Shrek, Asno y el TOC

En esta escena de la película “Shrek”, el protagonista de nombre homónimo y su compañero “Asno” tienen que llegar al castillo para rescatar a la princesa Fiona que se haya en la más alta torre del castillo, estando éste custodiado por una dragona terrorífica. La misión de rescatarla es importante ya que, si lo consiguen, Shrek conseguirá la paz y tranquilidad en su hogar, una ciénaga que en ese momento se haya ocupada de criaturas fantásticas. Para llegar al castillo han de cruzar por un puente que está encima de un gran foso de lava. El puente tiene pinta de no ser muy seguro, pero el objetivo es claro para Shrek: “Ha de pasar para rescatar a la princesa y así poder volver a disfrutar de la paz de su ciénaga”. Asno, por su cuenta, no lo tiene tan claro e intenta convencer a Shrek de no pasar. Shrek lo convence diciéndole que “él estará ahí para ayudarle” pero a mitad del puente, Asno se tropieza y siente un miedo intenso. Desde el miedo que siente, se olvida del objetivo, y quiere volver atrás. Shrek se lo impide, volver atrás no es una opción. Él tiene claro lo que se encuentra en el otro lado del puente, lo importante que es para él. Shrek comienza a andar hacia delante y empuja poco a poco a Asno que va avanzando (sí, hacia atrás, pero avanzando) mientras Asno sigue empeñado en volver. ¡Está aterrorizado! Asno le pide que deje de mover el puente porque a cada movimiento, está más y más asustado. Shrek, lejos de parar, sigue moviendo el puente. Asno, centrado en su miedo y movilizado por Shrek, sigue andando hasta que observa que ya ha llegado al otro extremo del puente. Su reacción es de satisfacción y Shrek se lo refuerza.

Shrek y Asno serían las dos versiones de nosotros mismos que se dan lugar en el TOC:

Aquí Asno representa a nuestros miedos, a aquello con lo que, a partir de ahora, no vamos a querer identificarnos, pero de lo que no podemos huir. Asno siente miedo al ver el puente, que se encuentra en un estado mejorable y que sobrevuela el foso de lava. El sentimiento de huir, de evitar el problema surge. Pero ese miedo no es racional, básicamente porque huir les aleja de su destino y objetivo. Además, lo que no ve Asno es que el puente está bastante intacto (por muy viejo que se vea). En la mitad del puente, tropieza, la situación parece más peligrosa y huir (evitar) se intuye como más racional. Aun así y, ante unas ganas terribles de huir, cuando Shrek le bloquea el camino, Asno también va cediendo poco a poco, opone la resistencia justa y avanza caminando hacia atrás con los ojos cerrados. Asno hace un esfuerzo por dejarse llevar.

Shrek sería con lo que sí queremos identificarnos, el que sabe que para conseguir sus objetivos ha de pasar por estos momentos, pensamientos y emociones que ha estado evitando durante tanto tiempo. Shrek tiene claro hacia dónde quiere ir, asumiendo que ha de pasar por cosas que le serán desagradables, que le sacarán de su mal llamada “zona de confort”. Shrek no puede dejar a Asno atrás, forma parte del equipo y lo necesita para enfrentarse a la dragona. Por eso le insiste a pasar por el puente, dándole su apoyo. ACEPTA a Asno y sus miedos, y le proporciona una situación segura. Pero tampoco alimenta los miedos de Asno, los confronta y le hace que se siga exponiendo (cuando sigue moviendo el puente ante la petición de huir y evitar la situación de Asno). Al no dejar huir a Asno, Shrek le indica que ya está la mitad del camino hecho, le hace ser consciente de la situación, del PRESENTE. Sí, el puente se tambalea, hay lava debajo, pero lo que está haciendo que estén más tiempo sobre ese puente es, justamente, el que Asno esté “dándole vueltas” al FUTURO CATASTRÓFICO. Asno se bloquea, pero Shrek le incita a seguir, bajo la confrontación. Muy importante es ver cómo Shrek reconforta y refuerza a Asno al llegar al otro lado del puente. Sabe que no ha sido fácil para él, lo felicita porque Asno podría haberse resistido a no a avanzar y optó por dejarse llevar.

Podríamos ver en esta escena una metáfora de lo que es la Exposición con Prevención de Respuesta enfocada a los VALORES y, en resumen, parte de la terapia para manejar el TOC. Es importante cruzar el puente (EPR), pero ese puente lo cruzaremos mucho mejor siempre y cuando en el otro extremo tengamos una gran motivación para cruzarlo. Por supuesto que todas las personas no quieren sentir ese miedo y anhelan el bienestar, pero muchas veces el miedo supera al objetivo final. Es importante re-enmarcar esos objetivos, motivaciones y “para qué exponerse” ya que eso hará que la persona, poco a poco y con ayuda del terapeuta, de su entorno y de ella misma, vaya cruzando su puente.

Y TÚ, ¿QUÉ TIENES AL OTRO LADO DEL PUENTE?


Jiménez, J. (2021). Metáfora Shrek y Asno. Recuperado 25 de agosto de 2021, de Centro de Psicología Nieves Álvarez website: https://nievesalvarez.es/metafora-shrek-y-asno/?fbclid=IwAR2DOJBipeLDrzvp2AzzewxSxhCLDB8dFLaWAn1H2F38ALb8oXDIGJ4Af8M 

Winnicott y el Objeto Transicional

Entre las décadas de 1940 y 1960 un médico británico ayudó a miles de mujeres a criar a sus bebés utilizando una herramienta poco conocida en la época: la psicología.

El psicoanalista y pediatra Donald Winnicott dio más de 60 charlas radiales en la BBC y se hizo famoso por desarrollar el concepto de lo que él llamó «la madre suficientemente buena«.

Hasta ese momento, la creencia generalizada era que las mujeres debían apuntar a ser madres perfectas, siguiendo al pie de la letra una serie de reglas para criar correctamente a sus bebés.

Médicos como el influyente experto en bienestar infantil Frederic Truby King sostenían que los bebés son como animales salvajes que deben ser domesticados.

A las madres se les decía que los niños debían ser alimentados en horarios fijos, que no podían ser alzados por más de 10 minutos y que no había que acurrucarlos o tratar de establecer un vínculo con ellos.

Pero Winnicott propuso algo muy diferente.

En su práctica médica privada notó que las mujeres de más bajos recursos, que no tenían acceso a los libros con los consejos de Truby King, seguían sus instintos a la hora de criar a sus hijos, y lo hacían sin problemas.

Por eso, cuando fue invitado a presentar una serie de charlas radiales, entre 1943 y 1966, incentivó a las madres a confiar en sus instintos maternales y a ignorar las reglas impuestas.

«Si la relación entre madre y bebé ha comenzado y se desarrolla de forma natural, no hay necesidad de implementar una técnica de alimentación, ni otros métodos», aseguró.

«Ambos, juntos, saben exactamente lo que es correcto, mejor de lo que cualquier persona externa podría saber».

«En estas circunstancias», señaló, «un bebé tomará la cantidad correcta de leche, a la velocidad correcta, y sabrá cuándo parar».

Winnicott explicó que «todo el proceso físico funciona simplemente porque la relación emocional se desarrolla con naturalidad«.

Psicología disimulada

La psicoanalista retirada Jennifer Johns, quien entrenó con Winnicott durante los últimos años de la vida del pediatra -quien falleció en 1971-, le dijo al programa Witness History, de la BBC, que una de sus virtudes era que introducía conceptos psicológicos de forma muy natural y fácil de entender.

En esa época, había poca comprensión sobre el psicoanálisis. Muchos incluso lo miraban con escepticismo.

Pero Johns dice que la forma sencilla de hablar de Winnicott y el hecho de que no usaba términos técnicos hizo que pocos se dieran cuenta de que el pediatra usaba técnicas psicológicas.

«Sus ideas siempre tenían ese trasfondo psicoanalítico, pero no tenías por qué saber que eran psicoanalíticas. De hecho, creo que él probablemente pensaba que tendrían mayor difusión si no se sabía, porque la palabra psicoanálisis era un tanto repelente», señala.

Winnicott se había interesado en las ideas de Freud durante su juventud, y desarrolló un especial interés en entender cómo el inconsciente le da forma a nuestros pensamientos y acciones.

Johns cuenta que durante su carrera llegó a observar a unas 60.000 madres interactuando con sus bebés y eso le permitió «ver cómo algunas teorías psicoanalíticas cobraban vida frente a sus ojos».

Una madre jugando con su bebé
Pie de foto,Winnicott incentivaba el vínculo cercano entre madre y niño.

«Creo que lo más importante es que sientas, sin dudas, que tu bebé es alguien a quien vale la pena conocer como persona», decía el experto.

«Nadie que venga a darte consejos sabrá esto jamás tan bien como lo sabes tú«.

Esta idea de que nadie sabe más sobre un bebé que su madre iba completamente a contramano de las creencias de la época en el mundo occidental.

No sean perfectas

Otra idea revolucionaria de Winnicott, que contradecía directamente los valores de su tiempo -e incluso los de hoy-, fue lo que llamó «la madre suficientemente buena».

Johns explica el concepto: «Uno escucha tan seguido a las madres jóvenes decir que desearían ser mamás perfectas, que quisieran hacer un mejor trabajo que el que hicieron sus propias madres y nunca decepcionar a este pequeño ser».

«Y el objetivo de él era decir: ‘Oye, solo tienes que ser suficientemente buena‘».

Winnicott no solo creía que no era necesario ser una mamá perfecta. Aseguraba que no era lo mejor para los bebés.

Un aviso mostrando una mamá en un vestido llevando de paseo a su bebé
Pie de foto,Los consejos de Winnicott sobre no tratar de ser madres perfectas, les quitó un gran peso a muchas mujeres de la época.

Su teoría era que fallar era una parte necesaria de criar a un hijo, ya que, de esta forma, el niño aprende sobre la realidad de un mundo imperfecto.

«Si eres perfecta tu hijo no experimenta la imperfección», señala Johns. «Y no tiene que realizar sus propias adaptaciones a tus imperfecciones, que podrían fortalecer su desarrollo».

Un ejemplo que daba Winnicott es cuando una mujer tiene otro hijo y no tiene el tiempo que el niño o niña quisiera para dedicarle a él o ella.

«Todo lo que absorbe el tiempo de la madre puede generar celos, como otro bebé. Realmente creo que los niños que han sentido celos y han logrado aceptarlo salen beneficiados por esa experiencia«, dijo.

Objeto transicional

Aunque Winnicott no logró el reconocimiento internacional que tuvieron otros expertos en crianza, sí hizo un aporte muy famoso. Fue quien introdujo el concepto del objeto transicional.

