10 CONSEJOS PARA SUPERAR LOS CELOS

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Es natural tener celos de vez en cuando. De hecho, para muchos los celos pueden considerarse como una prueba de amor. Sin embargo, cuando salen de control pueden arruinar el día a día en una relación, incluso pueden ocasionar su ruptura.

1. Reconoce que tienes un problema

El primer paso para atender los celos, es admitir que se trata de un problema real que está afectando la relación. Los celos pueden debilitar a ambas personas en una relación y puede impedir incluso que continúen juntos. Si revisas constantemente las redes sociales de tu pareja, o su teléfono o correo electrónico, buscando señales que te indiquen que te engañan; si no puedes soportar que tu pareja interactúa con alguien más del sexo opuesto. Tienes la certeza de que todas las mujeres o todos los hombres pretender ‘robar’ a tu pareja, entonces es probable que tengas un problema con el manejo de los celos.

2. Construye la confianza en ti mismo

Los celos son un producto de una inseguridad emocional y de baja autoestima. Muchas veces, es un miedo profundo de abandono, que alguien te deje o que deje de interesarte en ti porque consideras que ‘no eres lo suficiente’. Ten en cuenta que las personas que tienen confianza en sí mismas saben que incluso si son rechazadas o burladas, no es siempre su por culpa suya y además confían en que podrán asimilarlo y recuperarse. Incluso si es es su culpa, eso no les quita valor, significa simplemente que no son perfectos, que tienen que aprender algo nuevo.

3. Afirma tu vida y tus sueños, esfuérzate en agradarte a ti mismo antes que a los demás

Un espíritu positivo y no quedar fijado en el sentimiento de los celos y los problemas que ocasiona, te ayudará a superar los celos. Entre más importancia le des a los celos menos oportunidad tendrás de superarlos.

4. Confía en que puedes enfrentar y asimilar un abandono eventual y real

Los celos malsanos tienen que ver con un miedo a ser abandonados o engañados. Este miedo se refiere a un ‘posible’ engaño, un ‘posible’ abandono, es decir se refiere a algo que no es real (sino posible). Pero el miedo en sí mismo es algo real, y lo que es real es una falta de confianza de que somos capaces de enfrentar y asimilar un engaño o un abandono reales. Es decir que cuando expresamos celos estamos expresando un miedo, estamos diciéndonos a nosotros mismos que no confiamos en poder … y por eso queremos prevenir y evitar a toda costa que suceda eso que anuncia un posible engaño o abandono. Las personas que sienten celos por lo que hace o dice su pareja, suelen ver las cosas distinto después de que pasa la ‘crisis’ de celos. Es decir que reconocen que no había motivos suficientes para haber expresado tal desconfianza y celos. Los celos malsanos son celos infundados. Lo que vemos y a lo que reaccionamos como si fuera una verdadera amenaza en parte nosotros mismos lo construimos, empujados principalmente por este miedo a ser abandonados o engañados. Y es ‘en parte’ porque lo que vemos y a lo que reaccionamos efectivamente puede encontrarse en situaciones de peligro, en situaciones en que esté presente un engaño o abandono inminente. Por ejemplo, tanto en una situación de celos fundados como en una de celos infundados pueden estar presentes elementos como mensajes o llamadas de celular, llegadas tarde del trabajo, salidas a comer con compañeros o compañeros de trabajo, etc. Sin embargo, esos elementos no bastan, no son fundamentos que permitan decir que existe un engaño en la relación. Basta con que exista un miedo a no ser capaces de lidiar con un engaño inminente para que la situación descrita tome un rumbo problemático, que estará lleno de celos enfermizos, desconfianzas y faltas de respeto.

Hay que tener presente que este tipo de inseguridad tiende a venir de la infancia. Muchas personas celosas sufrieron en su infancia de un trato indiferente, fueron ignorados o desplazados o efectivamente sufrieron el golpe de un abandono por parte de un padre o una madre. En la medida en que este evento traumático no se asimile adecuadamente, se vivirá con un miedo a ser abandonado de adulto. Este miedo, como dijimos, se refiere menos a lo que está sucediendo allá afuera con su pareja (actos que le generan desconfianza), que con la realidad de que no ha sido capaz de afirmar que tiene la capacidad de enfrentar esto que vivió, y que por lo tanto le huye constantemente. Tener celos, por lo tanto, es tomar una decisión de vivir con un miedo de que eso que nos hizo sufrir en el pasado surja nuevamente, y una desconfianza en nuestras propias capacidades de que podemos enfrentarlo y salir adelante. De hecho, sufrir de celos quiere decir que no hemos sido capaces todavía de asimilar este evento del pasado,

Si huimos constantemente de ese evento es porque estamos convencidos de que no hay manera de recuperarse. Pero la realidad no tiene que ser esa. Estamos convencidos de eso porque estamos resignados a que lo que nos hizo perder ese evento de abandono ya no podemos recuperarlo. Expresar celos es sinónimo de no haberse recuperado realmente.

