Carl Sagan y Ann Druyan, un amor tan grande como el Cosmos

«Cuando mi esposo murió, era tan famoso y conocido por no ser creyente, que muchas personas me preguntaron –y todavía me pasa a veces– si Carl había cambiado y se había convertido al final en un creyente en la vida después de la muerte. También me preguntaron con frecuencia si creo que lo volveré a ver. Carl se enfrentó a su muerte con coraje y tenacidad y nunca buscó refugio en ilusiones. La tragedia fue que los dos sabíamos que nunca nos volveríamos a ver.

No espero volver a reunirme con Carl. Pero lo más grandioso es que mientras estuvimos juntos, por casi 20 años, vivimos con una apreciación real de lo breve que es la vida y lo preciosa que es. Nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que era algo más que una separación definitiva. Cada momento que estuvimos vivos y estuvimos juntos fue milagroso, pero no en el sentido de inexplicable o sobrenatural. 

Sabíamos que habíamos sido beneficiados por el azar… Que el azar puro haya sido tan generoso y tan amable que nos pudimos encontrar, como Carl escribió tan bellamente en «Cosmos», ya sabes, en la inmensidad del espacio y la inmensidad del tiempo… que hayamos podido estar juntos durante veinte años. Eso es algo que me sostiene y que es mucho más significativo… la forma en que me trató y en que lo traté, la forma en la que nos cuidábamos el uno al otro y a nuestra familia mientras vivió. Esto es mucho más importante que la idea de que lo volveré a ver algún día.

No creo que vuelva a ver a Carl nunca más. Pero lo vi. Nos vimos el uno al otro. Nos encontramos el uno al otro en el cosmos, y eso fue maravilloso».

Skeptical Inquirer, «Ann Druyan Talks About Science, Religion, Wonder, Awe… and Carl Sagan», Volumen 27.6, Noviembre/Diciembre, 2003.

¿Qué es lo peor que puede pasar? La visualización negativa, un aporte estoico a la Terapia

La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. Sigue leyendo y te darás cuenta de cómo la visualización negativa y el memento mori te pueden ayudar a gestionar la incertidumbre.

TIENES A LAS LEYES DE MURPHY EN CONTRA

La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal.

Este Murphy era el ingeniero aeroespacial Edward Aloysius Murphy y formuló su ley en 1949 después de descubrir que estaban mal conectados todos los electrodos de un arnés para medir los efectos de la aceleración y deceleración en pilotos.

¿Cuáles son estas leyes?

  1. Si algo puede salir mal, saldrá mal.
  2. La tostada siempre cae en el lado de la mantequilla.
  3. La información más importante de cualquier mapa está en el doblez o en el borde.
  4. Nada es tan fácil como parece y todo lleva más tiempo del que piensas.
  5. La otra cola siempre es más rápida.
  6. No importa cuántas veces se demuestre una mentira, siempre quedará un porcentaje de personas que creerá que es verdad.
  7. Siempre encuentras las cosas en el último sitio en el que miraste.

¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?

Ahora que sabes que es más probable que todo salga mal, ¿No tiene más sentido estar preparado para ello?

En cualquier religión hay oraciones y mantras a los que acudir en determinados momentos, no obstante en el estoicismo, se medita y reflexiona de distinta forma, para el estoico, hacerse la pregunta: ¿Qué es lo peor que puede pasar? .

Ser consciente de que todo no tiene porqué salir bien, y compone el inicio de todo un entrenamiento mental y emocional.

SER POSITIVO vs SER OPTIMISTA

Como seres humanos, tenemos mecanismos fisiológicos y procesos automáticos como el de poner nuestro foco en lo negativo, pero en las sociedades en las que vivimos y la propaganda positiva, de vana felicidad y consumo, muchas veces nos intenta transmitir la idea de que ser positivo es lo mismo que ser optimista.

Y no, ser POSITIVO no tiene que ver con ser OPTIMISTA.

El significado de OPTIMISTA es aquella persona que cree que probablemente lo que va a suceder va a ser bueno, y que las cosas van a salir tal cual hemos previsto , por otro lado ser pesimista significa que crees que lo que va a suceder probablemente va a salir mal y que lo que has planeado no va a salir como creíste en un primer momento.

Actuar siendo positivo no es negar la realidad cuando esta golpea y nos azotan los problemas, negar la realidad es de necios e idiotasser positivo va mucho más allá, se trata de decidir poner el foco en la solución en lugar de en el problema.

Ser optimista es pensar que las cosas van a ir bien y por lo general actuar bajo el optimismo es olvidarse de una de las herramientas más importantes del estoicismo,
La visualización negativa.

LA VISUALIZACIÓN NEGATIVA

La mejor herramienta que tenemos en el estoicismo para responder a la pregunta
¿Qué es lo peor que puede pasar?

En respuesta a esta pregunta contamos con la visualización negativa , también conocido como praemeditatio malorum un ejercicio estoico que consiste en imaginar que nos ocurren las peores tragedias: pérdida de seres queridos, ruina, enfermedad, desprestigio, nos hace estar más presentes y valorar mucho más lo que ya disfrutamos hoy.

No te apegues a las cosas, en última instancia no importan. ¿Tu camiseta favorita? Un trozo de lana … Los estoicos van un paso más allá. Dicen que ni siquiera te apegues demasiado a tus seres queridos.

Cuando le des un beso a tu hijo o esposa, repítete a ti mismo:» Estoy besando a un mortal.

Epicteto.

La vida es efímera, y las personas que nos importan pueden ser arrebatadas de repente y sin previo aviso. Además, tú mismo eres mortal. Podrías morir mañana.

Mantenga la muerte y el exilio ante sus ojos todos los días, junto con todo lo que parece terrible; al hacerlo, nunca tendrá un pensamiento básico ni tendrá un deseo excesivo. 

Epicteto.

Recuerda cuán preciosa es la vida aquí y ahora, y cuán preciosos son tus seres queridos, porque pronto se habrán ido. Aprecia lo que tienes y recuerda la impermanencia de las cosas.

Vas a caer
Vas a perder a tus padres
Vas a perder a tus amigos
Vas a perder a tu pareja
Deja de creer que no vas a caer.

HOMINEM TE ESSE MEMENTO!

Los senadores y generales de la antigua Roma solían tener un esclavo a su espalda durante sus marchas triunfales mientras le sujetaban la corona y les repetían «Memento mori» para recordarles su origen y mantener los pies en la tierra.

Hominem te esse memento! "¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre" (y no un dios).
Hominem te esse memento! «¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre» (y no un dios).

La mayoría del público tendría sus ojos pegados al victorioso general en el frente, uno de los lugares más codiciados durante la época romana.

