En la práctica clínica, los terapeutas enfrentan con frecuencia el desafío de ayudar a sus pacientes a cerrar ciclos y resolver problemas que se han mantenido abiertos durante largo tiempo. Estos ciclos pueden estar relacionados con experiencias de pérdida, cambios vitales o conflictos no resueltos que afectan su bienestar emocional y su capacidad para avanzar. Este artículo ofrece un análisis desde un enfoque basado en la evidencia de cómo el cierre simbólico y la resolución de problemas pueden facilitar la adaptación psicológica y promover un cambio positivo. Además, se presentan herramientas terapéuticas específicas y ejemplos que pueden ser útiles en la práctica clínica cotidiana.
El concepto de cerrar ciclos en terapia
Cerrar ciclos implica finalizar un capítulo emocional o relacional en la vida de una persona, permitiéndole avanzar hacia nuevas etapas con mayor claridad y menos carga emocional. Este proceso puede incluir aceptar pérdidas, resolver conflictos internos o dejar ir resentimientos que han permanecido no resueltos. La teoría del apego (Bowlby, 1980) destaca que el cierre saludable de relaciones o eventos pasados puede mejorar la capacidad de las personas para formar nuevos vínculos, enfrentar retos futuros y construir una narrativa de vida coherente y significativa.
Ejemplo clínico:
Un paciente que experimenta dificultades para superar una ruptura amorosa puede beneficiarse de un proceso estructurado que le permita explorar sus emociones, identificar aprendizajes importantes de la relación terminada y despedirse simbólicamente de esa etapa para abrirse a nuevas experiencias.
Herramientas terapéuticas para cerrar ciclos
- Narrativas terapéuticas: El uso de narrativas permite al paciente articular y dar sentido a sus experiencias. Invitar al paciente a escribir o contar su historia en torno al ciclo que desea cerrar puede incluir:
- Identificar momentos clave de la experiencia.
- Reflexionar sobre los aprendizajes adquiridos.
- Reescribir la historia desde una perspectiva de crecimiento y resiliencia.
- Rituales simbólicos: Los rituales simbólicos pueden marcar el cierre de manera concreta y emocionalmente significativa, proporcionando un acto tangible que refuerce el cambio interno. Algunos ejemplos incluyen:
- Encender una vela y apagarla tras expresar pensamientos o emociones pendientes.
- Enterrar o quemar simbólicamente objetos relacionados con la situación que se busca resolver.
- Visualización guiada: Este ejercicio ayuda a los pacientes a representar mentalmente el proceso de dejar ir. Guiar al paciente en una visualización donde imagina soltar un objeto que simbolice el ciclo abierto puede ser especialmente poderoso. Esto no solo facilita el desapego, sino que también refuerza la sensación de resolución.
Resolución simbólica de problemas
La resolución simbólica de problemas implica abordar conflictos internos o externos mediante representaciones metafóricas o creativas. Estas estrategias permiten a los pacientes explorar sus problemas desde una perspectiva distinta, reduciendo la resistencia consciente y facilitando el procesamiento emocional profundo (Hayes, Strosahl, & Wilson, 1999).
Ejemplo clínico:
Un paciente que experimenta sentimientos de culpa recurrentes puede visualizarse liberando un peso simbólico que representa esa culpa. Este ejercicio puede ser complementado con afirmaciones positivas y la práctica de la autocompasíón, ayudando al paciente a reconfigurar su narrativa interna.
Herramientas terapéuticas para la resolución simbólica
- Metáforas terapéuticas: Las metáforas son herramientas poderosas para ayudar al paciente a comprender su situación desde una perspectiva novedosa y menos amenazante. Por ejemplo, describir un problema como una «carga pesada» que puede soltarse al cruzar un puente imaginario permite a los pacientes visualizar el cambio como un proceso alcanzable.
- Arte y creatividad: Fomentar la expresión a través de medios artísticos, como el dibujo, la pintura o el modelado, puede ser particularmente efectivo. Estos procesos creativos permiten a los pacientes externalizar sus emociones y explorar nuevas soluciones simbólicas. Ejemplo: Un paciente podría dibujar un paisaje que represente su situación actual, identificando elementos que simbolicen sus dificultades. Posteriormente, puede transformar ese paisaje en uno que refleje resolución, esperanza y equilibrio.
- Role-playing: Representar conversaciones o situaciones difíciles con el terapeuta o con un objeto simbólico puede ayudar al paciente a practicar respuestas adaptativas, procesar emociones no expresadas y explorar posibles soluciones. Ejemplo: Un paciente que necesita resolver un conflicto con una figura significativa podría realizar un role-playing donde ensaye diferentes formas de comunicarse efectivamente, evaluando las emociones y resultados asociados a cada enfoque.
Conclusiones
El cierre de ciclos y la resolución simbólica de problemas son procesos esenciales en el trabajo terapéutico. Estas herramientas permiten a los pacientes abordar de manera creativa y efectiva sus experiencias emocionales, promoviendo un cambio significativo en su narrativa personal. Como terapeutas, integrar estas estrategias basadas en evidencia en nuestra práctica no solo enriquece nuestro enfoque, sino que también apoya a los pacientes en su camino hacia un mayor bienestar emocional y resiliencia.
Referencias
- Bowlby, J. (1980). Attachment and loss: Vol. 3. Loss, sadness, and depression. Basic Books.
- Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and commitment therapy: An experiential approach to behavior change. Guilford Press.
- Neimeyer, R. A. (2001). Meaning reconstruction and the experience of loss. American Psychological Association.


