Introducción
El trastorno de despersonalización y desrealización (TDD) se caracteriza por experiencias persistentes o recurrentes de sentir que uno está separado de su cuerpo o de su entorno, como si estuviera observando la vida desde fuera de sí mismo o como si el mundo externo se percibiera como irreal. Estas experiencias, aunque no necesariamente acompañadas por una pérdida de contacto con la realidad, pueden generar una angustia significativa y afectar el funcionamiento diario. Desde una perspectiva cognitivo-conductual (TCC), estos síntomas se interpretan como respuestas desadaptativas a la ansiedad o al trauma, con patrones de evitación que refuerzan la desconexión perceptual.
El presente artículo aborda la naturaleza del trastorno de despersonalización y desrealización, el modelo cognitivo-conductual que lo sustenta y las herramientas terapéuticas más eficaces para su tratamiento.
Definición y Características del Trastorno de Despersonalización y Desrealización
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), el trastorno de despersonalización y desrealización es un trastorno disociativo caracterizado por:
- Despersonalización: Una experiencia de desapego o separación de uno mismo, como si el individuo fuera un observador externo de sus pensamientos, emociones, cuerpo o sensaciones.
- Desrealización: La percepción del entorno como extraño, irreal o distorsionado, como si los objetos o personas carecieran de autenticidad.
Para cumplir con los criterios diagnósticos del DSM-5, estos episodios deben causar un malestar clínicamente significativo o deterioro en el funcionamiento social, ocupacional u otras áreas importantes (APA, 2013).
Modelo Cognitivo-Conductual de la Despersonalización y Desrealización
El enfoque cognitivo-conductual postula que la despersonalización y la desrealización son respuestas de evitación ante emociones intensas, como el miedo o la ansiedad, y que la persona desarrolla una hiperconciencia o vigilancia sobre sus propias experiencias perceptuales. Este ciclo de hiperconciencia y preocupación refuerza los síntomas y dificulta la conexión con la realidad.
El modelo de hiperconciencia ansiosa (Simeon et al., 2008) sugiere que, ante un estado emocional intenso o prolongado, el cerebro responde disociando para protegerse del malestar emocional. La persona, al experimentar estos síntomas de despersonalización y desrealización, se enfoca excesivamente en ellos, lo que aumenta la ansiedad y perpetúa el ciclo.
La despersonalización y la desrealización pueden ser desencadenadas por:
- Eventos traumáticos: Como abuso emocional o físico, accidentes, o situaciones de vida estresantes.
- Ansiedad crónica: La activación constante del sistema de respuesta al estrés puede conducir a la disociación.
- Trastornos de ansiedad o pánico: Los episodios de pánico pueden preceder o coexistir con los síntomas de despersonalización y desrealización.
Evaluación de la Despersonalización y Desrealización
La evaluación clínica del trastorno de despersonalización y desrealización se realiza a través de una combinación de entrevistas clínicas y herramientas de autoinforme. Algunas de las escalas más utilizadas son:
- Escala de Despersonalización de Cambridge (CDS): Un cuestionario de 29 ítems que evalúa la frecuencia e intensidad de los síntomas de despersonalización.
- Inventario de Experiencias Disociativas (DES): Un cuestionario que mide la frecuencia de experiencias disociativas, incluida la despersonalización.
Una evaluación exhaustiva debe también incluir una evaluación de la ansiedad y el trauma, ya que estos factores suelen ser precipitantes del TDD.
Intervenciones Cognitivo-Conductuales para la Despersonalización y Desrealización
La terapia cognitivo-conductual es el enfoque terapéutico más utilizado para el tratamiento de los trastornos de despersonalización y desrealización. Los principales objetivos del tratamiento son reducir los episodios de desconexión perceptual y emocional, disminuir la ansiedad asociada y promover un funcionamiento adaptativo. A continuación, se describen las herramientas terapéuticas más comunes.
Reestructuración Cognitiva
La reestructuración cognitiva es una técnica central en la TCC que implica identificar y desafiar los pensamientos automáticos disfuncionales asociados con los síntomas de despersonalización y desrealización. Estos pensamientos suelen estar centrados en la percepción de que las experiencias disociativas son peligrosas o que la persona está perdiendo el control. Por ejemplo, un paciente puede tener pensamientos como «Me estoy volviendo loco» o «Nunca recuperaré el control». La reestructuración cognitiva ayuda a reinterpretar estas experiencias como reacciones inofensivas al estrés, lo que disminuye la ansiedad y el enfoque obsesivo en los síntomas.