Solo unos pocos notarían al ayudante en la parte trasera, justo detrás del comandante, susurrándole al oído: «Recuerda, eres mortal». ¡Qué recordatorio escuchar en la cima de la gloria y la victoria!

Puedes dejar la vida ahora mismo. Deja que esa determinación influya en lo que vas a decir o hacer.

Marco Aurelio.

MEMENTO MORI

Para nosotros esto suena como una idea horrible. ¿Quién quiere pensar en la muerte? Pero, ¿qué pasaría si en lugar de tener miedo y no querer abrazar esta realidad hiciéramos lo contrario? ¿Qué pasaría si reflexionar y meditar sobre ese hecho fuera una simple clave para vivir la vida al máximo?

 Practicar la muerte es practicar la libertad. Un hombre que aprendió a morir no aprendió a ser esclavo.

Montaigne.

Comenzar a meditar sobre tu mortalidad  NO ES DEPRIMENTE solo es deprimente si pierdes el foco. 

De hecho, es una herramienta para crear propósito y significado. Una herramienta que las generaciones han utilizado para crear una perspectiva y urgencia reales. Debes tratar al tiempo como un regalo y para no desperdiciarlo en lo trivial y en vano. 

LLÉVALO A LA PRÁCTICA

La muerte no hace que la vida carezca de sentido, sino que tiene un propósito, y afortunadamente, no tenemos que morir casi para aprovechar esto.

Un simple recordatorio puede acercarnos a vivir la vida que queremos. 

Praemeditatio Malorum, expresión en latín que significa el ejercicio de la visualización negativa.

Ahora no tienes un esclavo que te recuerde estas cosas, así que será mejor que lo hagas tú mismo. Tómate un segundo para meditar sobre tu propia mortalidad. La vida en la tierra es limitada, solo es prestada y no sabes cuándo tienes que devolverla. Aprovecha el tiempo al máximo y siempre recuerda:

Eres mortal, tus seres queridos son mortales.


Vivar, P. (2021). ¿QUÉ ES LO PEOR QUE PUEDE PASAR?. Recuperado 7 de octubre de 2021, de Diario Estoico website: https://diarioestoico.com/que-es-lo-peor-que-puede-pasar/ 

El Modelo PERMA de Seligman y la búsqueda de la felicidad

“La psicología no es una mera rama del sistema de salud pública, ni una simple extensión de la medicina, nuestra misión es mucho más amplia. Hemos olvidado nuestro objetivo primigenio, que es el hacer mejor la vida de todas las personas”

           Martin Seligman

Significado

El modelo perma o teoría del bienestar es esencialmente una teoría de elección no forzada, se trata de una descripción de lo que las personas eligen libremente para incrementar su bienestar. Este modelo recoge las bases y los indicadores del bienestar, para conseguir sentirse bien, estar positivos y mantener esa actitud y sensación el mayor tiempo posible del día a día y de la vida.

Martin Seligman y Modelo Perma

Martin Seligman, psicólogo y escritor estadounidense, es considerado el principal fundador y padre de la Psicología Positiva y en este post vamos a detallar la teoría del bienestar o modelo perma, su última y más reciente contribución en esta disciplina y que es una evolución de su primera propuesta Las 3 vías hacia la felicidad que lanzó en el año 1999.

Perma constituye un acrónimo que engloba los 5 factores principales sobre los que circunda dicha teoría. De este modo, el desarrollo y la mejora de cada uno de ellos serán de gran ayuda para incrementar nuestros niveles de satisfacción y motivación.

Eso sí, cada elemento del modelo perma ha de cumplir con ciertas propiedades para poder ser considerado dentro de esta teoría:

  1. Que contribuya al bienestar.
  2. Que las personas lo elijan por su propio bien y no sólo como método para obtener cualquiera de las otras variables.
  3. Que se defina y se mida de forma independiente al resto de variables del modelo.

5 Factores Principales

Así pues, los 5 factores del modelo perma son los siguientes:

  • PPositive Emotions”. Emociones positivas. Supone aumentar la cantidad de emociones positivas, no a costa del intercambio o transposición con las negativas, sino como herramienta para lidiar con ellas. Las emociones positivas nos permiten experimentar bienestar en nuestras vidas, ejemplos de ellas pueden ser la paz, la gratitud, la satisfacción, el placer, la inspiración, la esperanza, la curiosidad o el amor.

  • EEngagement. Compromiso. Se trata de una especie de pacto o de acuerdo con nosotros mismos y con nuestras fortalezas, a fin de alcanzar una sintonía entre ambos que nos sitúe en un estado de armonía, de afinidad, de flujo de conciencia. Esto es, el compromiso en la búsqueda de aquellas actividades que nos permitan entrar en “flow”, o el estado óptimo de activación. Y es que cuando nos comprometemos con una tarea o con un proyecto experimentamos un estado de flujo donde el tiempo parece detenerse y perdemos nuestro sentido de nosotros mismos, concentrándonos intensamente en el presente.

  • RRelationships. Relaciones positivas. Bajo nuestra innegable condición de seres sociales resulta obvio afirmar que este factor resulte indispensable para la consecución de nuestro bienestar. En mayor o menor medida todos y cada uno de nosotros tenemos relaciones con los demás, más o menos intensas, pero que, al fin y al cabo suponen un factor de protección y de apoyo extremadamente poderoso y por ende, importante y necesario. Por ello, fomentar este aspecto puede favorecer de forma sustancial nuestra felicidad. Así pues, este factor hace referencia a mejorar nuestras relaciones personales, lo que también implica la mejora de nuestras habilidades personales.

  • M: Meaning and purpose. Propósito y significado. Este factor se refiere a la búsqueda de la pertenencia a algo más grande que uno mismo. Comporta la idea de que el sentido de nuestra vida vaya más allá de nosotros mismos. De este modo, a cada objetivo alcanzado, a cada meta obtenida, a cada propósito logrado le subyace un significado relevante que lo imbuye de un sentido trascendental. Todos necesitamos darle un sentido a nuestras vidas para tener un sentido del bienestar.

  • A: Accomplishment. Éxito y sentido del logro. Implica establecer metas, las cuales, una vez alcanzadas servirán para sentirnos competentes fomentando nuestra propia autonomía. Esto es, conseguir objetivos aparejado a la mejora de nuestras habilidades.

Cuando conseguimos cubrir todos estos ámbitos, podemos tener un bienestar sostenible y pleno. En este sentido, Seligman aclara que no debemos intentar cultivar ni promover todos y cada uno de los factores del modelo perma por igual, ni tan siquiera de un modo obligado o impositivo, sino que hemos de procurar fomentar los factores con los que nos identifiquemos y nos sintamos más cómodos sin necesidad de hipotecar nuestro propio bienestar. Al fin y al cabo este modelo va directamente dirigido a potenciar nuestro confort, objetivo que, por otra parte, no será alcanzado de un modo forzoso.

