Oración de Abandono

Oh Dios eterno y misericordioso, en este momento de abandono me presento ante Ti con humildad y confianza. Reconozco tu soberanía sobre todas las cosas, y me entrego por completo a tu voluntad divina.

En medio de las incertidumbres y sufrimientos de esta vida terrenal, busco refugio en tu amor inmutable y en la esperanza de la vida eterna que nos has prometido. Sé que tus caminos son más altos que los nuestros, y aunque a veces no comprenda el propósito del sufrimiento, confío en que todo tiene un significado en tu plan divino.

Te entrego mis cargas, preocupaciones y temores, confiando en tu providencia y en tu promesa de cuidar de nosotros. Ayúdame a aceptar con paciencia y humildad las pruebas que enfrento, sabiendo que a través de ellas puedo unirme más profundamente a la pasión de tu Hijo Jesucristo.

Construye en mí una fe inquebrantable, fortaléceme en la confianza y la perseverancia. Que mi vida refleje tu amor y tu gracia, preparándome para la vida eterna contigo. Que cada desafío que enfrento en este mundo sea una oportunidad para crecer en santidad y conformarme más a la imagen de Cristo.

Baso mi confianza en tus promesas reveladas en la Sagrada Escritura. En el Salmo 23 encuentro consuelo al afirmar que aunque camine por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.

Que tu Espíritu Santo me guíe y fortalezca en mi jornada terrenal, y que al final de mis días, pueda ser acogido en tu presencia para disfrutar de la comunión eterna contigo. Todo esto lo pido confiando en la intercesión de la Santísima Virgen María y en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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