En lugar de centrarse en la amenaza percibida de las sensaciones disociativas, la reestructuración cognitiva fomenta un enfoque más realista y adaptativo, como «Estos síntomas son una respuesta temporal al estrés, y no representan un peligro real».
Técnicas de Exposición
Las técnicas de exposición son herramientas clave para tratar la evitación y la hiperconciencia que perpetúan los síntomas de despersonalización y desrealización. La exposición gradual a las situaciones que provocan ansiedad o malestar, combinada con la exposición a los propios síntomas disociativos, permite al paciente reducir el miedo asociado con estas experiencias.
Por ejemplo, una técnica de exposición puede consistir en guiar al paciente a concentrarse deliberadamente en los síntomas de despersonalización durante un breve periodo, mientras se le enseña a manejar la ansiedad que estos provocan. Con el tiempo, esta exposición controlada puede reducir el impacto emocional de los síntomas.
Mindfulness y Técnicas de Aceptación
El mindfulness es una herramienta terapéutica que ayuda a los pacientes a observar sus pensamientos, emociones y sensaciones sin reaccionar a ellos ni intentar evitarlos. En el tratamiento del TDD, el mindfulness es particularmente útil para ayudar a los pacientes a desarrollar una mayor tolerancia al malestar emocional sin disociar.
El mindfulness fomenta un enfoque no reactivo hacia los síntomas, lo que puede romper el ciclo de ansiedad y desconexión. En lugar de centrarse en el control o la evitación de los síntomas, el mindfulness ayuda a los pacientes a aceptar las sensaciones disociativas como una parte pasajera de su experiencia.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
La terapia de aceptación y compromiso (ACT) es un enfoque basado en la aceptación de las experiencias emocionales y el compromiso con acciones basadas en valores. En el contexto del TDD, la ACT ayuda a los pacientes a dejar de luchar contra los síntomas de despersonalización y desrealización y, en su lugar, enfocar sus esfuerzos en comportamientos que estén alineados con sus valores.
A través de la ACT, los pacientes aprenden que los intentos de controlar las experiencias disociativas suelen ser contraproducentes y que pueden vivir una vida significativa incluso cuando estos síntomas están presentes. La aceptación reduce la evitación y el control excesivo, lo que a su vez disminuye la intensidad de los síntomas.
Técnicas de Anclaje
Las técnicas de anclaje o técnicas de grounding son intervenciones diseñadas para ayudar a los pacientes a reconectarse con el momento presente y reducir la desconexión perceptual. Estas técnicas incluyen:
- Enfocarse en las sensaciones físicas, como tocar objetos de diferentes texturas.
- Utilizar ejercicios de respiración profunda y controlada.
- Focalizarse en detalles del entorno inmediato, describiendo objetos, colores y formas.
El objetivo de las técnicas de anclaje es ayudar al paciente a mantenerse enraizado en la realidad, reduciendo la intensidad de las experiencias de despersonalización y desrealización.
Eficacia de la Terapia Cognitivo-Conductual en el Tratamiento del TDD
La evidencia empírica sugiere que la terapia cognitivo-conductual es eficaz para reducir los síntomas de despersonalización y desrealización. Un estudio de Hunter et al. (2005) encontró que los pacientes que recibieron TCC mostraron una mejora significativa en la frecuencia e intensidad de los síntomas en comparación con los que recibieron un tratamiento estándar. Además, el uso de técnicas de exposición y mindfulness ha mostrado ser prometedor en la reducción de la evitación y la hiperconciencia ansiosa.
Conclusión
El trastorno de despersonalización y desrealización es una condición compleja que requiere un enfoque terapéutico estructurado y centrado en la reducción de la evitación y la reconexión perceptual. La terapia cognitivo-conductual ofrece un conjunto eficaz de herramientas para ayudar a los pacientes a manejar sus síntomas y a desarrollar una mayor tolerancia al malestar emocional. A través de la reestructuración cognitiva, la exposición, el mindfulness y las técnicas de anclaje, los pacientes pueden reducir la desconexión disociativa y mejorar su funcionamiento emocional y social.
Referencias
American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5ª ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
Hunter, E. C., Sierra, M., & David, A. S. (2005). The epidemiology of depersonalisation and derealisation: A systematic review. Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 39(1),


