El mal de Diógenes, también conocido como trastorno de acumulación, es una condición compleja caracterizada por la acumulación excesiva de objetos y la dificultad persistente para desecharlos, independientemente de su valor real. Este comportamiento puede llevar a una acumulación desmedida que interfiere con la funcionalidad del espacio vital, generando problemas sociales, psicológicos y de salud. En este artículo, se analiza el mal de Diógenes desde un enfoque terapéutico basado en evidencia, explorando estrategias para su intervención, ejemplos clínicos y herramientas útiles para el trabajo con pacientes.
Entendiendo el mal de Diógenes
El mal de Diógenes no es un trastorno reconocido como entidad diagnóstica en el DSM-5; sin embargo, se asocia comúnmente con el trastorno de acumulación (hoarding disorder). Este trastorno se incluye dentro del espectro de los trastornos obsesivo-compulsivos (American Psychiatric Association, 2013). Entre sus características principales se encuentran:
- Dificultad para desechar objetos: Los pacientes experimentan una angustia significativa ante la idea de deshacerse de sus pertenencias.
- Acumulación excesiva: El espacio vital se ve comprometido por el volumen de objetos acumulados.
- Impacto funcional: La acumulación afecta la higiene, seguridad y relaciones interpersonales.
Factores de riesgo y comorbilidades
El mal de Diógenes suele estar asociado con factores como:
- Historial de trauma o pérdidas significativas.
- Trastornos del estado de ánimo, como depresión.
- Ansiedad generalizada o trastornos obsesivo-compulsivos.
- Aislamiento social y desconfianza hacia los demás.
Enfoques terapéuticos basados en evidencia
La intervención terapéutica para el trastorno de acumulación requiere un enfoque integral y personalizado. A continuación, se presentan algunas estrategias clave respaldadas por la investigación:
1. Terapia cognitivo-conductual (TCC):
La TCC es el tratamiento de primera línea para el trastorno de acumulación. Este enfoque ayuda a los pacientes a:
- Identificar y cuestionar creencias irracionales sobre sus pertenencias (p. ej., «Si tiro esto, perderé un recuerdo importante»).
- Desarrollar habilidades para la toma de decisiones y el desapego.
- Establecer metas concretas para organizar y reducir la acumulación. Ejemplo clínico: Un paciente podría trabajar en categorizar sus objetos en tres grupos: conservar, donar y desechar. Inicialmente, se enfocaría en objetos de bajo valor emocional para practicar el desapego.
2. Exposición gradual con prevención de respuesta:
Esta técnica, derivada de la TCC, implica exponer al paciente a situaciones que le generan ansiedad (p. ej., deshacerse de un objeto) mientras se evita que realice comportamientos de acumulación. Con el tiempo, la ansiedad disminuye y el paciente adquiere confianza en su capacidad para tomar decisiones.
3. Terapia de aceptación y compromiso (ACT):
La ACT ayuda a los pacientes a aceptar sus emociones y pensamientos difíciles sin intentar controlarlos o evitarlos. Además, promueve la acción basada en valores, como priorizar un entorno de vida funcional y saludable.
Ejemplo: Un paciente podría identificar que uno de sus valores fundamentales es la conexión familiar. Esto podría motivarlo a despejar su sala de estar para recibir visitas de sus seres queridos.
4. Intervenciones psicoeducativas:
La educación sobre el trastorno es fundamental para que el paciente comprenda los factores que perpetúan su conducta y las consecuencias de la acumulación. Esto también puede incluir a familiares y cuidadores para fomentar el apoyo en el proceso terapéutico.
Herramientas terapéuticas
- Mapas visuales y organizadores: Utilizar diagramas o listas para ayudar al paciente a priorizar y categorizar sus objetos acumulados. Estas herramientas hacen que el proceso sea menos abrumador y más estructurado.
- Uso de rituales simbólicos: Los rituales simbólicos pueden facilitar el desapego emocional. Por ejemplo, despedirse verbalmente de un objeto o escribir una nota sobre por qué ese objeto ya no es necesario puede ayudar al paciente a procesar la pérdida. Ejemplo: Un paciente podría fotografiar un objeto significativo antes de desecharlo, manteniendo el recuerdo sin necesidad de conservar el objeto físico.
- Cuadernos de reflexión: Pedir al paciente que lleve un diario donde registre sus pensamientos y emociones relacionados con la acumulación puede aumentar la conciencia sobre sus patrones y desencadenantes.
Conclusiones
El mal de Diógenes o trastorno de acumulación es una condición desafiante que requiere un abordaje terapéutico multidimensional y basado en evidencia. Las estrategias descritas, como la TCC, la ACT y los rituales simbólicos, pueden ayudar a los pacientes a enfrentar sus dificultades y mejorar su calidad de vida. Como terapeutas, es esencial adoptar una actitud empática y colaborativa, reconociendo los esfuerzos del paciente y celebrando cada pequeño progreso en su camino hacia el cambio.
Referencias
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Frost, R. O., & Steketee, G. (2014). Hoarding disorder: A comprehensive clinical guide. Oxford University Press.
- Tolin, D. F., Frost, R. O., & Steketee, G. (2007). «Buried in treasures: Help for compulsive acquiring, saving, and hoarding». Oxford University Press.