Él creía que un bebé es tan dependiente de quien lo cuida que no puede ser considerado como un ser separado de su madre. Postuló que, de hecho, el bebé no se siente separado.

Fue esto lo que lo llevó a hablar sobre la importancia del objeto de apego, un concepto que desarrolló junto con su principal colaboradora, su segunda esposa, la psicoanalista, trabajadora social y docente Clare Winnicott.

«Ese primer objeto que tu bebé ama, una mantita o un peluche, para el infante esto es casi parte de su ser. Y si se lo sacan o lo lavan el resultado es desastre», explicó el experto.

Un niño con un elefante de juguete
Pie de foto,El psicoanalista explicó por qué los objetos de apego son tan importantes para los bebés.

Johns señala que hasta entonces se pensaba que esta aparente obsesión del bebé era algo malo.

«La gente se preocupaba de que el niño se estaba tornando patológicamente dependiente de un objeto», explica. «Fue él quien dijo: ‘Esto es normal, esto es lo que hacen los niños'».

«Él lo explicó como una especie de puente, para que la realidad externa pudiera ser descubierta por el infante», afirma.

Influencia

Más allá de sus valiosos aportes, Johns resalta que Winnicott no buscaba convertirse en un revolucionario de la crianza infantil.

Tampoco quería decirles a las mujeres qué hacer.

«Simplemente quería tener una influencia similar a la que tiene una madre, siendo una persona que está a favor de las relaciones y que la gente crea en sí misma», dice.

«Las madres jóvenes buscan desesperadamente recibir instrucciones (sobre cómo criar a sus hijos), pero tienes que averiguarlo tú misma, escuchándote a ti y a tu bebé», resume.

Donald Winnicott
Pie de foto,Donald Winnicott falleció en Londres, en 1971. Tenía 74 años.

O como lo describió el propio Winnicott:

«Hay lugar para todo tipo de madres en el mundo, y algunas serán buenas en una cosa y otras en otra cosa -o más bien debería decir, algunas serán malas en algunas cosas y otras en otras cosas-«.

«Quiero alentarlas a mantener y defender esta sabiduría especial, no puede ser enseñada«.


Donald Winnicott, el pediatra y psicoanalista británico que le dijo a las madres que era mejor no ser perfectas. (2021). Recuperado 12 de agosto de 2021, de BBC website: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55009831 

Vlov, la app para el tratamiento de adicciones

La app para el acompañamiento de personas con consumo problemático

Vlov es una nueva aplicación para el acompañamiento de personas que sufren adicciones. «Muchas veces en salud mental, y en adicciones en particular, trabajamos con herramientas muy antiguas. Este tipo de cosas mueve el tablero», la presenta su creador, el psiquiatra Federico Pavlovsky. La herramienta fue elaborada a lo largo de dos años, «en un 100 por ciento» en base a su experiencia con Dispositivo Pavlovsky, tratamiento ambulatorio e intensivo que dirige desde 2010 para personas con consumo problemático de sustancias. 

Si bien puede haber otras apps pensadas para los mismos destinatarios, lo singular de Vlov está en que no apunta simplemente a un registro para el propio usuario, sino que aparte busca potenciar el vínculo con el terapeuta. Es decir, su uso se recomienda bajo la guía de un profesional. Ya está disponible para su descarga gratuita. Al ingresar hay que completar algunos datos, entre ellos la adicción que se pretende trabajar (policonsumo, alcohol, nicotina, cannabis y cocaína son las opciones). Tiene, entre otras funciones, un contador de sobriedad que permite al usuario visualizar el tiempo transcurrido desde su última recaída y el dinero que lleva ahorrado por cada día sin consumir, audios para meditar y un registro de estado emocional para completar cada día. También un protocolo de crisis con sugerencias para momentos críticos y un botón de emergencia para que llegue una ambulancia. 

«El teléfono es una cosa tan cercana y cotidiana… me parece muy loco no utilizarlo. En algunos tratamientos es visto como elemento de consumo, entonces se lo quitan al paciente. Creo que este tipo de tecnologías aumenta el acceso de los pacientes a los tratamientos y que la tecnología puede ser un puente«, sugiere el magister en Prevención y Tratamiento de Conductas Adictivas y en Terapia Cognitiva y Conductas Adictivas, quien además se explaya sobre distintas resonancias en torno al caso de Chano.

–¿Qué muestra a la sociedad el caso de Chano?

–Los profesionales de la salud que trabajamos con adicciones vemos estas cosas todos los días, pero cuando ocurre un caso mediático de esta dimensión, y con estas coordenadas además dramáticas, la gente se asusta, se angustia. Esta es la severidad cotidiana de los consumos compulsivos. Las adicciones son un trastorno mental; están muchas veces devaluadas. El paciente con una adicción tiene un alto estigma social, no tiene acceso a hospitales, es perseguido por el Código Penal. Incluso los profesionales de la salud mental tienen prejuicios con las adicciones. Muchas veces llega a un hospital una persona con una intoxicación y no es bienvenida. Hoy las adicciones son el segundo o tercer motivo de consulta de la población en salud mental, porque la pandemia aumentó los consumos problemáticos de algunas drogas, en particular del alcohol, los psicofármacos, el cannabis. Las adicciones no pueden formar parte del abanico o del campo de acción de las fuerzas de seguridad, tienen que ser entendidas desde una perspectiva de salud pública o mental. Se emparenta todo el tiempo al consumidor con un paria social, una persona mala, negativa, mentirosa, el narcotráfico. Hay toda una gran confusión, respecto de si el consumidor es una amenaza social en términos de seguridad o un paciente con un problema mental crónico que requiere ayuda y en muchos casos no la recibe. En la participación del equipo de salud mental en emergencias hay muchas cosas que mejorar, protocolos que establecer y rubricar. Algunos aspectos de la aplicación de la ley (de Salud Mental) no están funcionando. Este caso puede ser una bisagra.

–¿Por qué la sociedad no empatiza con el adicto?

–Ser adicto es algo muy mal visto, ni le digo las mujeres que consumen, las madres. Nos sentimos más cómodos interpretando que el adicto es esa persona tipo homeless, «pibe chorro». Pero la adicción número 1 es el alcohol y quienes lo consumen de manera problemática están dentro del sistema. En su momento hubo leprosarios, se aislaban enfermedades… con las adicciones se da una paradoja muy grande. Vivimos en una sociedad de consumo compulsivo y al mismo tiempo las personas que se enferman pasan a una segunda o tercera categoría. Básicamente, sólo una de cada diez accede a un tratamiento. Y para los profesionales de la salud atender personas con adicciones es frustrante, requiere mucho tiempo y energía, el paradigma del éxito y el fracaso se desmorona. Estamos preparados para la búsqueda de un bienestar que muchas veces es ideal. Genera a nivel social y familiar sentimientos muy angustiantes. Por otro lado, los profesionales también se sienten muy angustiados, descorazonados, frustrados. Oscilamos. Te empieza a ir bien con un paciente o grupo y aparece la omnipotencia. De pronto los pacientes tienen días difíciles, abandonan, recaen, fallecen, y los terapeutas pasamos a sentir que somos un desastre. El éxito no pasa solamente por la sobriedad, sino también por que la persona no esté criminalizada, tenga un proyecto de vida, pueda hacer una interrupción o reducción del consumo, tenga acceso al sistema médico.

–¿Cuáles son los aportes de la nueva aplicación?

Lo que tiene de novedoso es que no es para adjuntar información, para que quede en la aplicación tipo «cuántas calorías comiste» o «cuántos pasos diste»Uno interacciona con ella para trabajar en conjunto con el terapeuta y darle avisos, exportarle información. Puede ser usada por pacientes y sus terapeutas, coachs, padrinos… no siempre es un profesional de la salud mental el que guía el tratamiento. Hay propuestas como Alcohólicos o Narcóticos Anónimos, cuyo trabajo es increíble: son emprendimientos generados por pacientes para ayudar pacientes. Han estado a la altura de las circunstancias, no dejan de crecer y ofrecen respuesta a mucha gente. Otra clave de la aplicación es que se basa en el autorreporte. Toda la información le llega en el momento al terapeuta. Además, cada 15 días, una vez por mes, exportás un PDF a su mail y tiene algo así como una historia clínica del paciente armada por el pacienteEsto va en contra del viejo mito de que todos los adictos mienten todo el tiempo.En nuestra experiencia terapéutica no es así: mienten cuando nadie los quiere escuchar o va a haber algún tipo de consecuencia indeseada. La aplicación implica un cambio de paradigma respecto del peso de la palabra de la persona que consume. Finalmente, lleva el tratamiento a la vida cotidiana. La vida de una persona en consumo es tremendamente adrenalínica, compulsiva, muy loca –con la gira, la resaca–, y a veces los tratamientos son tibios, moderados, lentos, no adrenalínicos. Una persona con una adicción de todos los días, de hace diez años, quizá ve al psicólogo o psiquiatra una vez cada 15 días. Los pacientes pasan por abstinencias, intoxicaciones, resacas, black outs… de pronto van al psicólogo y no recuerdan qué hicieron la semana pasada o cuándo tuvieron una recaída. Acá se arma un mapa de ruta que ayuda a jerarquizar esa información.

* Vlov se puede descargar en https://bit.ly/Vlov-IOS y https://bit.ly/vlov-android.


Yaccar, M. D. (2021). Cómo es Vlov, la app para el tratamiento de adicciones. Recuperado 5 de agosto de 2021, de Página12 website: https://www.pagina12.com.ar/358882-como-es-vlov-la-app-para-el-tratamiento-de-adicciones 

Hábitos Atómicos de James Clear

Hábitos atómicos es la compilación del conocimiento sobre la creación de hábitos de James Clear, escritor y consultor especializado en eficacia personal al que llevo leyendo durante años.

Cuando hablamos sobre la creación de hábitos tengo la sensación de hablar siempre de lo mismo. El libro me ha permitido profundizar en ciertos aspectos y sobre todo disponer de una visión de conjunto de la “disciplina”.

Lo que vas a leer a continuación no es un comentario sobre el libro. Son el conjunto de ideas y conceptos, a mi opinión, más destacados.

El ciclo de los hábitos

Cualquier hábito puede desglosarse en cuatro pasos:

  1. Señal. Una disparador que sugiere una recompensa e inicia el proceso. Olor a comida una leve ansiedad, un sonido, una vibración…
  2. Anhelo. La motivación para cambiar algo para obtener dicha recompensa. El deseo de un cigarrillo, comer algo …
  3. Respuesta. Las acciones necesarias para obtener la recompensa.
  4. Recompensa. La satisfacción obtenida como retorno del cambio y lo que te empuja a hacerlo de nuevo.