5. No ‘juegues’ juegos

Los celos son muy angustiantes. Un riesgo que tienes frente a los celos es intentar hacer sentir celosa a tu pareja. Seducir a otros hombres o mujeres en presencia de tu pareja, o expresar lo atractivo, divertido, inteligente que es tu compañero o compañera en tu trabajo, todo esto no te hará sentir mejor ni mejorará a la larga la situación que sufren de los celos. No se trata de pretender que no existen otras personas en este mundo, simplemente de no utilizarlo a manera de desquite o ataque para darle una lección a tu pareja.

6. No te conectes a las redes sociales

Estos sitios, principalmente Facebook, te invaden con imágenes que pueden suscitar los celos. No se trata de que te subestimes, de que no eres capaz de manejar adecuadamente una red social. Se trata de que no pases por alto que tienes actualmente una dificultad para manejar ciertas emociones (los celos) y que por lo tanto existirán cosas que convendrá evitar. Básicamente se trata de reconocer que los celos equivale a que tienes un problema. Es como si tuvieras una herida abierta, que te hace experimentar dolor al contacto de cosas o situaciones que normalmente no sentirías ningún daño. Conviene, por lo tanto, que mientras no cicatrices esta herida, y seas capaz de manejar mejor tus emociones y por lo tanto no incurras en celos malsanos, no utilices las redes sociales.

7. Identifica que los celos son un círculo vicioso

Cuando eres celoso, en realidad no responde al comportamiento de alguien; respondes a lo que crees que su comportamiento implica. En otras palabras, tú reaccionas a un escenario que te da miedo, pero que no ha pasado todavía, y que de hecho podría nunca ocurrir. Esta reacción negativa a lo que piensas que su comportamiento implica (por ejemplo que el otro o la otra es mejor o más importante que tú) va a poner a la persona a la defensiva, porque está siendo acusada de hacer algo malo. Cuanto más va a estar a la defensiva, tanto más tu vas a estar sospechoso y celoso. Se trata de un círculo vicioso que es difícil de revertir.

8. Apréciate a ti mismo

Una de las principales razones por las que las personas son celosas es debido a una baja auto-estima y por inseguridad. Piensan que no son suficientemente buenos para merecer la relación de pareja, que su pareja se dará cuenta tarde o temprano y buscará alguien más. Ten presente que tu pareja eligió estar contigo y tiene razones para hacerlo. Esta elección proviene necesariamente del hecho que tienes la capacidad de hacerle sentir bien, y por esto decide estar contigo. Y esta capacidad es algo tuyo, y que sería deseable que fuera recíproco (que tu pareja también tenga la capacidad de hacerte sentir bien). Es decir, recuerda que es por tus cualidades positivas que tu pareja está a tu lado.

9. Dale un voto de confianza a tu pareja

Este punto es un poco tramposo, pues pareciera que consiste en pedirte simplemente que “no seas celoso o celosa”. Sabemos que no esto no es nada fácil, que precisamente sufrir de celos consiste en no poder confiar en tu pareja. Ten presente que no confiar en tu pareja es también un acto de agresión, en la le tratas como alguien no digno de confianza. Es importante que ambos se esfuercen por impedir esto, y que tengas claro la importancia de esforzarte en lograr dar un voto de confianza.

10. Sé positivo

Los celos son comportamientos que se alimentan del miedo. Pasas tiempo con angustia preocupándote de algo que no ha sucedido y que probablemente nunca vaya a suceder. Al hacer esto, aumentas las probabilidades que malas cosas sucedan al dar lugar a la sospecha y la falta de confianza. Intenta más bien en enfocarte en lo positivo. Sé feliz de lo que tienes. Y piensa que si alguien va a heriste, no hay nada que puedas hacer, pues no puedes impedirlo. De poco sirve que lo vigiles, lo acuses o espíes, esto no es lo que impedirá que alguien más pueda herirte. Si confías en alguien, entonces ofrécele un voto de confianza. El beneficio de la duda es importante para que una relación pueda funcionar. Evidentemente no se trata de confiar ciegamente en el otro, pues nadie es perfecto y se puede equivocar, pero tienes que hacerle saber con claridad que es un requisito el ser confiables el uno para el otro. Y si sientes que la persona no te da confianza, si sientes que la persona parece mentirosa o no es seria respecto al compromiso, entonces mejor no te enganches en una relación. Confía en que puedes construir una mejor relación con alguien más.


10 consejos para superar los celos. (2020). Recuperado 24 de abril de 2020, de R&A Psicólogos website: https://www.ryapsicologos.net/autoayuda/10-consejos-para-superar-los-celos/ 

Duelo Emocional ¿qué hacer?

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Una ruptura de pareja duele, nos fragmenta y establece un antes y un después en nuestras vidas. Hacerlo del mejor modo posible, con los mejores recursos psicológicos y adecuadas estrategias, nos permitirá superar el duelo de la mejor manera. Solo entonces nos sentiremos más hábiles para iniciar una nueva etapa personal con  mayor entereza y fortaleza emocional.

Quien más y quien menos ha pasado por un momento parecido. A veces el origen de esa ruptura está en una traición, otras en percibir que hay más diferencias que valores en común. A menudo, es el simple desamor o una suma concatenada de decepciones donde solo la distancia es la mejor solución. Sea como sea, hay que vivir un duelo. Ese proceso para el cual, casi nunca estamos preparados.