Es el propio Seligman el que formula de forma explícita que el modelo perma constituye una descripción de lo que hace la gente con una felicidad y bienestar auténticos, y no una prescripción, es decir, no supone una fórmula exacta para todas las personas.

Puedes leer más sobre el trabajo de Martin Seligman visitando la web más importante de Psicología Positiva a nivel mundial aquí.


Castro, S. (2021). Modelo PERMA. Recuperado 9 de septiembre de 2021, de Instituto Europeo de Psicología Positiva website: https://www.iepp.es/modelo-perma/ 

La indefensión aprendida: la víctima según Seligman

La indefensión aprendida es tal vez uno de esos fenómenos psicológicos cuya importancia afecta al plano existencial del ser humano, y cuya investigación y respuestas que la ciencia arroje al respecto deben ser capaces de mejorar la forma en que nos relacionamos los unos con los otros. Minimizar la indefensión aprendida supondrá un avance tanto para la sociedad como para las personas en particular.

Pero, ¿qué es exactamente la indefensión aprendida, y por qué razón es tan importante conocer este concepto? .

La indefensión aprendida: un síndrome a considerar

La indefensión aprendida es algo que puede afectar a personas tan cercanas como lo puede ser un familiar e incluso a uno mismo. No es, por ende, solo un concepto académico sin relevancia en la realidad, sino algo que afecta la vida diaria de muchas personas y, en no pocas ocasiones, la vida de ellas puede depender del auxilio efectivo de algún familiar o profesional de la salud mental que trate de mitigar esta conducta aprendida y disfuncional.

¿Qué es la indefensión aprendida?

Pero ¿qué es exactamente la indefensión aprendida?

A grandes rasgos, se refiere a la condición por la cual una persona o animal se inhibe ante situaciones aversivas o dolorosas cuando las acciones para evitarlo no han sido fructíferas, terminando por desarrollar pasividad ante este tipo de situaciones. Entender la forma en que se desarrolla dicho fenómeno es vital para poder comprender y ayudar a las personas que sufren este sesgo psicológico, puesto que puede ser una creencia limitante que actúe como un fuerte lastre para su desarrollo personal y su autoestima.

Los aportes de Martin Seligman, el investigador que descubrió la indefensión aprendida

Seligman y Overmaier fueron de los primeros investigadores que se plantearon la cuestión sobre por qué un animal o una persona que sufría en sus propias carnes condiciones adversas y dolorosas constantes no hacía nada para abandonar dicha situación. Este hallazgo fue reportado en investigaciones con perros, y fueron seguidos posteriormente por algunos investigadores como Watson y Ramey, que estudiaron la indefensión aprendida en seres humanos.

Por otra parte, no hay una situación en específico que genere la indefensión, es decir, muchas personas pueden vivir la misma situación adversa (incluso de manera grupal) y sin embargo reaccionar diferente ante ella. Fue Bernard Weiner quien consideró la influencia de la interpretación y la percepción que cada individuo tiene del evento en el desarrollo de la indefensión y también en la forma de afrontarla.

Señales de la indefensión aprendida

Cuando alguien cae en la indefensión, lo manifiesta en tres déficits: El motivacional, el emocional y cognitivo. Una persona que empieza a caer en la indefensión o que ya sufre de ella comienza a mostrar un retraso en la iniciación de respuesta voluntarias hasta que poco a poco deja de haberlas (déficit motivacional). De igual forma, comienzan a existir una serie de desórdenes conductuales, siendo los más habituales los estado de ansiedad y la depresión (déficit emocional), que van haciendo mella hasta el punto de que el afectado es incapaz de ver soluciones al problema que le atormenta (déficit cognitivo).

La respuesta a la pregunta de por qué no hace nada una persona en una situación claramente por salir de ella radica justamente en la afectación integral no solo de estos tres ámbitos (motivacional, emocional y cognitivo) sino también a nivel fisiológico. En una palabra, toda su persona, los distintos ámbitos psíquicos y somáticos, se sumen en dicho síndrome. En consecuencia, no bastará con tomar la decisión de romper con el ciclo negativo sino que implica desaprender la forma en que se procesa la situación aversiva o dolorosa.

¿Por qué algunas personas desarrollan indefensión aprendida?

¿Cómo se llega a la indefensión? Una forma fácil de entenderlo es la historia de las ranas. Se dice que para cocinar a una rana viva es necesario meterla en el agua fría e ir aumentado poco a poco el calor hasta que ésta hierva. En cambio, si para cocinar la misma rana decidimos echarla al agua ya hirviendo, la rana saltará; escapará del agua hirviendo. Con este ejemplo quiero explicar que la indefensión aprendida es un esquema de pensamiento que se desarrolla de forma gradual y que poco a poco carcome las fortalezas psíquicas y corporales hasta el punto de doblegar la voluntad.

Lo triste a considerar es la facilidad con la que se puede llegar a desarrollar la indefensión aprendida. Todos somos vulnerables de adoptar este tipo de esquemas de pensamiento, pues pocas veces existe una educación emocional para poder enfrentarnos a ello.

Basta con exponer continuamente a la posible víctima a circunstancias adversas, bajarle la moral, sobrecargarla de trabajo, cerrarle el apoyo externo durante un tiempo prolongado y de forma reiterada. La persona que ha sido tratada de este modo no tardará en manifestar déficits en los ámbitos ya mencionados: afectivo, emocional, cognitivo e incluso somático. Y no, no es algo que no pase todos los días: la violencia familiar y/o la violencia de pareja son ejemplos comunes en los que se suelen percibir distintos grados de indefensión aprendida por parte de la víctima.

Pero no son estos los únicos escenarios en que se pueden generar patrones relacionales que pueden desembocar en indefensión aprendida. La hay en la escuela, en el trabajo, en los grupos de amigos… Los estilos comunicativos y relacionales que generan indefensión aprendida no necesariamente se traducen en violencia física. En muchos casos, la violencia puede ser de tipo psicológico, económico, moral, entre otros.

Solucionar la indefensión aprendida

En cuanto a la necesidad de generar dinámicas para tratar de ayudar a una persona con indefensión aprendida, cabe decir varias cosas. De poco ayuda que alguien intente ayudar repitiéndole constantemente a la víctima lo que debería hacer o cómo debería pensar. Sería como querer decirle a un enfermo de gripe que no se sienta mal: tanto el virus de la gripe como los esquemas mentales que llevan a la indefensión aprendida están lo suficientemente enraizados en la persona como para resistir a unas meras palabras bienintencionadas o a unos consejos sumarios sobre cómo sobrellevar la situación.