El ciclo de reacción recompensa refuerza los comportamientos positivos o negativos, arraigando su implantación.

La fuerza del interés compuesto

Los hábitos son un proceso similar al interés compuesto. Acumular una mejorar de un 1% cada día lleva a ganancias inimaginables a largo plazo.

No pienses en ellos como un objetivo si no como un proceso de mejora continua. Al cambiar la mentalidad te darás cuenta de la necesidad de crear un sistema que facilite los cambios.

Los momentos decisivos, los puntos de inflexión son fruto de la preparación previa, de un gran conjunto de pequeñas mejoras que te han permitido crear y aprovechar el momento clave.

“Un cantero para hender una piedra por un punto concreto no da un golpe fuerte y seco, lo hace con multitud de golpes constantes y medidos”

Al crear o corregir un hábito se produce resistencia porque estamos cruzando el que James Clear llama la meseta del potencial oculto. Llevas a cabo la acción, pones en práctica el hábito sin recompensa aparente, pero una vez superada esta fase se experimenta un cambio repentino

Los hábitos son una cuestión de identidad

Cambiar de hábitos significa cambiar tu identidad. Transformarte en una versión mejor de ti mismo.

Hacerlo no significa cambiar la forma de hacer las cosas o los resultados obtenidos, esto será la consecuencia de un cambio a un nivel más profundo. Para que los cambios logrados no se desvanezcan necesitas editar tus creencias, actualizar y ampliar tu identidad.

Los hábitos importan no para obtener mejores resultados  – que pueden hacerlo-  sino porque pueden cambiar las creencias sobre uno mismo.

Las cuatro leyes del cambio

Las cuatro leyes del cambio de conducta son un sencillo conjunto de reglas que podemos utilizar para construir mejores hábitos:

  • Hacerlo evidente. Toma medidas para hacerlo inevitable. Quieres comer más fruta? Ponte-en una pieza a la bolsa con tu desayuno o comida.
  • Hacerlo atractivo. Crea los condicionantes para “enriquecer” la experiencia. ¿Quieres salir a corre? Queda con tus amigos o hazlo con alguien que tengas ganas de ver!
  • Facilitar-lo. Reduce las fricciones que sirven como pretexto para “darle la espalda”. Una alarma como recordatorio que debes meditar.
  • Hacerlo satisfactorio. Crea un añadido que te invite a volverlo a hacer. Un sabroso bocadillo después de hacer deporte o un buen café después de una tarea exigente.

Siempre insistimos que un hábito es un comportamiento que se convierte en automático a través de la repetición. Es más que eso, su propósito final es resolver problemas de la vida diaria con la menor cantidad y energía posible.

Encadena tus hábitos

La mejor forma de poner en marcha un nuevo hábito es llevarlo a cabo después de algo que hagas cada día. Después de levantarte, después de desayunar … o de otro hábito ya asimilado.

¿Quieres leer un poco más? ¿Pues qué tal hacerlo después de cenar?

Otra opción es agruparla con alguna otra que te apetezca hacer para convertirla en irresistible.

¿No te apetece nada limpiar la cocina? ¿Qué tal si lo compaginas escuchando tus canciones favoritas?

Modificar el entorno

Modificar el entorno nos ayuda a dar forma a nuestros hábitos. Pequeños cambios en el entorno nos ayudan a encauzar nuestras acciones.

“Cambia el entorno para facilitar los buenos hábitos y dificultar los malos”

El autocontrol no es efectivo. Es una estrategia a corto plazo, convierte las tentaciones en invisibles, apartado de ellas. Haz de tus malos hábitos algo invisible.

El entorno también son las personas. Forma parte de un grupo donde el hábito que deseas implementar forme parte de su “cultura“. Queremos implementar aquellos hábitos nos aportan elogio, respeto y prestigio.

Crear y repetir

Se trata de ir poco a poco pero siempre adelante.

Hacer una acción lo más pequeña posible para trabajar cada día en tu hábito. Repetir cada día esta acción para convertirla en parte integrada de la rutina.

La repetición es más importante que el volumen o la importancia de la acción en sí. Lo importante es llevarlo a la práctica no en la velocidad y en la calidad del resultado.

Cuando hablamos de un pequeño cambio pensamos en acciones nimias, ridículas. Fíjate un punto para iniciar tu hábito y dedícale 2 minutos para ponerlo en marcha.

¿Qué puedes hacer con dos minutos? 10 flexiones, preparar la ropa para salir a correr, escribir dos líneas de un post …

Cada día dedica estos dos minutos, cuando te sientas seguro incrementa esto y dedica 2 minutos más a la siguiente acción que requiere el hábito.

Ritualiza el proceso, estandarízalo antes de mejorar.

Uso de la tecnología

La tecnología se debe utilizar para automatizar los hábitos, para hacerlos inevitables. Programar una transferencia el primer día de cada mes de la cuenta corriente a la cuenta de ahorro para evitar afrontar la decisión (y procrastinar-la) cada 30 días.

Utiliza la tecnología para neutralizar el coste de decisión.

Aprovechar la eficiencia evolutiva

Los humanos no estamos programados para demorar la recompensa, priorizamos la ganancia inmediata. Eficiencia evolutiva.

Si después de superar la resistencia al implementar un nuevo hábito nos damos una pequeña recompensa nos condicionamos. Nos estaremos “adiestrando” para volverlo a hacer.

Del mismo modo, si asociamos algo desagradable a un mal hábito crearemos una presión en sentido contrario. Creamos una carga negativa a nivel inconsciente para facilitar su supresión.

Medir los hábitos

Medir los hábitos es importante. Observar su progreso nos motiva y nos sirve de alerta para implementar correcciones.

El autor nos invita a disponer de una hoja o sistema similar donde realizar una marca cada día que practicamos con éxito el hábito. Su consecución formará una cadena indicando el progreso de nuestra empresa.

Aparte de ser un recordatorio para realizar el hábito en cuestión, si un día no se llevó a cabo salta la alarma y nos urge a implementarlo el siguiente día sin falta.

Una vez más una idea simple pero poderosa que retroalimenta la motivación y el compromiso.


Torné, D. (2021). Hábitos atómicos. Cómo funcionan y se crean los hábitos. Recuperado 30 de julio de 2021, de David Torné: notas sobre productividad y desarrollo website: https://blog.davidtorne.com/es/2020/02/habitos-atomicos-como-funcionan-y-se-crean-los-habitos/ 

Jordan Peterson: 12 reglas para vivir

El sicólogo clínico y crítico cultural Jordan Peterson, recientemente enfrentado a Slavoj Žižek en un debate con millones de espectadores, rompió la taquilla también en librerías con una simple tabla de recomendaciones para la vida, la que empezó como un posteo en Quora y terminó con él girando y debatiendo por diversos lugares del mundo.

Jordan Peterson es un personaje polémico. Qué duda cabe. Famosos son sus videos debatiendo sobre las vicisitudes del posmodernismo mano a mano con quien se le ponga enfrente. Pero hoy no hablaremos del duro Peterson, que saca ronchas en los movimientos sociales cuando se refiere al marxismo o el binomio «opresor versus oprimido» —que, según él, prolifera en los distintos ambientes en que nos desenvolvemos y nos impide desarrollar todo nuestro potencial como seres humanos.

Hoy hablaremos del Peterson autor y particularmente de su libro más exitoso: 12 reglas para la vida: un antídoto al caos (2018, Planeta). El texto, secuela de Mapas del pensamiento, aborda una docena de consejos para la vida que lo llevaron a transformarse en uno de los más vendidos de 2017 —fecha de su publicación en inglés— y han puesto a su autor como referente de una generación de jóvenes en Estados Unidos, Canadá —lugar de nacimiento de Peterson— y todo el mundo.

La decena de reglas apareció una noche en que el doctor Peterson participaba en la red social Quora, cuando se animó a hacer una lista que sería valorada por miles de usuarios de esa red social. Pongan atención.

Regla número uno: camina derecho

En este, el primer capítulo de su libro, Jordan Peterson ejemplifica con algo que le trajo muchos problemas en diversos foros universitarios, podcast y programas de televisión en los que se prestó para debatir: equipara el sistema de recompensas de nuestros cerebros con el de las langostas, debido a la producción de serotonina.

¿Por qué? Según Peterson, las langostas derrotadas tienen menos probabilidades de conseguir éxito en los distintos ámbitos de su vida. Y la forma de evidenciar su derrota es en la postura encorvada que las acompaña. Ello les impide conseguir pareja y un lugar más alto en la jerarquía social de su propia especie.

Para el sicólogo, lo mismo es aplicable a los humanos: se debe caminar derecho en el más amplio sentido de la palabra, reconocer el propio origen y hacerse cargo de las vivencias personales de la forma más honesta posible. «Caminar derecho», funciona como una metáfora de asumir un destino y una misión, entregar algo a cambio de ello —remarca el concepto de sacrificio citando las costumbres de las religiones occidentales, particularmente la más penetrante que es el catolicismo— y, fundamentalmente, llevar una vida en que asumir responsabilidades es clave para ser las mejores personas posibles. Sin asumir responsabilidad, no caminas derecho, y sin ello, posiblemente sucumbas ante la vorágine de los tiempos modernos. Además, si corriges tu posición en la vida diaria, ves el mundo desde otro ángulo y por ende enfrentas los desafíos de tu vida desde una perspectiva distinta.

Regla número dos: trátate a ti mismo como alguien de quien eres responsable de ayudar

En este capítulo, el doctor Peterson busca ahondar en el concepto de autoestima —como en casi todo el libro— y ataca fundamentalmente nuestra responsabilidad a la hora de rescatarnos a nosotros mismos en los momentos de crisis. Es decir, si estás en problemas, asume que el primero al que tienes que acudir es a ti mismo y entrégate lo mejor que puedas. Peterson detalla en este punto un sistema de recompensas diario cuando consigues superar el tedio de levantarte por las mañanas. O sea, si haces algo que sabes que tienes que hacer, pero no estabas haciendo, entrégate una recompensa. Según el crítico cultural canadiense, si lo haces durante dos años lograrás reeducar tu sistema de vida a tal punto que serás capaz de salir de cualquier crisis antes de estar varado a la deriva esperando por ayuda.