Ahora bien, si el duelo no se realiza de forma correcta puede traducirse en un gran bloqueo. En un estado que se perpetúa gracias a conductas como las de «momificación» -no tirar ningún objeto de nuestra expareja- o la evitación -romper con todo lo que tenga que ver con él o ella- y que en ningún caso nos ayudará a manejar adecuadamente lo que nos ha ocurrido.

Para superar una ruptura de pareja es casi obligatorio pasar inicialmente por un proceso de duelo. Dejarnos sentir todo el torrente emocional que cada etapa va a traer consigo: ansiedad, miedos, rabia, tristeza…

Las lágrimas siempre son adecuadas y necesarias en estos casos. Asimismo, el enfado o experimentar ese vacío sin forma que es echar en falta a alguien, son sin duda estados completamente normales en el duelo. Somos humanos capaces de sentir un gran dolor físico, pero también un gran dolor emocional. No nos neguemos la posibilidad de caminar de nuevo, no pongamos más resistencia e iniciemos un adecuado proceso para superar lo sucedido.

¿Cómo actuar ante una ruptura de pareja?

Hay quien lo hace: instalarse en un duelo de forma permanente. Deja pasar los días, las semanas y la vida entera esperando que la curación llegue por sí misma. Que el olvido aparezca como un velo sanador donde todo el sufrimiento quede de pronto atrás. Sin embargo, hay algo que debemos tener claro: el tiempo por sí mismo ni sana ni borra recuerdos. Es lo que nosotros hagamos durante ese tiempo lo que generará el progreso, lo que nos permitirá emerger del duelo con efectividad.

El proceso del duelo, es similar al que nos pautan cuando sufrimos una lesión muscular: tiene que haber un proceso de reposo, pero después, y en cuanto lo permitan los músculos, tenemos que comenzar con la rehabilitación. Porque la vida sedentaria empeora el proceso. Necesitamos actividad, recursos, tratamientos.

Ya no es que sientas emociones negativas congruentes con lo que está ocurriendo, sino que tu mente se ha instalado en el pasado y no deja paso al presente ni al futuro.

1. Para superar una ruptura, cambia tu mentalidad

Lauren Howe y Carol Dweck, psicólogos de la Universidad de Stanford, realizaron un interesante trabajo sobre cómo superar una ruptura de pareja. Tras realizar centenares de entrevistas y de sesiones a pacientes que estaban en pleno proceso de duelo afectivo, se dieron cuenta de un aspecto clave.

  • Hay personas que quedan estancadas en un diálogo interno basado en el «por qué». ¿Qué es lo que he hecho mal? ¿Por qué nos ha pasado esto? ¿Cómo voy a querer a alguien después de esto, por qué me ha tenido que pasar a mí? ⇔ Es lo que los investigadores denonimaron como «mentalidad fija2.
  • En cambio, los perfiles que lograban superar su periodo de duelo en menos tiempo y de manera resiliente habían aplicado otra estrategia ⇔ Habían aplicado una «mentalidad de crecimiento2. No incidían en esas preguntas donde quedar atrapadas en un rol de víctimas, en una estado donde uno se limita a alimentarse del sufrimiento. Aplicaban un enfoque basado en el avance: he terminado una etapa de mi vida y ahora debo centrarme en mí. No busco culpables, pienso aprender de lo vivido y voy a seguir adelante.

2. Sí al apoyo social, sí a conocer gente nueva

Las relaciones sociales son una fuente de bienestar y curan el alma. Los amigos, los compañeros, la familia y toda aquella persona con la que nos sintamos a gusto tiene un poder enorme que hará que nuestra negatividad disminuya. Si estamos en compañía, haremos más planes, conversaremos, nos divertiremos, conoceremos a gente nueva y, en definitiva, abriremos puertas nuevas en nuestra vida.

Si bien es cierto que en el inicio del duelo siempre preferimos pasar un tiempo a solas para favorecer el desahogo emocional, es importante que no nos aislemos durante demasiados días. Asimismo, hay personas que encuentran un gran beneficio en el hecho de conocer gente nuevas. Es un modo de iniciar nuevas etapas, de reiniciarse en todos los sentidos.

La compañía también ayuda a desviar nuestro foco de atención. En estos momentos, la soledad y la introspección en grandes dosis son un alimento muy nutritivo para nuestros pensamientos negativos.

3. Que la vida no se detenga, múevete con ella

No te pares tras una ruptura de pareja. Quizás no te apetece realizar todas las actividades que antes hacías, pero no importa. Hazlas de todas formas, es más, date la oportunidad de iniciar nuevos proyectos, de ampliar tu círculo social, de establecer nuevas metas en tu horizonte. Para ello solo tienes que salir de tu cama, asearte, vestirte y hacerlo.

Ten en cuenta que la inactividad también nos ancla en nuestros pensamientos negativos y se crea el círculo vicioso pensamientos negativos-inactividad, inactividad-pensamientos negativos.

