo; ejerzo muy poca resistenciaExtremo; ninguna resistencia, completamente invadido
5
Capacidad de control sobre los pensamientos obsesivos
Cuando tratas de combatir los pensamientos ¿Puedes efectivamente hacerlo? ¿Cuánto control tienes sobre esos pensamientos?
0=
1=2=
3=
4=
Control completo
Gran control; habitualmente capaz de detener los pensamientos obsesivos con algo de esfuerzo y concentración
Moderado control; algunas veces capaz de detenerlos
Pequeño control; pocas veces tiene éxito
Sin control; muy rara vez capaz de controlarlos
b. Compulsiones
Ahora te preguntamos acerca de esos hábitos que no puedes detener y aquellas acciones que no puedes dejar de hacer.
6
Tiempo ocupado en realizar conductas compulsivas
¿Cuánto tiempo ocupas teniendo ese tipo de conductas o realizando esas acciones?
0=
1=
2=
3=
4=
Nada
Leve, menos de 1 hora al día
Moderado, 1 a 3 horas por día
Severo, entre 3 y 8 horas por día
Extremo, más de 8 horas por día
6
b
Intervalo libre de compulsiones
¿Cuál es el tiempo más largo que puedes pasar sin tener esas conductas compulsivas?
0=
1=2=
3=
4=
Sin síntomas
Leve; más de 8 horas consecutivas libre de síntomas
Moderado; más de 3 horas
Severo; 1 a 3 horas consecutivas
Extremo; menos de 1hora sin síntomas
7
Interferencia debida a conductas compulsivas¿Cuánto te interfieren esos hábitos o conductas en la escuela, el trabajo o en las actividades con amigos?
¿Hay cosas que dejas de hacer debido a ello?
¿Cuánta frustración o ansiedad tcausaría no poder realizar esos actos o conductas?
0=
1=2=
3=
4=
Ninguna
Leve; mínima ansiedad/frustración si no se realizan compulsiones
Moderado; algo más intensa ansiedad/frustración, pero manejable
Severo; incremento perturbador de ansiedad/frustración
Extremo; ansiedad/frustración incapacitante
9
Resistencia contra las compulsiones
¿Cuán dificultoso te resulta tratar de combatir esos hábitos o ignorarlos?
0=1=
2=
3=
4=
Siempre puede hacer un esfuerzo para resistirlas
Leve; trata de resistir la mayoría del tiempo
Moderado; hace algún esfuerzo para resistirlas
Severo; casi siempre invadido, oponiendo escasa resistencia
Extremo; completamente invadido por compulsiones
10
Capacidad de control sobre las conductas compulsivas
Cuando tratas de evitar realizar esas conductas o hábitos,
¿Puedes efectivamente hacerlo?
¿Qué sucede cuando tratas de hacerlo?
0=
1=2=
3=
4=
Control completo
Gran control. Siente presión de realizarlas pero es capaz de ejercer control voluntario sobre las compulsiones
Moderado control; fuerte presión para realizarlas; apenas puede controlarlas
Pequeño control, muy poderosa presión para realizarlas y casi incapacidad de posponerlas
Sin control; no puede ejercer control voluntario y muy rara vez es capaz de posponer su realización
VALORACIÓN:
Si tu puntuación total es de 8 o mayor, puede estarse consolidando un TOC y te recomendamos encarecidamente ponerte en control con un especialista.
Si tu puntuación es menor de 8, te entregaremos algunos ejercicios para ayudarte a superar los síntomas.
Cuando no se ha consolidado todavía un cuadro de TOC propiamente dicho, algunas estrategias o indicaciones como las que siguen, pueden serle suficientes al sujeto para paliar (en casos leves, desde luego), la sintomatología obsesiva; como nos recuerda de nuevo el profesor Cruzado (1998), éstas son:
1º.- Pensar cosas negativas no significa que una persona las desee. Los pensamientos son diferentes de las acciones. Muchos pacientes creen que si un pensamiento negativo entra en su mente, significa de inmediato que desean que esa cosa mala ocurra. Esto no es cierto. (Esto es lo que se conoce como pensamiento mágico).
2º.- Todos tenemos pensamientos que nos avergonzarían si los otros los supieran; de todo tipo, religiosos, sexuales, etc… y en algunos casos, impulsos de hacer daño a sí mismos o a los demás.
3º.- Hay que pensar que el contenido de las obsesiones es irracional. Has de decirte a ti mismo/a: “estoy teniendo un pensamiento irracional, exagerado y sin sentido”, “es fruto del problema de ansiedad que tengo, es una obsesión”.
4º.- En lugar de intentar detener el pensamiento, es más adecuado aceptar que se está teniendo un pensamiento o imagen obsesiva que es la que te está provocando la ansiedad, en definitiva, “se trata de exponerse” a ese pensamiento, idea o imagen.
5º.- Después de llevar a cabo la exposición tres o más veces el grado de malestar al comienzo de la siguiente sesión será menor. Esta es la mejor indicación de que el tratamiento va funcionando.
6º.- En los casos de exposición en imaginación se deben incluir pensamientos de consecuencias desastrosas futuras que provocan miedo, ansiedad o angustia.
7º.- Las exposiciones largas son mas efectivas que las exposiciones breves e interrumpidas. Aunque la ansiedad o angustia sea alta, ésta se suele disipar aproximadamente a los treinta minutos. Se debe continuar la exposición mientras la ansiedad continúe alta y hasta que baje al menos -tomando como criterio- a la mitad menos uno de la escala de 0 a 10 que ya es sabida.
8º.- Si se manifiestan varias fuentes de ansiedad o angustia el tratamiento de exposición debe dirigirse al pensamiento obsesivo principal, tras lo cual se aborda el segundo en importancia alternando el tratamiento de ambas ideas o imágenes obsesivas.
9º.- Ejemplos de autoinstrucciones positivas ante una obsesión o idea obsesiva podrían ser: “estoy teniendo una obsesión, no debo evitarla, debo seguir exponiéndome, cuanto más me exponga antes acabaré con ella, puedo hacerle frente”; “éste es el momento álgido, si aguanto un poco mas esto empezará a bajar”; “no puede sucederme nada peor, estoy haciendo lo que tengo que hacer, que es exponerme a esta obsesión absurda”.[1]