En efecto, la persona que sufre indefensión aprendida no se siente mal porque quiera sino porque su psique ha consolidado esquemas disfuncionales que le inhiben a la hora de cambiar su propia situación. Por tanto, es necesario desestigmatizar a la víctima. Entender que ha perdido la capacidad de ver las soluciones que otros sin el problema pueden ver y que la ayuda que requiere no es solo que los demás le digan lo que “debería” o “no debería” hacer, sino reafirmarle en su capacidad y en su autoestima; devolverle el control a su vida para que sea capaz de tomar las riendas sobre aquello que en su momento veía sin solución.

1. Terapia psicológica para tratar estos casos

A este respecto, existen profesionales de la salud mental que pueden tratar los casos de personas con indefensión aprendida. Una de las terapias más frecuentemente empleadas para este fin es la terapia cognitivo-conductual. A través de varias sesiones, el psicólogo ayudará al paciente a restructurar sus pensamientos y emociones, así como las conductas aprendidas que le impiden salir adelante.

Para finalizar, la indefensión no es un asunto meramente individual. Se puede hacer “viral”, si se me permite la expresión. Es decir, que la indefensión se puede contagiar a toda una sociedad o a un grupo social. La Segunda Guerra Mundial fue un caso extremo donde se puso de manifiesto toda la crueldad de la que el ser humano es capaz, y los campos de concentración nazis fueron testigo de miles de seres humanos que, habiendo perdido toda esperanza de sobrevivir, prácticamente se entregaron a la muerte.

De todos modos, no es necesario irse tan lejos en el tiempo o en el espacio. La violencia familiar, el bullying, el mobbing son tan solo algunos ejemplos cotidianos que nos demuestran que este fenómeno es bien presente en nuestras sociedades. De nosotros depende empezar a tomar conciencia de ello y luchar no solo por minimizar sus efectos, sino también por combatir sus causas.

Referencias bibliográficas:


Ojeda, C. (2021). La indefensión aprendida: ahondando en la psicología de la víctima. Recuperado 6 de septiembre de 2021, de Psicología y Mente website: https://psicologiaymente.com/psicologia/indefension-aprendida 

Winnicott y el Objeto Transicional

Entre las décadas de 1940 y 1960 un médico británico ayudó a miles de mujeres a criar a sus bebés utilizando una herramienta poco conocida en la época: la psicología.

El psicoanalista y pediatra Donald Winnicott dio más de 60 charlas radiales en la BBC y se hizo famoso por desarrollar el concepto de lo que él llamó «la madre suficientemente buena«.

Hasta ese momento, la creencia generalizada era que las mujeres debían apuntar a ser madres perfectas, siguiendo al pie de la letra una serie de reglas para criar correctamente a sus bebés.

Médicos como el influyente experto en bienestar infantil Frederic Truby King sostenían que los bebés son como animales salvajes que deben ser domesticados.

A las madres se les decía que los niños debían ser alimentados en horarios fijos, que no podían ser alzados por más de 10 minutos y que no había que acurrucarlos o tratar de establecer un vínculo con ellos.

Pero Winnicott propuso algo muy diferente.

En su práctica médica privada notó que las mujeres de más bajos recursos, que no tenían acceso a los libros con los consejos de Truby King, seguían sus instintos a la hora de criar a sus hijos, y lo hacían sin problemas.

Por eso, cuando fue invitado a presentar una serie de charlas radiales, entre 1943 y 1966, incentivó a las madres a confiar en sus instintos maternales y a ignorar las reglas impuestas.

«Si la relación entre madre y bebé ha comenzado y se desarrolla de forma natural, no hay necesidad de implementar una técnica de alimentación, ni otros métodos», aseguró.

«Ambos, juntos, saben exactamente lo que es correcto, mejor de lo que cualquier persona externa podría saber».

«En estas circunstancias», señaló, «un bebé tomará la cantidad correcta de leche, a la velocidad correcta, y sabrá cuándo parar».

Winnicott explicó que «todo el proceso físico funciona simplemente porque la relación emocional se desarrolla con naturalidad«.

Psicología disimulada

La psicoanalista retirada Jennifer Johns, quien entrenó con Winnicott durante los últimos años de la vida del pediatra -quien falleció en 1971-, le dijo al programa Witness History, de la BBC, que una de sus virtudes era que introducía conceptos psicológicos de forma muy natural y fácil de entender.

En esa época, había poca comprensión sobre el psicoanálisis. Muchos incluso lo miraban con escepticismo.

Pero Johns dice que la forma sencilla de hablar de Winnicott y el hecho de que no usaba términos técnicos hizo que pocos se dieran cuenta de que el pediatra usaba técnicas psicológicas.

«Sus ideas siempre tenían ese trasfondo psicoanalítico, pero no tenías por qué saber que eran psicoanalíticas. De hecho, creo que él probablemente pensaba que tendrían mayor difusión si no se sabía, porque la palabra psicoanálisis era un tanto repelente», señala.

Winnicott se había interesado en las ideas de Freud durante su juventud, y desarrolló un especial interés en entender cómo el inconsciente le da forma a nuestros pensamientos y acciones.

Johns cuenta que durante su carrera llegó a observar a unas 60.000 madres interactuando con sus bebés y eso le permitió «ver cómo algunas teorías psicoanalíticas cobraban vida frente a sus ojos».

Una madre jugando con su bebé
Pie de foto,Winnicott incentivaba el vínculo cercano entre madre y niño.

«Creo que lo más importante es que sientas, sin dudas, que tu bebé es alguien a quien vale la pena conocer como persona», decía el experto.

«Nadie que venga a darte consejos sabrá esto jamás tan bien como lo sabes tú«.

Esta idea de que nadie sabe más sobre un bebé que su madre iba completamente a contramano de las creencias de la época en el mundo occidental.

No sean perfectas

Otra idea revolucionaria de Winnicott, que contradecía directamente los valores de su tiempo -e incluso los de hoy-, fue lo que llamó «la madre suficientemente buena».

Johns explica el concepto: «Uno escucha tan seguido a las madres jóvenes decir que desearían ser mamás perfectas, que quisieran hacer un mejor trabajo que el que hicieron sus propias madres y nunca decepcionar a este pequeño ser».

«Y el objetivo de él era decir: ‘Oye, solo tienes que ser suficientemente buena‘».

Winnicott no solo creía que no era necesario ser una mamá perfecta. Aseguraba que no era lo mejor para los bebés.

Un aviso mostrando una mamá en un vestido llevando de paseo a su bebé
Pie de foto,Los consejos de Winnicott sobre no tratar de ser madres perfectas, les quitó un gran peso a muchas mujeres de la época.