Regla número tres: házte amigo de quienes quieran lo mejor para ti

Acá es la parte más personal del libro y una de las que cobra sentido de inmediato mediante los ejemplos. Si te rodeas de gente que no se rescata a sí misma y no «camina derecha», no esperes que hagan algo bueno por ti. Fundamentalmente, lo que postula Peterson acá es que construyas un sistema de auto respeto tan poderoso que termine por alejarte de forma consciente de los amigos que no te alientan a lograr más y mejores cosas, los que comienzan a relatar un logro propio cuando tú le estás comentando uno tuyo o más simple: de quienes piensan en el gozo y las recompensas inmediatas en la vida por sobre el sentido de sacrificio (de los capítulos anteriores). Es duro, pero tiene sentido.

Regla número cuatro: no te compares con los demás, compárate contigo mismo

Parece un cliché de la autoayuda, pero es muy cierto: cuando tengas que mirarte al espejo y entender la persona que estás siendo, el punto de referencia nunca deben ser los demás, sean semejantes, pares o quien admiras. Eso sólo podría dañarte. En este punto, el doctor Peterson nos recomienda compararnos con nosotros mismos en algún punto anterior del tiempo, sin perder la ambición de ser mejores, pero considerando todo el espacio avanzado o retrocedido sólo en virtud de nuestras vidas y no de vidas ajenas.

Házlo y los resultados para bien y mal siempre te entregarán conclusiones útiles para actividades cotidianas y decisiones importantes.

Regla número cinco: no permitas que tus hijos hagan algo que te lleve a sentir que te caen mal

La paternidad es abordada en el libro de Peterson de forma tangencial, pero con ejemplos muy claros. Si eres padre de familia y tienes problemas trazando líneas de disciplina para tus hijos o funcionas con niveles de confianza que rayan en la permisividad, no sólo estás haciendo algo incorrecto para la crianza de tus hijos, sino también para tu humor, energía y percepción de tu propia familia.

Obviamente, todo esto apunta a no sobreproteger a tu hijo en demasía, a delinear de forma clara los límites que tiene en su rango de acción y, fundamentalmente, a cómo te percibe él a ti, pero también cómo lo percibes tú a él. Construye un sistema de retroalimentación en que tu hijo pueda sentir por ti lo mismo que tú por él: respeto, «caerse bien» y, principalmente, reglas y límites claros que haga que ambos sean la mejor persona posible a la hora de relacionarse unos con otros.

Regla número seis: ordena tu propio cuarto antes de criticar lo que sucede fuera de él

Esta es probablemente una de las más explícitas de todas las reglas de Peterson, pero también es una de las más controversiales en sus debates en clases, universidades, podcast y programas de televisión: ¿quién eres tú para criticar al mundo en que vives si eres incapaz de mantener tu propio cuarto ordenado?

Es clave sentirnos bien con nosotros mismos, pero para ello también construir un estándar ético personal que te lleve a sentir que has ganado el derecho de opinar sobre la vida y sociedad en que te desenvuelves. No se trata de no opinar sobre nada, pero sí de hacerlo habiendo resuelto al menos lo que refiere al espacio que ocupas con mayor frecuencia en el planeta.

Según el doctor Peterson, una de las cosas que hacemos más a menudo es cuestionar los defectos del resto dejando de lado los propios, como si eso nos hiciera inmunes a cualquier otra crítica: cuando estamos hablando de otra persona, es la forma más simple de negación sobre nuestros propios defectos. Busca un trabajo, discúlpate con las personas que hayas ofendido realmente, haz mejores amigos y probablemente, luego de ello, seas una persona mucho más útil para la vida en sociedad. Crea una revolución molecular desde tu cuarto hacia el exterior o, como cantaba Noel Gallagher en Oasis: empieza una revolución desde tu cama.

Regla número siete: busca lo más relevante, no lo conveniente

Acá el psicólogo Peterson hace un llamado similar al de otros puntos: mientras más responsabilidad y significado le agregues a tu vida, mejor será lo que coseches de ella. Saber separar entre las cosas que importan probablemente te hará darte cuenta de que, en general, esas cosas cuestan tiempo, dinero y mucho sacrificio. En cambio, las cosas convenientes llegan más rápido y producen una sensación de satisfacción que es un tanto efímera y no aportan a cómo construyes el sistema de recompensas en tu cerebro que lo hará más fuerte en la vida. En otras palabras: «lo más terrible se aprende enseguida. Y lo hermoso nos cuesta la vida», como escribió Silvio Rodríguez, que no estaría muy de acuerdo con el doctor Peterson en otros tópicos a la hora de debatir.

Regla número ocho: di siempre la verdad o, por lo menos, evita mentir

Este punto es clave y Peterson siempre enfatiza en él cuando tiene que hablar de las reglas más importantes del libro: una mentira puede funcionar en el corto plazo, engañar a tu cerebro con una recompensa inmediata y hacerte sentir que escapaste de una situación incómoda de una forma económica y conveniente. Pero no es más que eso: una mentira.

Di siempre la mayor cantidad de verdad posible y construye en torno a ella los lineamientos de tu vida para resolver los problemas, desde el más pequeño, hasta el más complejo. La verdad te hará sentir libre, honesto y, ya una vez que enfrentas lo peor que podría saberse, sólo te queda construir de ahí en adelante, ojalá respetando las siete reglas anteriores.

Regla número nueve: asume que la persona con la que estás hablando podría saber algo que tú no

Es común enfrentar cualquier discusión o intercambio de ideas tratando de imponer lo que piensas o pensando que tienes de tu parte la verdad, lo que te lleva a sentir la ansiedad de querer formular lo que tienes para decir sin escuchar a tu interlocutor. Es un error y de los grandes. Según Peterson, deberías siempre asumir que la otra persona tiene algo importante para decir respecto de un tema y conectar con lo más humilde de tu cerebro, como cuando aprendiste a leer y confiabas de manera ciega en quien te enseñaba. Esa apertura no sólo te hará sentir más libre, sino que también ayudará a que la otra persona te sienta como una persona receptiva e inteligente, pues podrías cambiar de opinión respecto a algo.

Además, escuchar a las personas que piensan distinto y aprender de ellos, es una de las mejores formas de sentir que avanzas y estás siendo la mejor persona que puedes ser.

Regla número diez: sé preciso al hablar

Piensa, antes de elegir las palabras en una discusión o conversación, ya sea la más cotidiana o trascendente de tu vida —con mayor razón—. Según el doctor Peterson, muchas veces podemos evitar muchos errores comunicacionales si tan sólo nos tomáramos un segundo más en pensar lo que vamos a responder a un otro, eligiendo las palabras más adecuadas para lo que queremos expresar. No cuesta mucho y las recompensas de esta regla son casi inmediatas, pues estarás siendo lo más fiel a tu verdad posible. Pondera siempre también el efecto de tus palabras en la otra persona.

Regla número once: respeta a los niños que andan en skate

Este punto colinda con la regla número cinco de alguna forma. Refiere a que, aunque una de las cosas claves es que los niños sientan que tienen límites claros y debes evitar que «te caigan mal», debes también respetar sus momentos jugando. Ese es su espacio y un ritual sagrado en que desarrollan muchas de las habilidades que les serán útiles en el futuro. No debes molestarlos. No debes hacerles sentir que lo que hacen es tonto. Tampoco intentes imponer tus ideas o gustos personales.

Es una regla que habla específicamente sobre la masculinidad y la experiencia de Peterson en Canadá con jóvenes.

Regla número doce: acaricia un gato cuando lo veas en la calle

Otra metáfora de Peterson: vive la vida con aprecio y amor hacia ella. Valora los pequeños momentos como ese, acariciar un gato, mirar un atardecer, reflexionar en torno a lo bello cuando lo tienes en frente. Disfruta el viaje, pues no hay destino que valga la pena si es tortuoso. Aprovecha de vivir en ese momento feliz, sobre todo, más aún, si has seguido las doce reglas anteriores.


12 reglas para enfrentar el caos de la vida diaria. (2021). Recuperado 28 de julio de 2021, de La Tercera website: https://www.latercera.com/practico/noticia/12-reglas-vida-jordan-peterson/784409/ 

Procrastinar o el arte de dejar para después…

Si alguna vez has postergado una tarea importante para, digamos, poner en orden alfabético las especias en tu alacena, sabes que no sería justo describirte como flojo.

Después de todo, ordenar alfabéticamente requiere concentración y esfuerzo —y, oye, tal vez hasta te esmeraste en limpiar cada frasco antes de ponerlo en su lugar—. Y no es como que te hayas ido de fiesta con tus amigos o te hayas puesto a ver Netflix. Estás limpiando, ¡es algo de lo que estarían orgullosos tus padres! No es pereza o mala gestión del tiempo. Es procrastinación.

Etimológicamente, “procrastinación” deriva del verbo en latín procrastināre, postergar hasta mañana. Sin embargo, es más que postergar voluntariamente. La procrastinación también deriva de la palabra del griego antiguo akrasia, hacer algo en contra de nuestro mejor juicio.

“Es hacerse daño a uno mismo”, dijo Piers Steel, un profesor de Psicología Motivacional en la Universidad de Calgary y el autor de The Procrastination Equation: How to Stop Putting Things Off and Start Getting Stuff Done.

Esa autoconciencia es una pieza clave para entender por qué procrastinar nos hace sentir mal. Cuando procrastinamos, no solo estamos conscientes de que estamos evadiendo la tarea en cuestión, sino también de que hacerlo es probablemente una mala idea. Y aun así, lo hacemos de todas maneras.

“Esta es la razón por la que decimos que la procrastinación es esencialmente irracional”, dijo Fuschia Sirois, una profesora de Psicología en la Universidad de Sheffield. “No tiene sentido hacer algo que sabes que tendrá consecuencias negativas”.

Agregó: “Las personas se enganchan en este círculo irracional de procrastinación crónica debido a una incapacidad para manejar estados de ánimo negativos en torno a una tarea”.

En breve: sí.

La procrastinación no es un defecto del carácter o una maldición misteriosa que ha caído en tu habilidad para administrar el tiempo, sino una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento y más.

“La procrastinación es un problema de regulación de emociones, no un problema de gestión de tiempo”, dijo Tim Pychyl, un profesor de Psicología y miembro del Grupo de Investigación sobre Procrastinación en la Universidad Carleton en Ottawa, Canadá.

En un estudio de 2013, Pychyl y Sirois descubrieron que la procrastinación puede ser entendida como “la primacía de la reparación del estado de ánimo a corto plazo… por encima del objetivo de las acciones planeadas a un plazo más largo”. Explicado de manera sencilla, la procrastinación es enfocarse más en “la urgencia inmediata de administrar los estados de ánimo negativos” que en dedicarse a la tarea, dijo Sirois.