4. Niégate a adoptar el rol de víctima: no lo eres

Puede que te hayan dejado, que hayas experimentado una dura traición o decepción. El dolor puede ser inmenso, no hay duda, y a instantes emerge el enfado y la rabia, más tarde una noche entera de lágrimas. Sin embargo, piénsalo bien… ¿de verdad mereces vivir de este modo durante mucho tiempo?

Niégate a ser víctima. Di no a continuar alimentando ese dolor que te hace cautivo/a. La humanidad, lo creas o no, ha sobrevivido a estas adversidades, ha rehecho su vida y ha conseguido ser feliz a pesar de ello. No eres diferente del resto de personas que han superado una ruptura de parejaEn tu interior hay una fuerza llamada resiliencia que puede borrar en ti ese rol de víctima para alzarte como esa persona que eres de verdad: alguien fuerte que puede ser feliz de nuevo.

A pesar del contratiempo que nos ha tocado experimentar, el único camino que nos queda es seguir viviendo y para ello has de verte a ti mismo como un ave fénix, que es capaz de renacer de sus cenizas y nunca como una víctima desesperanzada. Que una ruptura de pareja no detenga todo lo que te queda por descubrir.

5. Agradecer lo que tienes, eres valioso

No todo es la pareja. En nuestra vida existen muchos más elementos importantes: la salud, el trabajo, la familia, el ocio, los amigos, las aficiones…¿Por qué enfocarnos solamente en aquello que hemos perdido? Lo ideal es revertir ese enfoque, valorar lo que somos y ante todo, agradecer todo aquello que sí que poseemos.

Cada día, escribe en un papel lo agradecido que estás por todo lo que tienes. Te darás cuenta de que en realidad dispones de auténticos tesoros.

6. No necesitas una pareja para ser feliz

El ser humano, contrariamente a lo que podamos pensar, necesita muy poco para ser feliz. Francisco de Asís decía: «Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito las necesito muy poco». Nadie necesita a una pareja para estar bien, y mucho menos a alguien en particular.

Millones de personas en todo el mundo son solteras y están plenas y felices. Siempre que podamos seguir haciendo cosas valiosas por nosotros mismos y por nuestro entorno, podemos sentirnos completos y verle el sentido a la vida.

La pareja ha de sumar y se debe elegir en libertad, no en base a un vacío interior que no sabemos cubrir de otra manera. Si lo hacemos así, no podríamos considerarlo un amor verdadero y al cabo del tiempo es muy probable que la relación no termine de funcionar.

Si estás pasando por esta situación y has notado que el duelo tenía que haber terminado hace tiempo, no dudes en reflexionar en estas claves. Superar una ruptura de pareja no siempre es fácil, pero cuando te percates de que vas mejorando, felicítate por los logros y sobre todo, sigue siendo constante. Ayudarse a uno mismo es un trabajo costoso, pero es de los que más merecen la pena.


5 claves para superar una ruptura de pareja. (2020). Recuperado 24 de abril de 2020, de La Mente es maravillosa website: https://lamenteesmaravillosa.com/5-claves-para-superar-una-ruptura-de-pareja/ 

Celotipia ¿qué es y cómo tratarla?

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Cuando amamos a alguien nos gustaría que esa persona estuviese con nosotros, que su presencia fuera un elemento más o menos constante en nuestras vidas y hacerla feliz en la medida de lo posible. La idea de perder a la persona amada puede resultar dura y difícil de aceptar, siendo algo que nos produce malestar, angustia y miedo. En ocasiones este miedo se transforma en el temor de que alguien nos lo quite.

En algunas personas, este deseo de mantener la relación con la persona amada puede transformarse en posesividad, temiendo de forma constante que les dejen por otra persona y creyendo en base a este miedo que la pareja les está engañando con otra u otras personas. Y dentro de este grupo de personas hay algunas en que las creencias de que se les está engañando con otras personas se dan de manera persistente y rígida, apareciendo dichas creencias aún cuando hay pruebas de lo contrario y pudiendo provocar problemas graves en la relación, comportamientos controladores e incluso violencia hacia la persona amada o sus posibles amantes. 

Estamos hablando de personas que presentan celotipia, un subtipo de trastorno delirante.

Celos y celotipia

Tener celos de alguien es relativamente común. Los celos son un estado emocional negativo que surge ante la idea de perder algo amado, de que alguien nos quite un bien, una situación o una relación que tenemos y queremos mantener con nosotros. 

Sin embargo, si bien querer mantener a nuestro lado al objeto o la persona amada es lógico, la presencia de celos indica un cierto nivel de posesividad que puede llegar a destruir la propia relación existente entre persona y objeto o persona amada. Y es que en muchos casos esta situación se da sin que haya un motivo que pueda provocar los celos, como por ejemplo en trastorno del cual trata el presente artículo.

El síndrome de Otelo: trastorno delirante de tipo celotípico

La celotipia sexual o el síndrome de Otelo es un subtipo de trastorno delirante en el que la persona está convencida de que su pareja le es infiel sin que haya motivo que lo justifique. Aparece ante un hecho aparentemente banal que la persona interpreta como sospechoso y sobre el que posteriormente se construye un sistema de creencias, buscando e interpretando datos que parecen apoyarlas.