Su teoría era que fallar era una parte necesaria de criar a un hijo, ya que, de esta forma, el niño aprende sobre la realidad de un mundo imperfecto.

«Si eres perfecta tu hijo no experimenta la imperfección», señala Johns. «Y no tiene que realizar sus propias adaptaciones a tus imperfecciones, que podrían fortalecer su desarrollo».

Un ejemplo que daba Winnicott es cuando una mujer tiene otro hijo y no tiene el tiempo que el niño o niña quisiera para dedicarle a él o ella.

«Todo lo que absorbe el tiempo de la madre puede generar celos, como otro bebé. Realmente creo que los niños que han sentido celos y han logrado aceptarlo salen beneficiados por esa experiencia«, dijo.

Objeto transicional

Aunque Winnicott no logró el reconocimiento internacional que tuvieron otros expertos en crianza, sí hizo un aporte muy famoso. Fue quien introdujo el concepto del objeto transicional.

Él creía que un bebé es tan dependiente de quien lo cuida que no puede ser considerado como un ser separado de su madre. Postuló que, de hecho, el bebé no se siente separado.

Fue esto lo que lo llevó a hablar sobre la importancia del objeto de apego, un concepto que desarrolló junto con su principal colaboradora, su segunda esposa, la psicoanalista, trabajadora social y docente Clare Winnicott.

«Ese primer objeto que tu bebé ama, una mantita o un peluche, para el infante esto es casi parte de su ser. Y si se lo sacan o lo lavan el resultado es desastre», explicó el experto.

Un niño con un elefante de juguete
Pie de foto,El psicoanalista explicó por qué los objetos de apego son tan importantes para los bebés.

Johns señala que hasta entonces se pensaba que esta aparente obsesión del bebé era algo malo.

«La gente se preocupaba de que el niño se estaba tornando patológicamente dependiente de un objeto», explica. «Fue él quien dijo: ‘Esto es normal, esto es lo que hacen los niños'».

«Él lo explicó como una especie de puente, para que la realidad externa pudiera ser descubierta por el infante», afirma.

Influencia

Más allá de sus valiosos aportes, Johns resalta que Winnicott no buscaba convertirse en un revolucionario de la crianza infantil.

Tampoco quería decirles a las mujeres qué hacer.

«Simplemente quería tener una influencia similar a la que tiene una madre, siendo una persona que está a favor de las relaciones y que la gente crea en sí misma», dice.

«Las madres jóvenes buscan desesperadamente recibir instrucciones (sobre cómo criar a sus hijos), pero tienes que averiguarlo tú misma, escuchándote a ti y a tu bebé», resume.

Donald Winnicott
Pie de foto,Donald Winnicott falleció en Londres, en 1971. Tenía 74 años.

O como lo describió el propio Winnicott:

«Hay lugar para todo tipo de madres en el mundo, y algunas serán buenas en una cosa y otras en otra cosa -o más bien debería decir, algunas serán malas en algunas cosas y otras en otras cosas-«.

«Quiero alentarlas a mantener y defender esta sabiduría especial, no puede ser enseñada«.


Donald Winnicott, el pediatra y psicoanalista británico que le dijo a las madres que era mejor no ser perfectas. (2021). Recuperado 12 de agosto de 2021, de BBC website: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55009831 

Hábitos Atómicos de James Clear

Hábitos atómicos es la compilación del conocimiento sobre la creación de hábitos de James Clear, escritor y consultor especializado en eficacia personal al que llevo leyendo durante años.

Cuando hablamos sobre la creación de hábitos tengo la sensación de hablar siempre de lo mismo. El libro me ha permitido profundizar en ciertos aspectos y sobre todo disponer de una visión de conjunto de la “disciplina”.

Lo que vas a leer a continuación no es un comentario sobre el libro. Son el conjunto de ideas y conceptos, a mi opinión, más destacados.

El ciclo de los hábitos

Cualquier hábito puede desglosarse en cuatro pasos:

  1. Señal. Una disparador que sugiere una recompensa e inicia el proceso. Olor a comida una leve ansiedad, un sonido, una vibración…
  2. Anhelo. La motivación para cambiar algo para obtener dicha recompensa. El deseo de un cigarrillo, comer algo …
  3. Respuesta. Las acciones necesarias para obtener la recompensa.
  4. Recompensa. La satisfacción obtenida como retorno del cambio y lo que te empuja a hacerlo de nuevo.

El ciclo de reacción recompensa refuerza los comportamientos positivos o negativos, arraigando su implantación.

La fuerza del interés compuesto

Los hábitos son un proceso similar al interés compuesto. Acumular una mejorar de un 1% cada día lleva a ganancias inimaginables a largo plazo.

No pienses en ellos como un objetivo si no como un proceso de mejora continua. Al cambiar la mentalidad te darás cuenta de la necesidad de crear un sistema que facilite los cambios.

Los momentos decisivos, los puntos de inflexión son fruto de la preparación previa, de un gran conjunto de pequeñas mejoras que te han permitido crear y aprovechar el momento clave.

“Un cantero para hender una piedra por un punto concreto no da un golpe fuerte y seco, lo hace con multitud de golpes constantes y medidos”

Al crear o corregir un hábito se produce resistencia porque estamos cruzando el que James Clear llama la meseta del potencial oculto. Llevas a cabo la acción, pones en práctica el hábito sin recompensa aparente, pero una vez superada esta fase se experimenta un cambio repentino

Los hábitos son una cuestión de identidad

Cambiar de hábitos significa cambiar tu identidad. Transformarte en una versión mejor de ti mismo.

Hacerlo no significa cambiar la forma de hacer las cosas o los resultados obtenidos, esto será la consecuencia de un cambio a un nivel más profundo. Para que los cambios logrados no se desvanezcan necesitas editar tus creencias, actualizar y ampliar tu identidad.

Los hábitos importan no para obtener mejores resultados  – que pueden hacerlo-  sino porque pueden cambiar las creencias sobre uno mismo.

Las cuatro leyes del cambio

Las cuatro leyes del cambio de conducta son un sencillo conjunto de reglas que podemos utilizar para construir mejores hábitos:

  • Hacerlo evidente. Toma medidas para hacerlo inevitable. Quieres comer más fruta? Ponte-en una pieza a la bolsa con tu desayuno o comida.
  • Hacerlo atractivo. Crea los condicionantes para “enriquecer” la experiencia. ¿Quieres salir a corre? Queda con tus amigos o hazlo con alguien que tengas ganas de ver!
  • Facilitar-lo. Reduce las fricciones que sirven como pretexto para “darle la espalda”. Una alarma como recordatorio que debes meditar.
  • Hacerlo satisfactorio. Crea un añadido que te invite a volverlo a hacer. Un sabroso bocadillo después de hacer deporte o un buen café después de una tarea exigente.