La naturaleza particular de nuestra aversión depende de la tarea asignada o la situación. Podría ser debido a que la tarea misma es inherentemente poco placentera, como tener que limpiar un baño sucio u organizar una aburrida y larga hoja de cálculo para tu jefe. Sin embargo, también podría resultar de sentimientos más profundos relacionados con la tarea, como dudar de uno mismo, tener baja autoestima, sentir ansiedad o inseguridad. Cuando fijas la mirada en un documento en blanco, tal vez estás pensando: “No soy lo suficientemente inteligente para escribir esto. Incluso si lo soy, ¿qué opinará la gente de él? Escribir es tan difícil. ¿Qué pasa si lo hago mal?”.

Todo esto puede llevarnos a pensar que hacer a un lado el documento y en cambio limpiar los frascos de la alacena es una muy buena idea.

No obstante, por supuesto, eso solo engloba las asociaciones negativas que tenemos con la tarea, y esos sentimientos todavía estarán ahí cuando volvamos a ella, junto a estrés y ansiedad aumentados, sentimientos de baja autoestima y de culpabilidad.

De hecho, existe un cuerpo de investigación completamente dedicado a los pensamientos rumiantes y sentimientos de culpabilidad que muchos de nosotros tenemos a raíz de la procrastinación, los cuales son conocidos como Cogniciones Procrastinatorias. Los pensamientos que tenemos sobre procrastinación suelen exacerbar nuestra angustia y estrés, lo que contribuye a todavía más procrastinación, dijo Sirois.

No obstante, el alivio temporal que sentimos cuando procrastinamos es lo que realmente hace muy vicioso el círculo. En el presente inmediato, suspender una tarea brinda alivio —”has sido recompensado por procrastinar”, dijo Sirois—. Y el conductismo básico nos ha enseñado que cuando somos recompensados por algo, tendemos a hacerlo de nuevo. Esta es precisamente la razón por la que la procrastinación tiende a no ser un comportamiento una vez, sino un círculo, uno que fácilmente se convierte en un hábito crónico.

Con el paso del tiempo, la procrastinación crónica tiene costos no solo a la productividad, sino efectos destructivos medibles en nuestra salud mental y física, incluidos estrés crónicoangustia general psicológica y baja satisfacción con nuestra vidasíntomas de depresión y ansiedad, hábitos deficientes de saludenfermedades crónicas e incluso hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Si parece irónico que procrastinamos para evitar sentimientos negativos, pero terminamos sintiéndonos aún peor, es porque así es. Y de nuevo, debemos agradecer a la evolución.

La procrastinación es el ejemplo perfecto del sesgo del presente, la tendencia de nuestra mente a dar prioridad a necesidades a corto plazo en vez de las de a largo plazo.

“Realmente no fuimos diseñados para pensar hacia adelante en el futuro más lejano porque necesitábamos enfocarnos en proveer para nosotros mismos en el aquí y ahora”, dijo el psicólogo Hal Hershfield, un profesor de Mercadotecnia en la Facultad Anderson de Administración de la Universidad de California en Los Ángeles.

La investigación de Hershfield ha mostrado que, a nivel neuronal, percibimos a nuestros yo del futuro más como extraños que como parte de nosotros mismos. Cuando procrastinamos, hay partes de nuestro cerebro que realmente piensan que las tareas que estamos suspendiendo —y los sentimientos negativos que las acompañan y que nos esperan del otro lado— son problema de alguien más.

Para empeorar las cosas, somos incluso menos capaces de tomar decisiones bien analizadas y orientadas al futuro en medio de una situación de estrés. Cuando nos enfrentamos con una tarea que nos hace sentir ansiosos o inseguros, la amígdala —la parte del cerebro que funciona como “detector de amenazas”— percibe esa tarea como una amenaza genuina, en este caso a nuestra autoestima o nuestro bienestar. Incluso si intelectualmente reconocemos que suspender la tarea nos creará más estrés en el futuro, nuestros cerebros están todavía conectados para preocuparnos más por eliminar la amenaza en el presente. Los investigadores llaman a esto “secuestrar la amígdala”.

Desafortunadamente, no podemos simplemente decirnos a nosotros mismos que dejemos de procrastinar. Y a pesar de la abundancia de los “trucos de productividad”, que se enfocan en cómo hacer más trabajo, estos no abordan de raíz la causa de la procrastinación.

Debemos darnos cuenta de que, en esencia, la procrastinación es un asunto de emociones, no de productividad. La solución no involucra descargar una aplicación de gestión de tiempo o aprender nuevas estrategias de autocontrol. Tiene que ver con manejar nuestras emociones de una manera diferente.

“Nuestros cerebros siempre están buscando recompensas relativas. Si tenemos un círculo de hábitos alrededor de la procrastinación pero no hemos encontrado una mejor recompensa, nuestro cerebro continuará haciéndolo una y otra vez hasta que le demos algo mejor que hacer”, dijo Judson Brewer, director de investigación e innovación en el Centro de Plenitud Mental de la Universidad de Brown.

Para reconfigurar cualquier hábito, tenemos que darle a nuestro cerebro lo que Brewer llamó la Mejor y Más Grande Oferta.

En el caso de la procrastinación, tenemos que encontrar una mejor recompensa que evadir, una que pueda aliviar nuestros sentimientos desafiantes en el presente sin causar daño a nuestros yo del futuro. La dificultad de romper la adicción a procrastinar en particular es que existe un número infinito de acciones sustitutas potenciales que todavía podrían ser formas de procrastinación, dijo Brewer. Es por ello que la solución debe ser interna, y no dependiente de cualquier cosa excepto nosotros mismos.

Ahora ve a terminar de ordenar alfabéticamente esos frascos de especias antes de que se convierta en lo siguiente que comiences a procrastinar.


Procrastinar no es un asunto de holgazanería, sino de manejo de las emociones. (2021). Recuperado 9 de julio de 2021, de The New York Times website: https://www.nytimes.com/es/2019/03/26/espanol/como-evitar-la-procrastinacion.html?fbclid=IwAR3E4_NwyS1sV79aZL0L0bl-f1VwTcrN8CWn_lqEQrzsrXLwjvHUkq94XKg 

Kakebo, el centenario método japonés que te puede ayudar a ahorrar

Ahorrar es uno de esos propósitos que uno se hace, generalmente, cada vez que recibimos el sueldo. Y frecuentemente fracasamos: o no ahorramos en absoluto o lo hacemos en menor medida de lo deseado.

Todo a pesar de que existen diversos métodos y técnicas.

Los japoneses usan una herramienta que les ayuda en la tarea: el kakebo, que requiere cierta metodología, pero no necesita muchos recursos: apenas una libreta, algo con lo que escribir y, eso sí, constancia y fuerza de voluntad.

Dicen que quien ahorra no es el que menos gasta, sino el que gasta sabiamente. Así que ya seas buen administrador o más bien de los que les cuesta llegar a fin de mes, aquí puedes descubrir una nueva forma de, al menos, intentar aumentar tus ahorros.

Origen

El kakebo (pronunciado «kakiboh») es la palabra japonesa para libro de cuentas del hogar y su origen se remonta a 1904, según Fumiko Chiba, autora de Kakeibo: El arte japonés de ahorrar dinero.

Chiba cuenta en su libro que la ideóloga de este método fue Hani Motoko, considerada la primera mujer periodista de Japón, quien quiso buscar una forma de que las esposas pudiesen manejar la economía familiar eficientemente.

«Aunque Japón es una cultura tradicional en muchos aspectos, el kakebo fue una herramienta liberadora para las mujeres, porque les daba el control sobre las decisiones financieras«, escribe Chiba en su obra.

Hoy en día, a pesar de que ya hay en el mercado multitud de aplicaciones con las que puedes controlar tus ingresos y gastos desde tu celular, estos particulares libros de cuentas siguen comercializándose en Japón.

Suelen venderse al principio de cada año y, de acuerdo con Chiba, son bastante populares.

El método

La tarea puede ser bastante laboriosa, especialmente al principio, pero en ello reside también su éxito, dicen los expertos.

Primero debes apuntar tus gastos diarios (o semanales, según te resulte más cómodo) en distintas categorías. Por ejemplo: ingresos (salario, rentas, pensiones); gastos esenciales (vivienda, transporte, comida, servicios para el hogar y medicinas); ocio (restaurantes, compras, gimnasio, etc) y extras (regalos, reparaciones, viajes).

Puedes establecer cuantas categorías necesites y también utilizar distintos colores, para hacerlo más visualmente atractivo. Al final de mes, es cuestión de restar: ingresos menos gastos. Sencillo, ¿no?

Pero no acaba aquí, porque kakebo es algo más que controlar lo que gastas, sino aprender a mejorar tus finanzas.

El balance

La filosofía detrás del uso del kakebo es poner el énfasis en las cosas de las que no se puede prescindir y aprender a deshacerse de aquellas que no son un gasto elemental.

Para ello, cuando llega el momento de evaluar cuánto, cómo y en qué nos hemos gastado el dinero hay que hacer balance contestándose a cuatro preguntas clave:

  • ¿cuánto dinero has conseguido ahorrar?
  • ¿cuánto dinero te hubiese gustado ahorrar?
  • ¿cuánto dinero estás gastando en realidad?
  • ¿qué cambiarías el mes que viene para mejorar?

Los defensores de este método dicen que el hecho de que este sea un método manual, asegura Chiba en su libro, te hace más consciente de en qué gastas el dinero y te obliga a pensar en cuáles son tus metas para que tu ahorro sea más efectivo. El margen de ahorro, escribe, puede alcanzar hasta el 35% de tus ingresos.


Kakebo, el centenario método japonés que te puede ayudar a ahorrar hasta un 35% de tu sueldo. (2021). Recuperado 8 de julio de 2021, de BBC website: https://www.bbc.com/mundo/noticias-47706354 

¿Dificultades para respirar?

Tal vez nunca lo haya visto así, pero la respiración es un trabajo muscular intenso. Por este motivo, la forma en que se utiliza el músculo de la respiración (el diafragma) puede marcar una gran diferencia. Tanto si se ha quedado sin respiración, necesita aliviar el estrés o la ansiedad, o simplemente quiere sentirse mejor en general, haga este sencillo ejercicio de respiración.

Siempre que estamos estresados o enfadados, nos recomiendan respirar profundamente; y es por un buen motivo. No solo se trata de ganar tiempo para procesar la situación, sino también de ayudar a reducir la sensación de ansiedad. Respirar profundamente es fundamental en los ejercicios de yoga y pilates, conocidos porque acaban con el estrés y hacen maravillas con el humor.