Estas creencias sobre la posible infidelidad suelen provocar que la persona tenga un elevado nivel de control de las actividades de la pareja, llegando a espiar sus conversaciones y sus actos por tal de intentar pillarlo/a y confirmar las sospechas. La información que la persona busca está sesgada, haciendo interpretaciones anómalas de las respuestas, actitudes y formas de actuar ante otras personas del ser amado de manera que estímulos normales son interpretados como confirmatorios, ignorándose las pruebas e información que contradicen la supuesta infidelidad. En determinadas circunstancias se puede llegar a agredir a la persona amada o a las que se interpreta que son las terceras personas.

Los delirios son sistematizados, es decir que a pesar de no haya pruebas ni motivos que puedan provocar esos pensamientos las ideas en sí presentan una cierta lógica y coherencia interna que hace que sean plausibles. Por este motivo puede resultar complejo hacer ver que se trata de creencias que no se circunscriben a la realidad. Dicho de otro modo, si bien nuestra pareja puede ser fiel no es imposible que las personas amadas puedan llegar a dejar de serlo y/o dejarnos por otra persona, cosa que hace difícil ver que el pensamiento de que nos es infiel no es realista.

¿Quién es más propenso a sufrir estos celos patológicos?

Según las estadísticas que se empleen para analizar este trastorno el sexo con mayor prevalencia varía, pero este trastorno generalmente se ve en consulta en personas a partir de los cuarenta años de edad (probablemente debido a la consideración de que con la edad se va perdiendo atractivo y habilidades, cosa que provoca inseguridad), si bien el hecho de que estamos en una sociedad dinámica con constantes cambios y de que las relaciones se han vuelto más variables e inseguras se ha manifestado en personas cada vez más jóvenes. 

Generalmente las personas con celotipia suelen presentar una elevada inseguridad, junto con marcados sentimientos de inferioridad y una forma de ver el mundo según la cual los fracasos suelen ser atribuidos a variables externas, globales y estables, con lo que problemas en la relación son considerados como indicadores de que existe alguien más.

Debido a estas dudas e inseguridades es frecuente que muchos de estas personas consuman grandes cantidades de alcohol y otras sustancias, que a su vez empeoran la capacidad de juicio y causas un mayor sesgo cognitivo.

La otra cara de la moneda: la pareja

El o la cónyuge puede pensar inicialmente que la manifestación de celos de la persona con celotipia es una expresión de amor e incluso interpretarse como algo positivo, pero con el tiempo y la repetición de las sospechas y dudas la situación comienza rápidamente a volverse aversiva.

El hecho de ser constantemente controlado por la pareja y las dudas constantes de la persona que padece el trastorno sobre la relación provocan un elevado nivel de estrés y frustración, pudiendo llevar a la pareja incluso a presentar trastornos de ansiedad o depresión. Y es que todas estas circunstancias provocan un elevado nivel de conflictividad con la pareja, siendo frecuente la presencia de acusaciones infundadas y un elevado nivel de insatisfacción y sufrimiento por parte de ambos.

En ocasiones la persistencia del problema podría incluso llegar a provocar una situación de profecía autocumplida, en el que el sujeto cansado de la situación decida abandonar la relación o hacer realidad la sospecha de infidelidad.

Causas de los celos patológicos

Las causas de la celotipia pueden ser muy variadas. El hecho de haber vivido anteriormente situaciones de infidelidad hace que nazca en algunas personas un elevado sentimiento de inseguridad y una tendencia a considerar que futuras parejas puedan y vayan a hacerles lo mismo.

También es frecuente que aparezca en personas con familias desestructuradas y modelos parentales donde sea frecuente la presencia de inseguridad en la pareja y de infidelidad. En ocasiones estas personas han considerado que la situación o separación de sus progenitores es culpa suya (como ocurre en casos de niños con padres divorciados), o que la presencia de engaños e infidelidades es un hecho habitual en las relaciones de pareja.

En cualquier caso, se sabe que las crisis familiares acentúan todos los potenciales problemas que pueden darse en este ámbito, y los celos forman parte de estos. La incertidumbre acerca de lo que va a pasar y la inseguridad hacen que se empiece a desconfiar más y que los celos ganen fuerza.

Celotipia desde el Psicoanálisis

Algunos autores de tendencia psicoanalítica consideran que la causa de este tipo de fenómeno es un debilitamiento del propio yo y sus límites, proyectando partes de la personalidad en otras personas, en este caso el o la cónyuge. De este modo, personas inseguras y muy sexuales proyectarían su inseguridad sobre su pareja, apareciendo el miedo compulsivo de que tengan dudas respecto a la relación y busquen a alguien mejor. Los sentimientos de inferioridad de estos pacientes, que sienten tener poca importancia, son enfrentados a través de la negación y la proyección.

Otra de las posibles explicaciones plantea que el delirio es debido a un intento de dar una explicación lógica a una percepción en apariencia extraña, explicación que tranquiliza a la persona respecto a la incertidumbre que provoca la percepción. Así, un hecho normal es interpretado de forma anómala, derivando esta interpretación en un sistema de creencias que se mantiene en el tiempo a pesar de que puedan ser infundadas.