Siempre insistimos que un hábito es un comportamiento que se convierte en automático a través de la repetición. Es más que eso, su propósito final es resolver problemas de la vida diaria con la menor cantidad y energía posible.

Encadena tus hábitos

La mejor forma de poner en marcha un nuevo hábito es llevarlo a cabo después de algo que hagas cada día. Después de levantarte, después de desayunar … o de otro hábito ya asimilado.

¿Quieres leer un poco más? ¿Pues qué tal hacerlo después de cenar?

Otra opción es agruparla con alguna otra que te apetezca hacer para convertirla en irresistible.

¿No te apetece nada limpiar la cocina? ¿Qué tal si lo compaginas escuchando tus canciones favoritas?

Modificar el entorno

Modificar el entorno nos ayuda a dar forma a nuestros hábitos. Pequeños cambios en el entorno nos ayudan a encauzar nuestras acciones.

“Cambia el entorno para facilitar los buenos hábitos y dificultar los malos”

El autocontrol no es efectivo. Es una estrategia a corto plazo, convierte las tentaciones en invisibles, apartado de ellas. Haz de tus malos hábitos algo invisible.

El entorno también son las personas. Forma parte de un grupo donde el hábito que deseas implementar forme parte de su “cultura“. Queremos implementar aquellos hábitos nos aportan elogio, respeto y prestigio.

Crear y repetir

Se trata de ir poco a poco pero siempre adelante.

Hacer una acción lo más pequeña posible para trabajar cada día en tu hábito. Repetir cada día esta acción para convertirla en parte integrada de la rutina.

La repetición es más importante que el volumen o la importancia de la acción en sí. Lo importante es llevarlo a la práctica no en la velocidad y en la calidad del resultado.

Cuando hablamos de un pequeño cambio pensamos en acciones nimias, ridículas. Fíjate un punto para iniciar tu hábito y dedícale 2 minutos para ponerlo en marcha.

¿Qué puedes hacer con dos minutos? 10 flexiones, preparar la ropa para salir a correr, escribir dos líneas de un post …

Cada día dedica estos dos minutos, cuando te sientas seguro incrementa esto y dedica 2 minutos más a la siguiente acción que requiere el hábito.

Ritualiza el proceso, estandarízalo antes de mejorar.

Uso de la tecnología

La tecnología se debe utilizar para automatizar los hábitos, para hacerlos inevitables. Programar una transferencia el primer día de cada mes de la cuenta corriente a la cuenta de ahorro para evitar afrontar la decisión (y procrastinar-la) cada 30 días.

Utiliza la tecnología para neutralizar el coste de decisión.

Aprovechar la eficiencia evolutiva

Los humanos no estamos programados para demorar la recompensa, priorizamos la ganancia inmediata. Eficiencia evolutiva.

Si después de superar la resistencia al implementar un nuevo hábito nos damos una pequeña recompensa nos condicionamos. Nos estaremos “adiestrando” para volverlo a hacer.

Del mismo modo, si asociamos algo desagradable a un mal hábito crearemos una presión en sentido contrario. Creamos una carga negativa a nivel inconsciente para facilitar su supresión.

Medir los hábitos

Medir los hábitos es importante. Observar su progreso nos motiva y nos sirve de alerta para implementar correcciones.

El autor nos invita a disponer de una hoja o sistema similar donde realizar una marca cada día que practicamos con éxito el hábito. Su consecución formará una cadena indicando el progreso de nuestra empresa.

Aparte de ser un recordatorio para realizar el hábito en cuestión, si un día no se llevó a cabo salta la alarma y nos urge a implementarlo el siguiente día sin falta.

Una vez más una idea simple pero poderosa que retroalimenta la motivación y el compromiso.


Torné, D. (2021). Hábitos atómicos. Cómo funcionan y se crean los hábitos. Recuperado 30 de julio de 2021, de David Torné: notas sobre productividad y desarrollo website: https://blog.davidtorne.com/es/2020/02/habitos-atomicos-como-funcionan-y-se-crean-los-habitos/ 

Jordan Peterson: 12 reglas para vivir

El sicólogo clínico y crítico cultural Jordan Peterson, recientemente enfrentado a Slavoj Žižek en un debate con millones de espectadores, rompió la taquilla también en librerías con una simple tabla de recomendaciones para la vida, la que empezó como un posteo en Quora y terminó con él girando y debatiendo por diversos lugares del mundo.

Jordan Peterson es un personaje polémico. Qué duda cabe. Famosos son sus videos debatiendo sobre las vicisitudes del posmodernismo mano a mano con quien se le ponga enfrente. Pero hoy no hablaremos del duro Peterson, que saca ronchas en los movimientos sociales cuando se refiere al marxismo o el binomio «opresor versus oprimido» —que, según él, prolifera en los distintos ambientes en que nos desenvolvemos y nos impide desarrollar todo nuestro potencial como seres humanos.

Hoy hablaremos del Peterson autor y particularmente de su libro más exitoso: 12 reglas para la vida: un antídoto al caos (2018, Planeta). El texto, secuela de Mapas del pensamiento, aborda una docena de consejos para la vida que lo llevaron a transformarse en uno de los más vendidos de 2017 —fecha de su publicación en inglés— y han puesto a su autor como referente de una generación de jóvenes en Estados Unidos, Canadá —lugar de nacimiento de Peterson— y todo el mundo.

La decena de reglas apareció una noche en que el doctor Peterson participaba en la red social Quora, cuando se animó a hacer una lista que sería valorada por miles de usuarios de esa red social. Pongan atención.

Regla número uno: camina derecho

En este, el primer capítulo de su libro, Jordan Peterson ejemplifica con algo que le trajo muchos problemas en diversos foros universitarios, podcast y programas de televisión en los que se prestó para debatir: equipara el sistema de recompensas de nuestros cerebros con el de las langostas, debido a la producción de serotonina.

¿Por qué? Según Peterson, las langostas derrotadas tienen menos probabilidades de conseguir éxito en los distintos ámbitos de su vida. Y la forma de evidenciar su derrota es en la postura encorvada que las acompaña. Ello les impide conseguir pareja y un lugar más alto en la jerarquía social de su propia especie.

Para el sicólogo, lo mismo es aplicable a los humanos: se debe caminar derecho en el más amplio sentido de la palabra, reconocer el propio origen y hacerse cargo de las vivencias personales de la forma más honesta posible. «Caminar derecho», funciona como una metáfora de asumir un destino y una misión, entregar algo a cambio de ello —remarca el concepto de sacrificio citando las costumbres de las religiones occidentales, particularmente la más penetrante que es el catolicismo— y, fundamentalmente, llevar una vida en que asumir responsabilidades es clave para ser las mejores personas posibles. Sin asumir responsabilidad, no caminas derecho, y sin ello, posiblemente sucumbas ante la vorágine de los tiempos modernos. Además, si corriges tu posición en la vida diaria, ves el mundo desde otro ángulo y por ende enfrentas los desafíos de tu vida desde una perspectiva distinta.