Esencialmente, respirar profundamente significa utilizar correctamente el diafragma, que se encuentra en la base de los pulmones. En lugar de respirar desde el pecho, lo que necesita para aspirar más aire, se respira hacia abajo, expandiendo el abdomen.

Al utilizar el diafragma para inspirar, el músculo se aplana y permite a los pulmones expandirse más ampliamente. Esto se traduce en una mayor entrada de oxígeno. Una técnica de respiración adecuada también requiere menos esfuerzo corporal que respirar desde el pecho, lo cual genera una presión en el cuello, la espalda y el torso.

Así pues, para ayudar en caso de dificultades para respirar y para hacer llegar más oxígeno a la sangre y al cuerpo, busque su diafragma y utilícelo. Aquí tiene un sencillo ejercicio que puede ayudarle.

Ayuda para las dificultades al respirar

  1. Tiéndase sobre la espalda en una posición cómoda. Eleve las rodillas y ponga los pies planos sobre el suelo. Coloque una mano sobre el pecho y otra sobre la parte inferior del abdomen.
  2. Inspire lenta y profundamente por la nariz y céntrese en lograr que la parte inferior del abdomen suba. La mano que tiene sobre el pecho debería permanecer casi quieta. Además, asegúrese de no encoger los hombros.
  3. Al espirar, frunza los labios y deje salir el aire lentamente. Sienta cómo la parte inferior del abdomen baja y, de nuevo, la mano que tiene en el pecho permanece casi quieta.

Ejercicios de respiración para reforzar el diafragma

Encontrar el diafragma y aprender a utilizarlo es el primer paso para respirar con menor esfuerzo. Hacer ejercicios de respiración es el paso siguiente.

Los ejercicios de respiración son una rutina fácil de incorporar a las actividades diarias. Puede centrarse en la respiración siempre que haga un descanso en el trabajo o mientras está sentado en el autobús, por ejemplo. Un ejercicio sencillo realizado en la cama antes de dormir, calmará su mente y le ayudará a dejar de lado los pensamientos más acuciantes.

EJERCICIO DE RESPIRACIÓN 1: TENDERSE Y RESPIRAR

  1. Comience siguiendo las instrucciones que hemos indicado anteriormente. Tiéndase en una posición cómoda, con las rodillas arriba y los pies sobre el suelo.
  2. Inspire profundamente y cuente hasta cinco. Asegúrese de que la barriga suba pero el pecho y los hombros permanezcan abajo.
  3. Espire lentamente mientras cuenta hasta cinco. Empuje con la barriga hacia abajo, hacia la columna. Haga dos series de entre 10 y 20 respiraciones profundas.

EJERCICIO DE RESPIRACIÓN 2: A CUATRO PATAS

  1. Póngase a cuatro patas en el suelo, con las manos debajo de los hombros y las rodillas debajo de la pelvis. Redondee suavemente la espalda.
  2. Inspire por la nariz y mantenga la espalda tan redondeada como sea posible.
  3. Espire con tanta fuerza como sea posible. Redondee todavía más la espalda y empuje con la barbilla hacia el pecho. Al terminar de espirar, haga una pausa de cinco segundos. Mantenga la posición redondeada.
  4. Repita el ciclo cinco veces.

¿ANSIEDAD, ESTRÉS, DIFICULTAD PARA RESPIRAR? ESTE SENCILLO EJERCICIO DE RESPIRACIÓN ES UNA GRAN AYUDA. (2020). Recuperado 18 de diciembre de 2020, de Wehale life website: https://www.wehale.life/es/salud/ansiedad-estres-dificultad-para-respirar-este-sencillo-ejercicio-de-respiracion-es-una-gran-ayuda/ 

El Test del Árbol de Koch

El dibujo del árbol es un test de proyección gráfica lanzado por Karl Koch, afirma que el dibujo del árbol es una grafología menos sutil, menos elaborada, pero que en ciertos casos permite ver lo que aquella no logra. Esta prueba proyectiva, puede ser utilizada sin menos resistencias a su dibujo por los niños, jóvenes y también adultos. Pero detrás de esa simpleza del árbol van apareciendo plasmados en el papel los diferentes elementos básicos que configuran la estructura de propio YO. El árbol dibujado es un reflejo de la verdadera esencia personal del que lo ha dibujado.

El dibujo del árbol como medio psicodiagnóstico auxiliar

Este test de personalidad puede aplicarse a cualquier edad, si bien, en el caso de los niños más pequeños, es a partir de los 5 o 6 años, coincidiendo con la consolidación de las habilidades básicas de dibujo, cuando adquiere mayor relevancia ya que es cuando el árbol aparece con todos sus elementos.

Pautas para su aplicación

Para el test de árbol se puede utilizar una hoja común de papel en blanco. El instrumento será un lápiz, también se podrá utilizar si el sujeto lo desea, goma de borrar y lápices de colores.

Para realizar el test basta pedirle al niño: Dibuja un árbol a tu gusto, para evitar preguntas que perturben la espontaneidad del dibujo, se puede añadir: Puedes pintar lo que quieras, tienes absoluta libertad; en cualquier forma que lo hagas estará bien, siempre que sea a tu gusto y según tu propia idea.

Después de realizado el primer dibujo, se le puede pedir que dibuje otro árbol “distinto al primero”. Se tendrán en cuenta los aspectos contenidos en los dibujos. Las señales discordantes no se anulan, sino que se complementan.

No existe límite de tiempo para su ejecución.

El espacio y su división ideal

Con Max Pulver se tornó clásica la división ideal de la superficie del papel en zonas:

Zona superior: Alto, que se relaciona con lo espiritual (Intelectual, ético,…)

Zona mediana: del corazón, de los afectos, sensibilidad ;

  • centro izquierda. El pasado, el yo, que encamina hacia lo que fue
  • Centro derecha. El futuro, el tú, el mundo exterior

Zona inferior: de lo material, instintivo, infraconsciente.

La línea del horizonte es la línea del tránsito del consciente (Sobre la tierra) hacia el inconsciente (Bajo la tierra).

El dibujo del árbol en conjunto

La propia estructura del árbol tiene cierta analogía con la estructura del cuerpo humano: La copa (la cabeza); el tronco (el tronco humano) y la raíz o la parte inferior de la copa (los miembros inferiores)

Copa, tronco y raíces son los componentes globales del árbol.

Cómo en todos los test las señales sólo valen si se analizan en conjunto.

El tamaño del árbol

Quien se siente o desearía ser grande, dibuja en tamaño grande. El tamaño es el sentimiento del YO, del propio valor.

  • Dibujo pequeño: Sentimiento de inferioridad o modestia
  • Dibujo grande: Orgullo, vanidad o deseo de superación del complejo de inferioridad.

El suelo

Árbol sin suelo: Significa estar desarraigado, falta de apoyo o de estabilidad

Línea del suelo

Características: Interpretación

  • Suelo en forma de colina: Se evidencia y se ve mejor lo que está arriba de una colina, egocentrismo, desconfianza.
  • Suelo circunscrito: es otra forma de egocentrismo, menos obstensible, desconfianza, separación, retraimiento.
  • Horizonte lejano: Cuándo la línea del horizonte no está en la base del árbol sino que está sobre ella, el sujeto se aleja de la realidad exterior, hay pasividad.
  • Suelo ascendente: Subir es penoso y crea distancia. Reserva, distancia, difícil adaptación.
  • Suelo descendente: Dificultad de mantenerse en línea recta, voluntad débil, falta de firmeza.

La línea del suelo puede dar otras formas. La combinación e intensidad de las formas dará el significado adecuado

Las raíces

Dibujar raíces es acentuar la fijación al suelo. Constituyen también el elemento oculto. La transición entre las emociones más íntimas y el mundo exterior.

La raíz suele asociarse a la parte más instintiva, de sentimientos más primarios, correspondería a lo que Freud denominó “Ello”.

Unas raíces proporcionadas y bien dispuestas en la base del tronco suponen seguridad, buen contacto emocional con la familia. El niño se siente querido. Cuando se omiten (a partir 8 o 9 años aprox.) y en función del tamaño del tronco, pueden señalar fragilidad, temor, miedo al mundo externo.

El tronco

Es el elemento más identificado con el “Yo”. En él han de plasmarse la percepción que uno tiene de sí mismo y también el grado de seguridad o confianza que se tiene para afrontar los retos del mundo externo. Los troncos débiles, estrechos, irregulares, bajos o deformes muestran un carácter débil, influenciable, que afronta con temor un mundo externo que es asumido como hostil. Por tanto, el tronco débil puede ser un indicador de problemas emocionales.

Muchos niños con grandes carencias afectivas o que han sido objeto de maltratos, suelen pintar un tronco con un agujero en medio para simbolizar inconscientemente su vacío emocional.

Según el trazo

  • Tronco recto: Rigidez, autocontrol, disciplina, reservado.
  • Tronco con líneas onduladas: Flexibilidad, sociabilidad. Carácter dócil. Si las líneas son muy retorcidas puede significar sufrimiento emocional, sentimientos de culpabilidad, ansiedad.

Altura

  • Tronco bajo: Carácter internalizante, precaución ante el mundo exterior, senzillez, modestia, acomodación, poco espíritu de superación.
  • Tronco alto (largo): Inquietud por proyectarse hacia el exterior, para crecer, extroversión, ambición e idealismo.

Ancho

  • Tronco con ancho proporcionado (según el resto del árbol): Equilibrio, templanza, seguridad en sí mismo, autocontrol, capacidad de planificación.
  • Tronco delgado: Inestabilidad (en especial si el troco es una sola línea), debilidad, inseguridad, timidez, retraimiento, poca iniciativa, pensamiento rígido, debilidad mental (según edad).
  • Tronco grueso: Firmeza, extraversión, autoridad, energía, seguridad en uno mismo. Si es muy grueso puede ser síntoma de rasgos negativos relacionados con la exaltación del propio «Yo» (narcisismo, autoritarismo, agresividad, individualismo, terquedad, obstinación).
  • Tronco más grueso arriba: Se relaciona con personas idealistas, espirituales, con gran capacidad de concentración.
  • Tronco más grueso abajo: Carácter tranquilo, materialista.
  • Tronco ensanchado en el medio: Expresión de posible pérdida de control, impulsividad.
  • Tronco estrechado en el medio: Inhibición, posibles represiones.

Inclinación

  • Hacia la derecha: Se relaciona con patrones extrovertidos, sociables, pero también (según sea el dibujo) con impulsividad y poca reflexión.
  • Hacia la izquierda: Introversión, cerramiento, conservadurismo, rutinario, rechazo de lo novedoso.