Tratamiento

El tratamiento de un trastorno delirante puede resultar complejo debido a la gran cantidad de factores y agentes a tener en cuenta. En el caso del subtipo celotípico del trastorno delirante algunas de las pautas a aplicar en el tratamiento son las siguientes.

1. Concienciación y modificación de creencias disfuncionales

Tratar este tipo de problemática requiere de la modificación de las creencias disfuncionales del paciente, con lo que se suele emplear un tratamiento de tipo cognitivo-conductual. El tema delirante no debe ser confrontado directamente, sino que ha de hacerse una aproximación progresiva y establecer una relación de confianza para que el paciente exprese sus miedos.

Se pretende que, poco a poco, el paciente haga conscientes y verbalice sus miedos al respecto y lo que supondría para él o ella la existencia de una infidelidad. Así el propio paciente reflexiona poco a poco sobre sus creencias, como ha llegado a tenerlas y la lógica y coherencia de sus argumentos.

Posteriormente se ha proceder haciendo ver al paciente que su interpretación es únicamente una de las muchas interpretaciones posibles, haciéndole reflexionar sobre otras opciones. Culpabilizarse a sí mismo o a la otra persona empeora la situación, con lo que se debe evitar y redirigir las sensaciones que la situación provoca. Relativizar y decatastrofizar la presencia de una infidelidad ha demostrado ser también de una cierta utilidad en algunos casos.

Asimismo, se hace necesario hacer ver al o a la paciente que si su pareja está con ellos es porque la valora y quiere estar con él/ella. También se ha procurar que la persona vea que es lógico y normal que otras personas puedan encontrar atractiva a la persona amada y que esto no implica que ésta les vaya a corresponder.

2. Exposición en imaginación y prevención de las conductas de control

Como hemos dicho es muy frecuente que las personas con síndrome de Otelo realicen una serie de conductas con el fin de controlar y asegurarse de si su pareja les está o no siendo fieles. Estas conductas son reforzadas a través de un proceso de condicionamiento (comprobar que no hay nada les tranquiliza temporalmente, cosa que provoca posteriores comprobaciones que evitan la ansiedad). En estos casos se hace necesario hacer que el o la paciente sea capaz de tolerar la incertidumbre y la ansiedad.

Para ello uno de los tratamientos más exitosos es la exposición con prevención de respuesta. Así, se pretende que la persona imagine de una forma graduada situaciones en que la pareja le es infiel y controle la necesidad de realizar comprobaciones al respecto. Esta exposición ha de ser gradual y pautada entre el terapeuta y el paciente, de cara a hacerla tolerable y eficaz.

3. Terapia de pareja

Se ha mencionado antes que la persistencia de la actitud celotípica provoca graves problemas en la relación de pareja, afectando y provocando un gran sufrimiento en ambas partes.

Por este motivo es recomendable la realización de terapia de pareja, encontrando un espacio en que ambas personas puedan manifestar sus dudas y sentimientos tanto de forma individual con el terapeuta como de manera conjunta. Del mismo modo, hacer ver tanto a la persona con celotipia como a su pareja qué debe sentir el otro puede resultar de utilidad para valorar de una forma más correcta la situación.

Este tipo de intervenciones son importantes porque abordan la problemática de forma global, sin centrarse en los individuos sino en los grupos y en las dinámicas relacionales.

Fomentar la comunicación es fundamental para mejorar la situación. y aumentar la confianza mutua dentro de la relación resulta fundamental, haciendo ver al celotípico que el hecho de que su pareja le es infiel es menos probable de lo que cree y a la pareja que la actitud de la persona celotípica es debida a un trastorno que se está tratando y que precisa de su ayuda para superarse.

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Quinta edición. DSM-V. Masson, Barcelona.
  • Belloch, Sandín y Ramos. (2008). Manual de psicopatología. Madrid. McGraw-Hill (vol. 1 y 2). Edición revisada.
  • Burton, N. (2015). Heaven and Hell: The Psychology of the Emotions. United Kingdom: Acheron Press.
  • Parrott, W.G. (1991). The emotional experiences of envy and jealousy, The psychology of jealousy and envy. Ed. P. Salovey. New York: Guilford.

Celotipia: el trastorno de los celos patológicos. (2020). Recuperado 24 de abril de 2020, de Psicología y Mente website: https://psicologiaymente.com/clinica/celotipia-celos-patologicos 

6 PUNTOS ESENCIALES PARA CONSTRUIR UN PROYECTO DE PAREJA

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Vivir con la persona amada supone iniciar un proyecto en común en el que hay que llegar a acuerdos, desde dónde residir hasta si se desea tener hijos. Encontrar el equilibrio entre los planes vitales de cada uno permitirá que el amor siga creciendo.

CÓMO CONSTRUIR UN PROYECTO VITAL CON TU PAREJA

No hay duda de que el amor es tan necesario como el aire que respiramos. Los vínculos amorosos que se dan en nuestra vida, desde el mismo nacimiento, nos permiten querer y sentirnos queridos. En todas nuestras relaciones amorosas se van dando esos movimientos del corazón sin los cuales no podríamos subsistir, al menos en una vida que valga la pena.