Regla número dos: trátate a ti mismo como alguien de quien eres responsable de ayudar

En este capítulo, el doctor Peterson busca ahondar en el concepto de autoestima —como en casi todo el libro— y ataca fundamentalmente nuestra responsabilidad a la hora de rescatarnos a nosotros mismos en los momentos de crisis. Es decir, si estás en problemas, asume que el primero al que tienes que acudir es a ti mismo y entrégate lo mejor que puedas. Peterson detalla en este punto un sistema de recompensas diario cuando consigues superar el tedio de levantarte por las mañanas. O sea, si haces algo que sabes que tienes que hacer, pero no estabas haciendo, entrégate una recompensa. Según el crítico cultural canadiense, si lo haces durante dos años lograrás reeducar tu sistema de vida a tal punto que serás capaz de salir de cualquier crisis antes de estar varado a la deriva esperando por ayuda.

Regla número tres: házte amigo de quienes quieran lo mejor para ti

Acá es la parte más personal del libro y una de las que cobra sentido de inmediato mediante los ejemplos. Si te rodeas de gente que no se rescata a sí misma y no «camina derecha», no esperes que hagan algo bueno por ti. Fundamentalmente, lo que postula Peterson acá es que construyas un sistema de auto respeto tan poderoso que termine por alejarte de forma consciente de los amigos que no te alientan a lograr más y mejores cosas, los que comienzan a relatar un logro propio cuando tú le estás comentando uno tuyo o más simple: de quienes piensan en el gozo y las recompensas inmediatas en la vida por sobre el sentido de sacrificio (de los capítulos anteriores). Es duro, pero tiene sentido.

Regla número cuatro: no te compares con los demás, compárate contigo mismo

Parece un cliché de la autoayuda, pero es muy cierto: cuando tengas que mirarte al espejo y entender la persona que estás siendo, el punto de referencia nunca deben ser los demás, sean semejantes, pares o quien admiras. Eso sólo podría dañarte. En este punto, el doctor Peterson nos recomienda compararnos con nosotros mismos en algún punto anterior del tiempo, sin perder la ambición de ser mejores, pero considerando todo el espacio avanzado o retrocedido sólo en virtud de nuestras vidas y no de vidas ajenas.

Házlo y los resultados para bien y mal siempre te entregarán conclusiones útiles para actividades cotidianas y decisiones importantes.

Regla número cinco: no permitas que tus hijos hagan algo que te lleve a sentir que te caen mal

La paternidad es abordada en el libro de Peterson de forma tangencial, pero con ejemplos muy claros. Si eres padre de familia y tienes problemas trazando líneas de disciplina para tus hijos o funcionas con niveles de confianza que rayan en la permisividad, no sólo estás haciendo algo incorrecto para la crianza de tus hijos, sino también para tu humor, energía y percepción de tu propia familia.

Obviamente, todo esto apunta a no sobreproteger a tu hijo en demasía, a delinear de forma clara los límites que tiene en su rango de acción y, fundamentalmente, a cómo te percibe él a ti, pero también cómo lo percibes tú a él. Construye un sistema de retroalimentación en que tu hijo pueda sentir por ti lo mismo que tú por él: respeto, «caerse bien» y, principalmente, reglas y límites claros que haga que ambos sean la mejor persona posible a la hora de relacionarse unos con otros.

Regla número seis: ordena tu propio cuarto antes de criticar lo que sucede fuera de él

Esta es probablemente una de las más explícitas de todas las reglas de Peterson, pero también es una de las más controversiales en sus debates en clases, universidades, podcast y programas de televisión: ¿quién eres tú para criticar al mundo en que vives si eres incapaz de mantener tu propio cuarto ordenado?

Es clave sentirnos bien con nosotros mismos, pero para ello también construir un estándar ético personal que te lleve a sentir que has ganado el derecho de opinar sobre la vida y sociedad en que te desenvuelves. No se trata de no opinar sobre nada, pero sí de hacerlo habiendo resuelto al menos lo que refiere al espacio que ocupas con mayor frecuencia en el planeta.

Según el doctor Peterson, una de las cosas que hacemos más a menudo es cuestionar los defectos del resto dejando de lado los propios, como si eso nos hiciera inmunes a cualquier otra crítica: cuando estamos hablando de otra persona, es la forma más simple de negación sobre nuestros propios defectos. Busca un trabajo, discúlpate con las personas que hayas ofendido realmente, haz mejores amigos y probablemente, luego de ello, seas una persona mucho más útil para la vida en sociedad. Crea una revolución molecular desde tu cuarto hacia el exterior o, como cantaba Noel Gallagher en Oasis: empieza una revolución desde tu cama.

Regla número siete: busca lo más relevante, no lo conveniente

Acá el psicólogo Peterson hace un llamado similar al de otros puntos: mientras más responsabilidad y significado le agregues a tu vida, mejor será lo que coseches de ella. Saber separar entre las cosas que importan probablemente te hará darte cuenta de que, en general, esas cosas cuestan tiempo, dinero y mucho sacrificio. En cambio, las cosas convenientes llegan más rápido y producen una sensación de satisfacción que es un tanto efímera y no aportan a cómo construyes el sistema de recompensas en tu cerebro que lo hará más fuerte en la vida. En otras palabras: «lo más terrible se aprende enseguida. Y lo hermoso nos cuesta la vida», como escribió Silvio Rodríguez, que no estaría muy de acuerdo con el doctor Peterson en otros tópicos a la hora de debatir.

Regla número ocho: di siempre la verdad o, por lo menos, evita mentir

Este punto es clave y Peterson siempre enfatiza en él cuando tiene que hablar de las reglas más importantes del libro: una mentira puede funcionar en el corto plazo, engañar a tu cerebro con una recompensa inmediata y hacerte sentir que escapaste de una situación incómoda de una forma económica y conveniente. Pero no es más que eso: una mentira.

Di siempre la mayor cantidad de verdad posible y construye en torno a ella los lineamientos de tu vida para resolver los problemas, desde el más pequeño, hasta el más complejo. La verdad te hará sentir libre, honesto y, ya una vez que enfrentas lo peor que podría saberse, sólo te queda construir de ahí en adelante, ojalá respetando las siete reglas anteriores.