Forma

  • Tronco de una pieza (a partir de los 11/12 años): se relaciona a falta de sensibilidad, de empatía, inseguridad, infantilismo, funcionamiento primitivo.
  • Tronco abierto en la base: Impulsividad, inestabilidad emocional, también (según tipo de dibujo) agresividad.
  • Tronco en forma angulosa: Carácter irritable, poco paciente, susceptible, fácil enfado.

Otros elementos

Sombreado: Depende de cómo se efectúe puede estar relacionado con sensibilidad artística o, cuando se ha sombreado totalmente quedando el tronco negro, con posibles sentimientos de culpa o remordimientos internos.

Agujero en el centro en jóvenes representa a menudo, vacío interior, fragilidad emocional, problemas personales de tipo afectivo (según edad con padres o parejas). Heridas, manchas

Cuando en el tronco aparecen manchas que el niño describe como heridas fruto de enfermedad o accidentes en el árbol, puede estar proyectando sufrimiento interno (probablemente de tipo emocional), carencias afectivas y también temores hacia el futuro. Hay que valorar también la posibilidad de malos tratos físicos o psíquicos.

Las ramas y la copa

El tronco y las ramas desnudas son la perennidad, lo duradero.

Las ramas, las hojas y demás elementos de la parte superior del árbol constituyen las estructuras que se alzan sobre el tronco (sobre el “Yo”) y revelan la calidad e intensidad de las relaciones hacia el mundo exterior. Puede interpretarse como símbolo de los brazos y de la dirección de las aspiraciones. También del estado de ánimo actual.

Según su forma nos describirán a una persona que se adapta al exterior, se comunica eficazmente con los otros o, por el contrario, adopta una posición de retraimiento y defensa de su propio ego ante las amenazas externas.

En algunos dibujos (en especial, la de los niños más pequeños) las ramas pueden ser sustituidas por la copa. En otros aparecen conjuntamente. La copa, según algunos autores (Mauricio Xandró en Tests Gráficos), se relaciona con el autoconcepto y el mundo de las ideas. En este elemento se reflejarían además posibles conflictos actuales.

Características

  • Ramas hacia arriba: En general se asocia a optimismo y extraversión. También con el plano de las ideas y las aspiraciones. Unas ramas ascendentes que se proyectan hacia el cielo pueden ser muestra de ansias de crecer, de interactuar con el mundo. No obstante, si las ramas acaban en forma de punta o muestran dientes de sierra pueden señalar impulsividad, agresividad, el entorno externo es visto como hostil y hay que defenderse (ver árbol 5)
  • Ramas hacia abajo: Las ramas caídas tienen un primer significado como expresión de un estado decaído, pesimista, de desamparo o desasosiego. Sin embargo, cuando son dibujadas con cierto refinamiento y detalle (tipo sauce llorón) pueden estar asociadas a personas refinadas, detallistas, muy sensibles y con tendencia a la tristeza.
  • Ramas ascendentes y descendentes simultáneamente: Persona influenciable, con poco criterio, inestable, sumisa. Se considera muestra de la presencia simultánea de euforia y desaliento que debe interpretarse según las otras claves. Si las ramas se cruzan con predominio de formas angulosas: impulsividad, tendencia a la crítica ajena, baja tolerancia a la frustración, conductas externalizantes.
  • Ramas y ramificaciones delgadas: Dependiendo de la edad: sencillez, sensibilidad. Si son extremadamente finas: cerramiento afectivo, timidez (especialmente si no hay hojas).
  • Ramas y ramificaciones gruesas: Si son proporcionadas al árbol y bien dibujadas: seguridad, confianza en el futuro, ideas claras, constancia. Si se bifurcan: se relacionan con buenas capacidades imaginativas y plásticas (siempre que se efectúe dentro de un dibujo proporcionado en sus diferentes elementos).
  • Ramas abiertas: Extraversión, tendencia a analizar el entorno con iniciativa. También (según forma del trazo) impulsividad.
  • Ramas cerradas: En general, introversión, cerramiento, necesidad de auto-protección frente al mundo exterior.
  • Ramas cortadas: Debe interpretarse dentro del dibujo en su conjunto ya que puede tener distintos significados. A menudo se asocia a: baja auto-estima, complejo de inferioridad, problemas de relación afectiva, pero también a terquedad u obstinación.
  • Ramas que surgen del tronco: Suelen estar presentes en los dibujos efectuados por adolescentes. Desde una perspectiva psicoanalísta se explica como una manifestación de la sexualidad en desarrollo. Puede también expresar la necesidad de buscar su propio camino (búsqueda de la propia identidad) a partir del «Yo» representado por el tronco.
  • Copa pequeña: (en relación al árbol) Introversión, timidez, miedo al exterior (ver árbol 1)
  • Copa grande: (en relación al árbol) Extraversión, imaginación, interés para relacionarse con el mundo exterior, idealismo. Si es muy grande: Difícil control de la fantasía, narcisismo, vanidad, exhibicionismo.
  • Copa proporcionada: Equilibrio entre introversión y extraversión, reflexividad, realismo, gusto por los detalles, equilibrio.
  • Copa con trazos ondulados: Si son proporcionados y suaves: Adaptabilidad, paciencia, comprensión, gusto por las actividades tranquilas.
  • Cuando las ondulaciones se presentan muy concentradas: Retraimiento, protección hacia el exterior, necesidad de mantener el propio espacio, sociabilidad muy selectiva
  • Si la copa aparece aplastada en su parte superior: Sentimientos de desesperanza, sumisión e indefensión ante la presión del mundo externo.
  • Copa en forma angulosa: Según el trazo exacto: Introversión, terquedad, tendencia a la polémica, impulsividad.

Otros elementos

Otros elementos que pueden aparecer en el dibujo:

Follaje

No suele encontrarse en los niños más pequeños e incluso en adultos. Su presencia, según la edad, puede indicar, buen nivel de inteligencia, capacidad de concentración, gusto por los detalles, aptitudes plásticas, vivacidad, deseo de actividad. También perseverancia, pensamiento obsesivo.

Si el follaje es irreal, carácter caprichoso, gusto por la fantasía, desconexión con la realidad, necesidad de disimular ciertas características de su personalidad.

Cuando se dibujan hojas cayendo del árbol: temperamento sensible, timidez, melancolía, inestabilidad, susceptibilidad. También (según dibujo): impulsividad, baja tolerancia a las frustraciones, dependencia emocional de los otros.

Presencia de Frutos

Cuando se han dibujado frutos reales (cerezas, naranjas, manzanas, etc…), simbolizan la productividad, las ganas de madurar, el deseo de dar y hacer felices a los demás. En general se asocia a personas muy sociables, altruistas, generosas y trabajadoras. En adolescentes también se relaciona con la necesidad de mostrar las propias capacidades y la búsqueda de resultados inmediatos.

Si los frutos se dibujan en el suelo: sentimientos de decepción, añoranza, inquietud, temor, agitación emocional.

Pequeños animales, Sol y otros detalles

Deben interpretarse dentro del dibujo en su conjunto. Los pequeños animales suelen pintarlos niños con buen soporte afectivo, preocupados por los sentimientos y cuidados hacia los otros (están más presentes en los dibujos de las niñas). El sol algunos autores lo entienden como el símbolo del padre. Cuando aparece en el dibujo significaría que se reclama su presencia para que se ocupe de forma más activa del árbol

Nidos, aves, casuchas, adornos etc…son propios del mundo infantil, humorismo, bromas, mordacidad.

Paisaje

Es una dilución del modelo propuesto que se pierde un poco en el conjunto: comunicabilidad, fuga de la realidad, sueño, fantasía. Cuanto más intenso es el paisaje, más pasa el árbol a ser un accesorio y el significado del paisaje se acentúa.

El índice de Wittgestein

El psiquiatra alemán Wittgestein, propone que se divida la altura total del árbol por el número de años del sujeto examinado. Se obtiene así un número índice, por ejemplo, árbol de 18cm de altura, dibujado por un joven de 18 años:

18:18=1

Si en el dibujo hay particularidades notables por ejemplo una rama cortada, un corte en el tronco, a los 10,5 cm de altura, a comenzar por la base, se divide esa distancia por el número índice:

10,5:1 = 10,5

A los diez años y medio de vida el dibujante debe haber sufrido algún trauma especial.


El Test del Árbol de Koch. (2020). Recuperado 29 de diciembre de 2020, de Psicología Online website: https://www.psicologia-online.com/el-test-del-arbol-de-koch-2599.html 

¿Qué es la Depresión Posparto?

Si es una madre primeriza o es el cuarto bebé que va a tener, los días y las semanas inmediatamente después del nacimiento de su bebé pueden ser tan abrumadores como felices y emocionantes.

Muchas mujeres experimentan cambios de humor importantes después del parto, los cuales van desde melancolía moderada y breve hasta depresión clínica más profunda y de mayor duración, conocida como depresión posparto.

Los sentimientos de tristeza y depresión son más comunes después del parto de lo que muchas personas puedan darse cuenta. Es importante que las madres que acaban de dar a luz (y las personas que las aman) entiendan los síntomas de la depresión posparto y recurran a la familia, los amigos y a profesionales médicos para recibir ayuda.

Con el apoyo y tratamiento adecuados, las madres que están experimentando algún grado de depresión posparto pueden convertirse en madres felices y saludables.

Melancolía

Hasta el 80 % de las mujeres experimentan algo llamado melancolía, sentimientos de tristeza y accesos emocionales que comienzan los primeros días después del parto. Con la melancolía, una mujer podría sentirse feliz un minuto y triste o abrumada al siguiente. Podría sentirse triste, irritable, desanimada, infeliz, cansada o malhumorada. La melancolía generalmente dura solo unos días, pero puede permanecer una semana o dos.

Qué hacer

Obtener el descanso, la nutrición y el apoyo adecuados es bastante importante, ya que estar exhausta, privarse del sueño o sentirse estresada pueden reforzar y alimentar los sentimientos de tristeza y depresión.

Para manejar la melancolía, las mamás que acaban de dar a luz deberían tratar de aceptar ayuda en los primeros días y semanas después del parto. Deje que la familia y los amigos ayuden con los mandados, la compra de alimentos, los quehaceres domésticos o el cuidado de los niños. Deje que alguien prepare una comida o vigile al bebé mientras usted se relaja con una ducha, baño o siesta.

Descanse bien y coma alimentos nutritivos. Hablar con las personas que la rodean o con otras madres que acaban de dar a luz, puede ayudarle a sentirse apoyada y a recordarle que no está sola. No tiene que reprimir las lágrimas si siente la necesidad de llorar un poco, pero trate de no afligirse con pensamientos tristes. Deje que la melancolía siga su curso y pase.