Un día sentimos que nos ha llegado una relación especial en la que algo diferente sucede, algo que nos empuja al intento de construir una relación duradera, estable, quizás para toda la vida. Aparece la semilla de una pareja. Sin embargo, esa semilla, hecha de las vibraciones que sentimos cuando el otro “nos lleva hasta el cielo”, necesita echar raíces en la tierra para germinar. Esas raíces están hechas de las necesidades de dos individuos que construyen una vida juntos día a día. La suma, a lo largo de una vida, de este día a día, concreto y terrenal, es, ni más ni menos, que el proyecto vital.

TU PROYECTO, EL MÍO Y EL NUESTRO

El proyecto de vida no nace con la pareja. Todos tenemos, antes de estar en pareja, un proyecto de vida. Y digo que lo tenemos –nos lo hayamos propuesto o no– porque el proyecto es la forma como nos gustaría vivir. Todos tenemos gustos, ambiciones y sueños que van modelando las ideas acerca del lugar que ocupa cada cosa en nuestra vida concreta. Solemos tener ideas acerca de lo que significa el trabajo, el dinero y su gestión, dónde queremos vivir, el estilo y tipo de vida social que queremos llevar, cuántos hijos desearíamos tener. Todo esto va creando nuestro proyecto de vida. No sabemos a ciencia cierta lo que ocurrirá con nosotros, pero cada uno trabaja para que la vida real y el proyecto personal se parezcan y coincidan lo máximo posible.

Cuando nos acercamos a alguien y ocurre el encuentro de corazones, la chispa del amor nace, pero también se han encontrado (o desencontrado) dos proyectos de vida. Para que estas dos personas, que experimentan el placer de vibrar con la misma frecuencia en el amor, se conviertan en una pareja, necesitan compartir un proyecto de vida en común; de lo contrario, no hay pareja. Aparecen entonces tres proyectos: el tuyo, el mío y el nuestro. De la forma en como se resuelva la coexistencia de estos tres proyectos depende la calidad de vida de la pareja o, directamente, la posibilidad de su existencia.

A veces se menosprecia la consideración del proyecto porque “el amor lo puede todo”. Sin embargo, volviendo a tomar una de mis metáforas preferidas, necesitamos averiguar si uno es un pájaro y el otro es un pez, porque un pez y un pájaro se pueden enamorar, pero ¿dónde van a vivir?

LOS DESEOS DE CADA UNO

Generalmente, antes de tomar la decisión de formar una vida juntos, transcurre el tiempo suficiente para que salgan a la luz los gustos, las ambiciones y los sueños de cada uno, es decir, los proyectos de vida personales en todos sus detalles. En ocasiones, hay decisiones que se presentan muy claramente, como si estuvieran por escrito: “Una vez casados quiero mudarme al campo”. Pero no siempre está todo tan claro. La mayoría de las veces nos vamos dando cuenta del modelo de proyecto del otro a lo largo de la convivencia. Es entonces cuando van surgiendo los deseos de cada uno y cómo queremos trabajar para lograrlos.

Es importante prestar atención a lo que se mueve dentro de nosotros cuando el otro cuenta sus proyectos: iremos viendo si se parecen, si nos resultan curiosos y nos inquietan o si nos generan rechazo. Poco a poco, vamos descubriendo cuánto coinciden los planes personales. De estas coincidencias, surge el proyecto en común.

No me gustaría que de esto se deduzca que la pareja ideal es aquella que tiene proyectos idénticos, que se superponen totalmente. No hace falta que sea así, al contrario. Naturalmente, es necesario que una parte de los proyectos se solapen, coincidan, formando lo que va a ser el proyecto en común; pero es muy enriquecedor que cada uno conserve una parte personal, lugares donde nutrirse fuera de la pareja, que aporten variación y aire fresco.

ACEPTAR LAS DIFERENCIAS

Así, no tienen por qué compartirse aficiones: ella puede distraerse pintando y él puede hacerlo practicando deporte. Las diferencias, cuando son aceptadas y apoyadas mutuamente, pueden enseñarnos muchas cosas, aunque a veces nos sorprendan o quizá nos asusten. Claro que, si ese “aire fresco” es salir con los amigos todas las noches hasta la madrugada, habrá que ver cuán enriquecedor le parece al que se queda en casa.

No hay una medida que defina cuánto tienen que coincidir los proyectos personales para formar uno en común. Cuando la pareja está formada por dos personas muy independientes, probablemente necesiten libertad de movimiento y los proyectos propios ocupen una parte importante y aquellos en común, una parte más pequeña.

Igualmente, es preciso atender cuidadosamente a la armonía de los planes comunes. Si uno piensa tener hijos y el otro no –o si sólo es uno el que quiere vivir en el extranjero–, la pareja se verá en dificultades.

ARMONIZACIÓN O SOMETIMIENTO

La mayoría de las personas eligen vivir en pareja a pesar del gran desafío que esto representa. El compartir las alegrías y las penas cotidianas, la contención, la caricia y el aliento son alimentos para el alma. Pero para que se dé este clima, es preciso que la pareja sea también un lugar de crecimiento y de expansión personal de los dos.