Regla número nueve: asume que la persona con la que estás hablando podría saber algo que tú no

Es común enfrentar cualquier discusión o intercambio de ideas tratando de imponer lo que piensas o pensando que tienes de tu parte la verdad, lo que te lleva a sentir la ansiedad de querer formular lo que tienes para decir sin escuchar a tu interlocutor. Es un error y de los grandes. Según Peterson, deberías siempre asumir que la otra persona tiene algo importante para decir respecto de un tema y conectar con lo más humilde de tu cerebro, como cuando aprendiste a leer y confiabas de manera ciega en quien te enseñaba. Esa apertura no sólo te hará sentir más libre, sino que también ayudará a que la otra persona te sienta como una persona receptiva e inteligente, pues podrías cambiar de opinión respecto a algo.

Además, escuchar a las personas que piensan distinto y aprender de ellos, es una de las mejores formas de sentir que avanzas y estás siendo la mejor persona que puedes ser.

Regla número diez: sé preciso al hablar

Piensa, antes de elegir las palabras en una discusión o conversación, ya sea la más cotidiana o trascendente de tu vida —con mayor razón—. Según el doctor Peterson, muchas veces podemos evitar muchos errores comunicacionales si tan sólo nos tomáramos un segundo más en pensar lo que vamos a responder a un otro, eligiendo las palabras más adecuadas para lo que queremos expresar. No cuesta mucho y las recompensas de esta regla son casi inmediatas, pues estarás siendo lo más fiel a tu verdad posible. Pondera siempre también el efecto de tus palabras en la otra persona.

Regla número once: respeta a los niños que andan en skate

Este punto colinda con la regla número cinco de alguna forma. Refiere a que, aunque una de las cosas claves es que los niños sientan que tienen límites claros y debes evitar que «te caigan mal», debes también respetar sus momentos jugando. Ese es su espacio y un ritual sagrado en que desarrollan muchas de las habilidades que les serán útiles en el futuro. No debes molestarlos. No debes hacerles sentir que lo que hacen es tonto. Tampoco intentes imponer tus ideas o gustos personales.

Es una regla que habla específicamente sobre la masculinidad y la experiencia de Peterson en Canadá con jóvenes.

Regla número doce: acaricia un gato cuando lo veas en la calle

Otra metáfora de Peterson: vive la vida con aprecio y amor hacia ella. Valora los pequeños momentos como ese, acariciar un gato, mirar un atardecer, reflexionar en torno a lo bello cuando lo tienes en frente. Disfruta el viaje, pues no hay destino que valga la pena si es tortuoso. Aprovecha de vivir en ese momento feliz, sobre todo, más aún, si has seguido las doce reglas anteriores.


12 reglas para enfrentar el caos de la vida diaria. (2021). Recuperado 28 de julio de 2021, de La Tercera website: https://www.latercera.com/practico/noticia/12-reglas-vida-jordan-peterson/784409/ 

Canción de la buena gente

A la buena gente se la conoce
en que resulta mejor
cuando se la conoce. La buena gente
invita a mejorarla, porque
¿qué es lo que a uno le hace sensato?
Escuchar y que le digan algo.

Pero, al mismo tiempo,
mejoran al que los mira y a quien
miran. No sólo porque nos ayudan
a buscar comida y claridad, sino,
más aún,
nos son útiles porque sabemos
que viven y transforman el mundo.

Cuando se acude a ellos,
siempre se les encuentra.
Se acuerdan de la cara que tenían
cuando les vimos por última vez.
Por mucho que hayan cambiado
-pues ellos son los que más cambian-
aún resultan más reconocibles.

Son como una casa que ayudamos a construir.
No nos obligan a vivir en ella,
y en ocasiones no nos lo permiten.
Por poco que seamos, siempre podemos ir a ellos,
pero tenemos que elegir lo que llevemos.

Saben explicar el porqué de sus regalos,
y si después los ven arrinconados, se ríen.
Y responden hasta en esto: en que,
si nos abandonamos,
les abandonamos.

Cometen errores y reímos,
pues si ponen una piedra en lugar equivocado,
vemos, al mirarla,
el lugar verdadero.
Nuestro interés se ganan cada día,
lo mismo que se ganan su pan de cada día.
Se interesan por algo
que está fuera de ellos.

La buena gente nos preocupa.
Parece que no pueden realizar nada solos,
proponen soluciones que exigen aún tareas.
En momentos difíciles de barcos naufragando
de pronto descubrimos fija en nosotros
su mirada inmensa.
Aunque tal como somos no les gustamos,
están de acuerdo, sin embargo,
con nosotros.»

Bertolt Brecht

Recogido en la antología Poemas y canciones (1898-1956)
Traducción de Vicente Romano y Jesús López Pacheco
Alianza Editorial 1968©
ISBN (de la cuarta edición): 978-84-2066983-0

La verdadera belleza

“Soy mayor y tengo el aspecto de una mujer de mi edad. Algunas mañanas, al mirarme en el espejo pienso: “¿Y si me opero?”. Pero siempre lo descarto porque la cirugía es como cuando les vendaban los pies a las mujeres en China, una nueva consecuencia de la misoginia.

Si lo hiciera podría aparentar 56, pero cuando cumpliese 76, parecería que tengo 66… Es ganar una batalla para perder la guerra. Además, a la larga, la belleza está, sobre todo, en la elegancia y la inteligencia. Pienso, por ejemplo, en Maria Callas, Frida Kahlo, Anna Magnani… A los 20, todos somos hermosos con unos vaqueros y una camiseta. Pero después, la belleza es una cuestión de estilo, personalidad, carisma… No hay que ocultar los defectos, sino transformarlos para ser únicos. Ahora yo ya no busco resultar sexy, sino encontrar la mejor expresión de mí misma.

Cuando eres joven tienes mucha presión: el trabajo, el dinero, los hijos… Pero a medida que cumples años te sientes más libre y más segura y haces lo que te viene en gana.

¡Nadie habla de los maravilloso que es envejecer!”.

Isabella Rossellini, actriz y modelo, 67 años.

Carpe Diem

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,

que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo

extraordinario.

No dejes de creer que las palabras

y las poesías, sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y es oasis.

Nos derriba, nos lastima, nos enseña,

nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,

la poderosa obra continúa:

Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,

porque sólo en sueños puede ser libre el Hombre.

No caigas en el peor de los errores:

el silencio.

La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes, huye…

“Emito mis alaridos por los tejados

de este mundo”, dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.

Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,

No traiciones tus creencias.

porque no podemos remar en contra de nosotros mismos:

Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca

tener la vida por delante.

Vívela intensamente, sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro

y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.

Las experiencias de quienes nos precedieron,

de nuestros “Poetas Muertos”,

te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros:

Los “Poetas Vivos”.

No permitas que la vida te pase a ti

sin que la vivas …

Walt Whitman