Depresión posparto

Para algunas mujeres, los sentimientos de tristeza o agotamiento son más profundos y duran más que la melancolía. Alrededor del 10 % de las madres que acaban de dar a luz experimentan depresión posparto, la cual es una depresión clínica verdadera provocada por el parto.

La depresión posparto generalmente comienza entre 2 y 3 semanas después de dar a luz, pero puede comenzar en cualquier momento durante los primeros días, semanas o meses después del parto.

Una mujer con depresión posparto puede sentirse triste, desesperada, desanimada, desesperanzada, despreciable o sola. También puede:

  • tener problemas para concentrarse o completar las tareas habituales
  • perder el apetito o sentirse desinteresada en la comida
  • sentirse indiferente a su bebé o no sentirse encariñada o unida a él
  • sentirse abrumada por su situación y sentir que no hay esperanza de que las cosas mejoren
  • sentir que solo está pasando su día de un modo mecánico sin poder sentirse feliz, interesada, complacida o alegre por nada

Los sentimientos y pensamientos como estos son dolorosos para una mujer, especialmente durante una época que es idealizada como llena de felicidad. Muchas mujeres son reacias a contarle a alguien cuando se sienten de esta manera. Pero la depresión posparto es una afección médica que requiere atención y tratamiento.

Por qué sucede

La depresión posparto puede afectar a cualquier mujer, pero algunas pueden tener más riesgo de desarrollarla. Las mujeres que han luchado contra la depresión en otro momento de sus vidas o tienen uno o más parientes que han tenido depresión podrían tener una tendencia genética a desarrollar depresión posparto.

Se piensa que la mayor parte de la depresión posparto está relacionada con los cambiantes niveles de las hormonas que afectan el estado de ánimo y la energía. Los niveles de estrógeno y progesterona que aumentaron durante el embarazo disminuyen repentinamente después del parto. En algunos casos, la hormona tiroidea de una mujer también puede disminuir.

Estos rápidos cambios hormonales afectan la química cerebral que influye en el estado de ánimo de una manera que pueden conducir a la tristeza, el desánimo y la depresión que permanece por mucho tiempo. Las hormonas del estrés pueden tener un mayor efecto en el estado de ánimo. Algunas mujeres podrían experimentar esto más que otras.

Cuándo llamar al médico o psicólogo

Si los sentimientos de tristeza o depresión son fuertes, si permanecen la mayor parte del día durante días consecutivos o si duran más de una semana o dos, hable con su médico. Una madre que acaba de dar a luz que se siente vencida, que cree que no vale la pena vivir o que tiene pensamientos o sentimientos suicidas debe decirle a su médico de inmediato.

La depresión posparto puede durar durante varios meses o incluso más si no se trata. Con el tratamiento adecuado, una mujer puede sentirse ella misma nuevamente. El tratamiento puede incluir terapia de conversación, medicamentos o ambos. Además, la dieta adecuada, el ejercicio, el descanso y el apoyo social pueden ser muy útiles. Para algunas mujeres el yoga es beneficioso. Algunas investigaciones sugieren que expresar los pensamientos y las emociones a través de ciertas técnicas de escritura puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión.

Una mujer puede tardar varias semanas en comenzar a sentirse mejor una vez que recibe un tratamiento para la depresión, aunque algunas comienzan a sentirse mejor más rapido. Pregúntele a su médico para cuándo puede esperar mejorías y las maneras de cuidarse mientras tanto.

Psicosis posparto

Una afección más grave y poco común es la psicosis posparto. Afecta a alrededor de 1 de 1,000 mujeres que dan a luz y ocurre en el lapso del primer mes después del trabajo de parto y el parto. Puede incluir alucinaciones, como escuchar voces o ver cosas, o sentimientos de paranoia.

Con la psicosis posparto, una mujer puede tener ideas irracionales sobre su bebé, como que el bebé está poseído o que tiene que lastimarse o lastimar a su hijo. Esta afección puede ser sumamente grave e incapacitante, y las madres que acaban de dar a luz que están experimentando estos síntomas necesitan atención médica inmediata.

Entender los cambios después del parto

Las madres que acaban de dar a luz experimentan muchos niveles de cambios en los días y las semanas inmediatamente siguientes a el parto. Además de la disminución repentina de estrógeno y progesterona (la cual puede afectar el estado de ánimo) otros cambios físicos, emocionales y domésticos grandes pueden afectar los sentimientos de una mamá que acaba de dar a luz.

Cambios físicos

El embarazo trae muchos cambios físicos, y el trabajo de parto y el parto son físicamente intensos y difíciles. El cuerpo tarda en recuperarse, y una madre que acaba de dar a luz podría sentirse exhausta, emocionalmente agotada o incómoda después del parto.

Cambios personales y emocionales

El rol y las responsabilidades de una mujer pueden cambiar bastante cuando se convierte en madre. Puede llevarle tiempo adaptarse, aunque se haya sentido preparada para el cambio. Algunas mujeres pueden sentirse aisladas, preocupadas o asustadas.

Algunas madres que acaban de dar a luz enfrentan mayor estrés relacionado con circunstancias difíciles o falta de apoyo. Sufrir una relación difícil, una situación económica precaria, o algún otro evento importante de la vida al mismo tiempo, como mudarse o perder el empleo, pueden agregar estrés.

El estrés relacionado con el embarazo, como la dificultad para concebir o las complicaciones durante el embarazo o el trabajo de parto, puede sumar al sentimiento de agotamiento de una mamá que acaba de dar a luz. A veces (pero no siempre), estos tipos de estrés pueden preparar el camino para la depresión.

Cambios en las rutinas y responsabilidades

Un recién nacido requiere especialmente el tiempo, la atención y la energía de una madre. Para las madres primerizas, puede haber mucho que aprender sobre cómo satisfacer las necesidades más básicas del bebé, como dormir, alimentarlo, bañarlo y tranquilizarlo. Hay muchas rutinas que se deben establecer.

Los horarios para dormir, despertarse y alimentarse del bebé pueden hacer que sea difícil que una mamá que acaba de dar a luz duerma y descanse lo necesario para manejar todos estos nuevos tipos de estrés y responsabilidades. Y sin haber dormido lo suficiente, hasta las pequeñas cosas pueden parecer abrumadoras.

Cómo obtener ayuda y ayudarse usted misma

Dígale a su médico si tiene problemas con estados de ánimo, pensamientos o sentimientos posparto. También cuéntele a alguien en quien confíe. Esta persona podría ser su pareja, un amigo o un familiar. Éste es un momento para recurrir a alguien y aceptar la ayuda y el apoyo de las personas que están cerca de usted.

Además de obtener tratamiento para la depresión posparto, hay pequeñas cosas que puede hacer para que sea más fácil atravesar un momento difícil. Quizá le parezca útil:

  • Dedicarse un tiempo a usted misma. Tenga a una niñera en un horario regular. De esta manera, se asegurará de tener tiempo para usted misma.
  • Concentrarse en tener ganas de hacer pequeñas cosas durante el día. Esto podría ser una ducha caliente, un baño relajante, caminar por la cuadra o visitar a un amiga.
  • Leer algo inspirador. Puesto que la depresión puede dificultar la concentración, elija algo trivial y positivo que pueda leerse de a poco.
  • Permitirse otros placeres sencillos. Hojee una revista, escuche la música que le gusta, beba una taza de té.
  • Estar acompañada. Cree oportunidades para pasar tiempo con otros adultos, como la familia y los amigos, quienes pueden brindar un poco de consuelo y ser buena compañía.
  • Pedir ayuda. No evite pedir apoyo emocional o ayuda para cuidar al bebé o hacer los quehaceres domésticos.
  • Aceptar ayuda. Aceptar ayuda no la convierte en una inútil; al recurrir a alguien, usted se ayuda a usted misma y ayuda a su bebé.
  • Descansar. Dele a su hijo un lugar silencioso para dormir e intente descansar cuando el bebé descansa.
  • Mantenerse en movimiento. Una caminata diaria puede ayudar a levantar el ánimo. (Consulte con su médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios).
  • Ser paciente. Debe saber que puede llevarle tiempo sentirse mejor así que viva su vida día a día.
  • Ser optimista. Trate de pensar en las pequeñas cosas por las que está agradecida.
  • Unirse a grupos de apoyo. Pregúntele a su médico o al centro de mujeres sobre los recursos disponibles en su comunidad.

Cómo ayudar a alguien con depresión posparto

Si le preocupa que su pareja o alguien que conoce esté experimentando depresión posparto, es importante recomendarle que hable con su médico y con un profesional de salud mental. A veces, una mujer es reacia a buscar ayuda o es posible que no reconozca sus propios síntomas inmediatamente.

Considere darle a la mamá que acaba de dar a luz un poco de información sobre la depresión posparto y ofrezca leerla juntos. Podría ofrecerle programar una cita para ella e ir con ella si ella quiere.

Una vez que ella esté recibiendo la atención que necesita, el apoyo, el amor, y la amistad también son buenas medicinas. Estas son algunas cosas que puede seguir haciendo por ella:

  • Preguntarle regularmente cómo se siente.
  • Escucharla cuando quiere hablar.
  • Ir a caminar con ella (¡todos los días si es posible!).
  • Prepararle una comida nutritiva (¡regularmente!).
  • Darle descansos de los quehaceres domésticos y las responsabilidades de cuidar a los niños.
  • Dejarla tomar una siesta o un baño relajante mientras usted cuida a su bebé.
  • Ser paciente y amable.
  • Creer en ella, y recordarle sus cualidades y fortalezas verdaderas.

Mejores días por delante

Como todas las formas de depresión, la depresión posparto crea una nube de sentimientos y pensamientos negativos sobre la opinión que tiene una mujer de ella misma, de las personas que la rodean, de su situación y del futuro. Bajo la nube de depresión, una mujer podría considerarse a sí misma inútil o despreciable. Podría ver su situación como abrumadora o sin esperanza. Las cosas podrían parecer decepcionantes, poco interesantes o sin importancia. Recuerde que la perspectiva negativa desalentadora es parte de la depresión.

Con el tratamiento y el apoyo adecuados, la nube puede disiparse. Esto puede liberar a una mujer para sentirse ella misma nuevamente, recuperar su perspectiva y sentido de su propia fortaleza, su energía, su alegría y su esperanza. Al implementar esas cosas, es más fácil trabajar con los cambios, ver soluciones para los desafíos de la vida y volver a disfrutar de los placeres de la vida.


Depresión posparto. (2020). Recuperado 24 de diciembre de 2020, de Rady Children’s website: https://www.rchsd.org/health-articles/depresin-posparto/