Por esta razón, los planes personales de cada uno necesitan realizarse, al menos parcialmente. Quizás no pueda darse un crecimiento simultáneo de los proyectos personales sino alternado; pero lo que resulta dañino es la renuncia total de uno de los integrantes, voluntariamente o no, al proyecto propio en función del otro. Si uno sacrifica todos los deseos, tarde o temprano eso “pasará factura”. No puede haber sometimiento o dominación. Las parejas que se estructuran de esta manera llevan dentro de sí el germen de su propia destrucción.

Esto no quiere decir que uno no pueda tener una posición de respeto hacia los planes del otro y cambiar los propios proyectos para satisfacer a quien queremos. Pero debe ser un movimiento auténtico desde el corazón y no una imposición que sea vivida como una tortura. Cuando es un movimiento de corazón, la propia postergación de los planes personales se ve compensada por ver al otro feliz. En cambio, si nos sigue resultando torturante, tendremos que saber que nadie soporta un sufrimiento eterno.

COMPARTIR EL SENTIDO DE LA VIDA

Nada de esto debería impulsarnos a convertirnos ahora en abogados intentando hacer firmar al otro un contrato de cómo se va a desarrollar la vida de pareja. Lo cierto es que no sabemos ni siquiera cómo ha de desarrollarse nuestra propia vida. Justamente este no saber es lo que la vuelve fascinante.

No podemos convertirnos en fanáticos de nuestros proyectos, es decir, de las realizaciones materiales únicamente. Así, la vida puede volverse muy aburrida. De nada sirve llegar a la meta sonriendo para la foto donde posamos junto a la casa, el coche, los dos niños y el perro si el amor se ha ido, aunque tengamos un contrato de proyecto de vida “firmado y sellado”.

Aunque suene obvio, el amor es lo primordial. Sin perjuicio de ello, podemos revisar nuestros planes. Quizá sea suficiente con permanecer abiertos para comprobar, si encontrándonos, realmente nos encontramos, si miramos hacia el mismo lado. De lo contrario, como dijo Fritz Perls, si encontrándonos no nos encontramos, no hay nada que hacer. Porque, en definitiva, se trata de compartir el mismo sentido de la vida.

6 PREGUNTAS PARA UNA VIDA EN COMÚN SATISFACTORIA

1. ¿EN QUÉ CIUDAD VIVIREMOS?

¿Viviremos en el centro de la ciudad o en las afueras? ¿O mejor en el campo? ¿Y en el extranjero? Elegir dónde vivir puede ser un juego apasionante pero, en ocasiones, implica un cambio que puede ser vivido como una pérdida que afecta negativamente a uno de los dos miembros.

2. ¿TENDREMOS HIJOS?

La primera cuestión que se plantea en relación a los hijos es si hay acuerdo en tenerlos o no. Puede que los dos miembros de la pareja quieran tener hijos, pero ¿cuántos? Y más tarde, hay que pensar en cómo educarlos, es decir, concretar los criterios de educación que se seguirán o elegir las escuelas a las que irán.

3. ¿CÓMO EMPLEAMOS EL DINERO?

Hay muchas maneras de organizar la economía de una pareja, aunque, en general, se deriva de lo que hemos aprendido en el modelo familiar. ¿Quién pone el dinero? ¿Trabajan los dos miembros de la pareja o sólo uno?¿Cómo le sienta a cada uno el hecho de que el otro trabaje o no lo haga? ¿Todo va a un saco común o se establecen economías separadas? ¿De qué manera se deciden los gastos? ¿Cuál es el nivel de independencia para gastar el dinero? Algunas de estas cuestiones podrían parecer triviales, pero el dinero –y el poder que implica– ha originado muchas disputas.

4. ¿QUÉ LUGAR OCUPA EL TRABAJO?

El papel del trabajo, qué lugar ocupa en el día a día y en la vida misma, es un tema que debe hablarse con la pareja, pues el trabajo y el desarrollo profesional se llevan gran parte del tiempo y de la energía de cada uno de nosotros. El resto del tiempo queda para la pareja y todo lo demás, pero los dos miembros necesitan saber si aceptan ese “resto”.

5. ¿QUÉ VIDA SOCIAL QUEREMOS?

Hay personas solitarias y otras a las que les gusta estar continuamente en contacto con gente, ya sea de forma personal o en fiestas. Si hay mucha diferencia de criterios, uno puede sentirse aislado o invadido, según el caso. Hay que hablar de lo que nos gusta y entender la perspectiva de quien queremos para encontrar un camino de acuerdo.

6. ¿QUÉ PAPEL TIENE CADA FAMILIA?

Es importante observar, de antemano, el papel que ocupan las familias de origen en cada integrante de la pareja, el tipo de trato y el grado de dependencia o intromisión que cada miembro está dispuesto a aceptar. El desacuerdo en este punto suele derivar en una crisis de pareja.


7 puntos esenciales para construir un proyecto de pareja. (2020). Recuperado 24 de abril de 2020, de Cuerpo Mente website: https://www.cuerpomente.com/psicologia/pareja/7-puntos-esenciales-construir-proyecto-pareja_1035